viernes, noviembre 30, 2007

¿Cómo no te voy a querer?

Ya nos debía Pumas una actuación como la de esta noche. Tres por cero a los dizque superlíderes del torneo. Aunque debieron ser más. Al menos otros dos. En fin. Llegamos bien a la cita con la tierra lechera.

Orgullo Azul y Oro

jueves, noviembre 29, 2007

Fumar / no fumar

Por lo que puedo leer en los diarios en línea las cosas se están poniendo bastante cuesta arriba para los fumadores y los propietarios de lugares en los que se suele fumar. Los legisladores de este país y de este híbrido llamado Distrito Federal quieren aprobar leyes que castiguen duramente este hábito (al que lo ejerce y al que lo permite fuera de la norma). Las amenazas están ahí y como que todo mundo anda con el Jesús y el pitillo en la boca echando humo de los nervios.

Aunque, como ya sabemos, eso de publicar y aprobar leyes es algo que no garantiza mucho (ahí están, como ejemplos contundentes, la ley de la separación de la basura y el nuevo Reglamento de Tránsito: a día de hoy no pasa nada si echas todos tus desperdicios en una sola bolsa en el camión y los coches siguen obstruyendo los pasos cebra a los peatones frente a las narices de los agentes policiales). Pero, de cualquier forma, la prohibición implicará –al menos en un primer momento—ciertos obstáculos para los que son asiduos consumidores de tabaco.

Yo he fumado desde los 14 años. Ahora tengo seis meses y medio sin hacerlo. La razón: las enfermedades de 2007. Es decir, se ha debido a una especie de mezcolanza de razón y temor la que ha empujado a mi fuerza de voluntad a hacerlo. ¿Que si se me antoja un cigarro? Claro, sobre todo en las fiestas y en las reuniones. ¿Que si volveré a fumar? No lo sé. Espero que no, sobre todo después del tiempo que ya llevo alejado del asunto y también por el hecho de ya me jode el humo de los que fuman cerca. Espero no sonar como esos mojigatos que, después de llevar toda una vida de excesos, santifican y tiran netas a la menor provocación sobre lo que antes hacían sin temor y sin medida.

El punto –pienso—es que uno deja de tener un hábito, digamos, maligno, cuando se pone en riesgo alguna cuestión importante, en este caso, la salud. Es decir, hasta que a uno le pasa es cuando coge conciencia de las dimensiones. Luego, ya sabemos, cuando todo se normaliza, ese policía de la verdad interno se relaja y como que nos vuelve a decir, órale, fúmale, qué tanto es tantito, ni pasa nada…

Bueno. Entre las ventajas que puedo mencionar de haber dejado el cigarrillo están una cierta capacidad económica menos mermada, una mayor resistencia al esfuerzo físico y, oh paradoja, una cierta aceptación en ese dizque club de gente cool que considera que fumar ya no es cool.

Muchas ocasiones pensé, sobre todo cuando estaba inmerso en alguna gripe bestial, que no valía la pena estar jodido por un artilugio minúsculo y, en apariencia, inofensivo. Cuando estuve en la antesala de urgencias respondiendo a las preguntas del médico me di cuenta de que, tarde o temprano, todas esas cosas pasan factura. Prefiero estar en este planeta un tiempo más o, al menos, colaborar para que eso suceda (Dios es el azar, de acuerdo con Buñuel).

En fin. Volviendo al tema diré: sí, qué bien que hagan leyes antitabaco y tal, pero… ¿creen en serio que las van a aplicar con todo rigor? Joder, nada más hay que ver cómo frente a los agentes de tránsito se siguen violando las estipulaciones del nuevo Reglamento de Tránsito para aventurar una respuesta.

Así que, colegas fumadores, no desesperen. Cuando esta moda pase, todo volverá a la normalidad, como ha sucedido ad eternum en este país.

Entonces, la decisión de fumar o de no fumar seguirá siendo un asunto exclusivamente íntimo y personal. Como afirmó Tenneesee Williams en el prólogo de alguna de sus obras de teatro: la salvación es individual.

Sobre el transporte público y privado de esta ciudad

Primero, ya suman varias noches en las que he escuchado una verdadera manifestación de oligofrenia en la radio comercial. Me refiero a un dizque programa denominado “El Panda Show” que se transmite en alguna estación de frecuencia modulada por las noches. Hombre, qué cosa tan estúpida. Se supone que el locutor es un vehículo para que el auditorio le juegue “bromas” a sus familiares o conocidos. Uf. Es decir, le llaman, se ponen de acuerdo y luego marcan a las casas o móviles de los pobres ingenuos que ni se las huelen ni se las esperan. Las “bromas” que me ha tocado –por maldita desgracia—escuchar han sido del peor de los gustos: una tipa le dice a su hermano que su otra hermana ya está de nuevo embarazada (según para provocar su ira incontenible) y un tipo le declara abiertamente la bronca a otro (según para ver cómo reaccionaba). ¿El Ministerio del Interior no tendría que regular este contenido escabroso en los medios electrónicos? Un poco de piedad, por favor. Que no todos somos chimuelos babeantes. Ah, por cierto, ambos casos sucedieron en microbuses (creo que eso justifica un poco el hecho de que sobrevivan estos espacios de locura y vómito).

Segundo, ¿qué será peor?, ¿un taxista sabelotodo, que a la menor provocación ya está disertando interminablemente sobre la política y la economía y la sociología y la ingeniería y la antropología y la filosofía y el derecho y las matemáticas aplicadas avanzadas y la historia y la actuaría y la contabilidad y las ciencias sociales y la química y la física y la arquitectura y la música y la etcétera, o bien, un taxista que al momento de abordar su vehículo te hace el comentario a’i usté me dice por dónde nos vamos, no mi jefe?

Tercero, esta mañana, mientras intentábamos cruzar Chapultepec, vi a lo lejos a Fernanda Solórzano, quien junto a Déborah Holtz hacen del programa Confabulario (viernes, 23.00 horas, Canal 40) algo de lo rescatable de la televisión nacional (suspiro).

miércoles, noviembre 28, 2007

FIL (IV y última)

Ya para acabar con el tema, aquí va el testimonio gráfico. Sanseacabó.



En efecto, oteando el horizonte se puede ver la entrada al aquelarre libresco de Occidente...



Panorámica general de la mesa. El gran faltante: Sheridan.


José de la Colina disertando por qué no le gusta que se le diga feedback a los feedbacks.



Christopher Domínguez bajo la mirada de Humberto Beck.


Vista general de uno de los pabellones. A la derecha, cual si fuera un anuncio del mercado sobre ruedas, el ofrecimiento del 15 por ciento de descuento del Grupo Santillán.


Ya vámonos. Este asunto llegó a su fin.

FIL (III)

Muy bien. Vamos a la sustancia.

Entre las cosas interesantes que se mencionaron en la conferencia de los blogueros de Letras Libres (LL) están las siguientes.

Primero, como afirmó José de la Colina, escribir un blog es algo parecido a lanzar botellas con mensajes al mar, aunque la diferencia con la visión tradicional de esta metáfora es que, en estas bitácoras virtuales, pueden recibirse las respuestas de desconocidos casi de forma inmediata. En efecto, uno escribe y lo suelta, no al mar, claro, pero sí a una cosa aún más grande, desconocida y escabrosa: el internet. Uno nunca sabe qué repercusiones finales tendrá un texto, a quién le gustará, a quién le puede parecer una blasfemia y, por lo tanto, qué contratiempos o ventajas puede ocasionar sobre el autor. Tampoco si algún listillo plagiará el escrito o la idea completa para después presentarla como propia.

Pongamos, como simple referencia, a esta publicación. Sale del ordenador del Ministerio y se dirige –al mismo tiempo—a todas y a ninguna parte. Lo puedes leer tú o un delincuente o el gobernador de alguna entidad o mi colega del pueblo o el ingeniero en sistemas de cualquier empresa o el responsable del cibercafé de la esquina. ¿Qué pensará de todo esto? Nadie lo sabe con exactitud. A lo mejor coincide conmigo, pero también me puedo ganar enemigos gratuitos.

Esto me ha recordado también algunos casos de colegas que han demostrado que, en ocasiones, mantener un blog puede convertirse en un acto temerario. Me refiero a cuando uno tiene posiciones públicas –o privadas—que no suelen gustarle a la gente y, por ende, generan reacciones como las amenazas o las intimidaciones. Claro, en su opuesto, uno también puede encontrar a otros que comparten visiones y opiniones sobre los asuntos.

Aquí me detengo un poco en el caso que conozco: el del Sex D’ Bur ®. Se supone que a este sitio ingresa un promedio de 70 personas al día, ya sea porque se ha convertido en una especie de consulta programada o porque los diversos buscadores existentes los conducen a esta trinchera. Sin embargo, los comentarios que dejan en la sección correspondiente son escasos, por no decir que nulos. En fin.

Segundo, e hilado a lo anterior, Christopher Domínguez afirmó que sí es necesario ejercer algún tipo de censura a los comentarios que se dejan de manera irresponsable en esta clase de sitios (los famosos feedbacks). Pero, antes de continuar, ojo con el asunto. No debe entenderse censura como un acto inquisitorio, sino como una autorregulación necesaria para evitar problemas mayores como la difamación (es necesario aclarar esto porque existe un prejuicio bastante notorio contra la gente de LL, sobre todo de los culturosos progress). En los blogs cualquiera puede usar un lenguaje bestial –tanto en ortografía como en “argumentos”—para denostar algún tema o escrito. Esto ha ocurrido siempre. Sin embargo, el punto radica en que aquí es más fácil hacerlo a través del anonimato (en las publicaciones tradicionales debía, al menos, enviarse una carta a la redacción para refutar lo dicho por alguien).

Por otra parte, Domínguez también ha confesado que no se ha sentido tan cómodo en este nuevo medio porque, en su opinión, el formato de escritura veloz y –en ocasiones—efímera, genera en ciertos escritores –como él—la angustia de no querer “publicar”, aunque sea de forma virtual, algo que no tenga un mínimo de calidad. Es decir, que para algunos sí es un conflicto existencial el hecho de no querer subir o mostrar cualquier cosa porque ésta corre el riesgo de no estar lo suficientemente sólida para ser leída. En eso estoy totalmente de acuerdo.

Muchas personas dicen, no escribo porque no sé cómo empezar. Bueno. Dejando de lado esta patraña, para otros el impedimento fundamental radica en ese temor de no tener listos nunca los párrafos a satisfacción total del autor. Ese proceso de constante perfección de lo redactado que puede derivar en parálisis o, simplemente, en ostracismo creativo. Al respecto, estoy de acuerdo en lo que ha expuesto Guillermo Sheridan en su novela El dedo de oro (Alfaguara, 1996), respecto a que los hombres bravíos de este país siempre hemos recurrido a una frase mística para dar el paso adelante necesario ante lo desconocido: ¡chingue a su madre! Algo similar ocurre previo al acto de apretar la tecla enter y ver segundos después lo escrito en la pantalla del ordenador.

En contraste, Domínguez afirma que de la Colina y Sheridan se han adaptado a la perfección a esta nueva herramienta de comunicación porque, sin perder su rigor al momento de escribir, su carácter también se ha prestado para el comentario breve, conciso y contundente, tal y como podemos ver en sus respectivas bitácoras.

Ahora, otra cuestión: ¿qué publicar? Christopher D.M. recurrió en un principio a su diario personal, ése que se escribe regularmente en las noches a través de métodos tradicionales (papel, estilográfica e intimidad). Sin embargo, se dio cuenta de que lo que estaba ahí era una especie de “diario de señoritas”, es decir plagado de quejas, reproches y chismes de la farándula literaria, así que prefirió irse por otro camino. José de la Colina –al igual que Sheridan—utiliza más los temas coyunturales que incitan a su imaginación. En este blog solemos irnos por la segunda vía, es decir la de la ocurrencia instantánea, sin perder de vista algunas coordenadas y principios básicos que nos hemos fijado desde el nacimiento del espacio.

En fin. Creo que llegado este punto mi memoria ha comenzado a flaquear. Mientras estaba sentado en segunda fila mi mujer me preguntó si no iba a tomar notas, a lo que contesté que no. Era tanto mi interés que no quería perderme de nada por estar anotando en la libreta de tapas negras. Ahora me doy cuenta de que debí haberlo hecho. Bueno, como han dicho los Stones, no siempre puedes tener lo que quieres. Así que, si recuerdo alguna otra cosa, ya será para la anécdota personal.

Por cierto, antes de cerrar esta publicación, el día que tomamos el avión de regreso a la Ciudad de México pude ver de cerca a varios famosillos. Uno llamó particularmente mi atención. Un señor al que apodan El Pino y que es conocido por su participación en el movimiento estudiantil de 1968 y también por su papel de delegado y diputado federal, venía cómodamente instalado en la Clase Premier del artefacto. ¿Pues no que es de izquierdas? Es decir, sé que Marx escribió su obra pensando en sociedades plenamente desarrolladas, no en la pobreza latinoamericana, pero como que no me parece muy ético eso de ir en la zona cara cuando se tiene –según—un compromiso con las clases populares de este país. También ahí estaba el conductor de un noticiario de radio que también participa en Primer Plano, pero ése sí era como más ad hoc para la zona fresa (aunque no tanto, hay que destacar). En contraste, Humberto Beck, de LL, volvió al Altiplano en clase turista, tal y como yo lo hice…

Y vio el burócrata que era bueno.

martes, noviembre 27, 2007

FIL (II)

Uno de los mejores puntos de la conferencia de los blogueros de Letras Libres fue cuando José de la Colina se refirió a los feedbacks, palabra que dejó claro y muy en claro que no le gusta, y que implica el sitio donde los lectores pueden dejar sus opiniones sobre lo publicado. Ahí, afirmó, le ha llegado de todo: desde felicitaciones hasta mentadas de madre, pasando por mensajes amorosos y reclamos. Uno de estos últimos, precisamente, es el que acusa a la gente de LL de estar “vendidos al imperio”, a lo que de la Colina respondió que sí, es decir que sí lo estaban, pero que cuando intentaban cobrar los cheques que el imperio les manda resulta que los bancos siempre los han cerrado las masas populares lideradas por… Elena Poniatowska.

Bien dicho.

FIL

Este blog había caído en un letargo por razones de fuerza mayor: el fin de semana fui a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. La mesa que me interesaba era la de los blogs de Letras Libres, en la que iba a aparecer Guillermo Sheridan. Y digo iba a aparecer porque, justo cuando entramos al salón Agustín Yáñez del Centro de Negocios, vi que su nombre no estaba incluido entre los panelistas. La razón de su ausencia fue, según los organizadores, una cancelación de última hora por una dolencia en la espalda. Bueno. De cualquier manera nos quedamos y vimos a José de la Colina, Christopher Domínguez, Humberto Beck y Ricardo Cayuela disertar sobre el asunto.

La FIL es una especie de mega aquelarre cultural. La verdad, sí es como bastante impresionante la cantidad de libros, editoriales y actos que se ofrecen, los pasillos son más amplios que en su contraparte de Minería y hay un ambiente como de fiesta que flota en el ambiente. Lo importante es, además de comprar libros, dejarse ver y buscar a algún famoso rondando por ahí. Como afirma Albarrán, la FIL es una Disneylandia de la cultura en el país.

Como escribo estas líneas desde el Ministerio no hay mucho tiempo para explayarse. Lo único que puedo hacer es, una vez más, prometer algún tipo de reseña para la próxima entrega (o al menos subir algunas fotografías que tomé durante el periplo). Lo malo es que, con esta nueva promesa, veo que se han acumulado varios pendientes. En fin.

Por cierto, se acabaron las vacaciones. Del glamour culturoso de los últimos días regreso a la realidad burocrática del aquí y ahora. Ni modo. Sin embargo, no todo está perdido: sólo falta un empujón más para arribar a esa parte del año que se caracteriza por los dizque buenos deseos, los abrazos, los brindis, así como la esperanza de un futuro mejor (y también el campeonato para Pumas).

Entrevista: Jordi Soler. Escritor

“Franco fue, y sigue siendo, un hijo de puta”

Desde su autoexilio en Barcelona, el escritor Jordi Soler habla sobre el más reciente producto de su factoría: La última hora del último día (RBA,2007).

¿Qué queda del conocido locutor radiofónico con voz inadecuada, de una legendaria estación llamada Rock 101, de la vida del escritor que vive otras voces, otros ámbitos en la geografía literaria?

Hace muchos años que situé a Rock 101 en el lugar que, en mi historia personal, le corresponde: en el de las aventuras de juventud. Fue una época muy divertida, destrampada y vital y, una vez terminada, regresé a lo que he hecho siempre, que es escribir historias. ¿Qué queda de aquel locutor? El mismo escritor de siempre; mi relación con la radio era eminentemente literaria y mis programas no eran más que una extensión de mi escritura.

Ese pasado radiofónico marcó tus primeras novelas, Bocafloja por ejemplo; ¿aún se escuchan ecos de ese tránsito por los micrófonos en tus trabajos más recientes?

En efecto, la radio me acentuó el sentido del oído, me importa mucho cómo se oyen mis novelas, cómo suenan. Invierto mucho tiempo en construir una prosa que tenga cierta musicalidad y que invite a mis lectores a leer algunas partes en voz alta, y esta manía por la musicalidad de la prosa viene de mi oficio más antiguo, que es el de poeta, y la radio, lo que hizo, fue exacerbar esta manía.

La última hora del último día parece estar engarzada con Los rojos de ultramar, la novela anterior. ¿Se trata de una especie de saga?

No, no se trata ni de una saga ni de una continuación; lo que sucede es que en Los rojos descubrí un territorio literario que se parece mucho al de mi infancia, que he extraído directamente de mi memoria y que, curiosamente, comenzó a manifestarse cuando vivía en Dublín, quizá porque esta ciudad irlandesa es un punto emocionalmente equidistante entre Veracruz y Barcelona, el eje que define mi axis mundi. En Los rojos, por ir siguiendo la huella de Arcadi, ese personaje que se parece a mi abuelo, dejé de escribir la vida en La Portuguesa y lo que he hecho en La última hora del último día es aprovechar el plató que dejó la novela anterior.

Estas dos novelas están entrecruzadas por el tema de la Guerra Civil española, ¿por qué te conmueve tanto el tema, si parece algo ya muy superado?

La Guerra Civil española me conmueve especialmente porque determina la historia de mi familia y consecuentemente la mía; sin ese episodio yo no sería quién soy, un escritor híbrido con dos países y dos formas de concebir la literatura. Soy un catalán que nació en Veracruz y que tuvo una infancia selvática, toda una rareza para mis hijos que son de Barcelona, como su abuela, que es mi madre. La única forma de explicar esta filiación excéntrica pasa necesariamente por la Guerra Civil. Por otra parte, el tema de la guerra no está, para nada, superado, es un tema que en España está cada vez más caliente.

El generalísimo Francisco Franco. ¿Qué es lo primero que piensas al evocar a tamaño personaje?

Que fue, y sigue siendo, un hijo de puta.

Por lo que se puede apreciar de La última hora del último día, eres un gran catador de exilios. El del narrador de la novela, ya instalado en Barcelona después de una vida en La Portuguesa y luego en México, ¿finalmente triunfó?

Hay una línea en La última hora del último día que, desde mi punto de vista, es la suma del exilio: “No puedes volver aunque vuelvas”, dice el narrador. Creo que cada exilio, como cada persona, es distinto, y su punto dramático radica en la idea de que es una condición que se arrastra de por vida y que encima se hereda. Yo no soy exiliado, nací en México y vivo en Barcelona porque es una ciudad que me gusta; sin embargo, he heredado el exilio. Por otra parte me parece que esto no puede mirarse en términos de fracaso o triunfo; se trata de una de tantas formas de buscarse la vida.

Háblanos de la terrible Marianne que vive su propio exilio mental.

Marianne es la gran metáfora del libro, una metáfora terrible. Fue la primera criatura, dentro de aquella tribu de exiliados, que nació en México; era hija de Arcadi y Carlota, pero, de manera simbólica, era hija de todos, simbolizaba la esperanza, el renacimiento de una vida truncada por la guerra, la continuidad de estas familias en ultramar; pero resulta que al cumplir tres años se vuelve loca y que ninguno de los personajes supo ver la ruina que su locura vaticinaba.

El protagonista regresa de su exilio barcelonés a La Portuguesa sólo armado de sus recuerdos y de un iPod. ¿Qué música tiene almacenada en su artilugio?

El iPod del protagonista es el mío, se lo he prestado para su aparición en la novela. Hace unos meses, en agosto, cuando el protagonista había dejado de usarlo y me lo había devuelto, me metí por accidente al mar con el artefacto en el bolsillo; unos días más tarde, cuando ya lo daba por muerto, resucitó, con pura música, sin información en la pantalla y sin darme ninguna opción para programarlo, así que desde entonces lo oigo sin saber qué canción va a ponerme, lo oigo con el suspense de quién oye una estación de radio estupenda.

¿Es La última hora del último día tu propia anatomía de la melancolía?

Quizá lo sea para el narrador y sus personajes, no para mí; la melancolía me parece una enfermedad del siglo antepasado que procuro evitar; me siento más nostálgico que melancólico.

¿Qué sigue, Jordi, hacia dónde se dirige tu trabajo literario?

Estoy a la mitad de una nueva novela. Lo que sigue después de la presentación en México y de la FIL, es la versión de mí mismo que más aprecio: la del escritor que empieza a trabajar al alba y, después de una jornada literaria agotadora, se baña a las cinco de la tarde para recibir, limpio y bien afeitado, a su mujer y a sus hijos, esa hermosa realidad que sirve de motor y de sustento para cualquier ficción.

Jairo Calixto Albarrán

viernes, noviembre 23, 2007

Viernes de glamour culturoso

Así es. En este momento debería estar preparando mi clase para mañana en la madrugada (las 08.00 horas es la madrugada en cualquier sábado de cualquier lugar del mundo), pero más bien estoy aquí dando testimonio de este viernes de vacaciones y glamour culturoso.

Por la mañana he ido a mi Universidad a ver Paranoid Park (Gus Van Sant, 2007). Una buena historia de adolescentes norteamericanos. Recomendable.

Por la noche he asistido a la presentación del nuevo libro de Jordi Soler La última hora del último día (RBA, 2007) en el Centro Cultural Bella Época del FCE. Después, con más calma, haré mis comentarios al respecto.

Por lo pronto, unos testimonios gráficos del asunto.






jueves, noviembre 22, 2007

¿Dónde quedó Imevisión?

Estoy viendo la mesa de análisis de ESPN del balompié mexicano llamada Fútbol picante y sólo puedo preguntarme por qué desapareció Imevisión. Es decir, los hombres que forjaron su historia y que resistieron el embate de la privatización son los que en la actualidad marcan la pauta. Me refiero a Fernández, Puente, Albert, Faitelson, Procuna. Ante ellos, ¿qué tienen que hacer los que se quedaron en la mala versión de Televisa que es Televisión Azteca? Nada. Su debacle se hará más clara cuando llegue la hora de transmitir los Olímpicos de China el próximo año.

Pumas ha ganado el primer partido de los cuartos de final. Dos por cero ante Toluca en el Olímpico Universitario. He visto sólo el final del encuentro y me parece que ha perdonado demasiado. Al menos tuvo otro gol en sus posibilidades para llegar con mayor tranquilidad al Nemesio Díez. No creo que el equipo llegue a la final, pero al menos está luchando para trascender en esta temporada que puede clasificarse de agridulce (no hay que olvidar que se llegó a la terrible cantidad de 14 partidos sin ganar a la mitad del campeonato). Con el Tuca en el banquillo es difícil prever un presente glorioso.

De los juegos de ayer sólo tengo algunos comentarios breves: a) el tal "Chelito" Delgado siempre ha sido un fiasco, b) el Cruz Azul sigue siendo un fiasco (casi igual que su fanaticada), c) el Atlante tiene todo excepto un uniforme decente (al menos no bajo la marca Garcís), d) San Luis es igual o más nefasto que su hermano mayor, e) el arbitraje en México es de risa loca y f) es difícil entender la lógica de los comentaristas deportivos de este país: de la adulación total pasan a la crucificción despiadada sin anestesia de por medio.

Inglaterra ha quedado fuera de la Euro, pero ese tema ya lo hemos tocado antes. Al menos ha quedado en su lugar un equipo que me simpatiza: la ex Unión Soviética.

Un poco de fútbol desde este país de gente fea (juez argentino dixit).

miércoles, noviembre 21, 2007

Tragedia en Wembley

La selección de fútbol de Inglaterra ha quedado fuera de la Eurocopa 2008 al perder frente a Croacia en su propio campo por tres goles a dos.

Súmese a todos las derrotas que hemos experimentado en este 2007.

La vuelta (II)

La presentación que anuncié en la publicación anterior será a las 19.00 horas en el mismo lugar. Aquí está el artículo de Soler en el que lo da a conocer.

Por cierto, y como extra para finalizar de una vez por todas con el asunto, ayer me enteré que el viernes hubo un aquelarre en Acatlán por la víspera del partido de la final contra el IPN. Con la celebración de la "quema del burro" vino el argüende y el alboroto. Ahí, de acuerdo con mis fuentes, los jugadores de los Osos nos prometieron que iban a traer el campeonato a casa. Desafortunadamente, no se pudo. Snif.



El vuelo
Jordi Soler

Mientras usted sostiene este periódico, cómodamente sentado en su sofá, yo voy volando en un avión rumbo a México, apretujado en un asiento, viendo distraídamente una película pésima, leyendo un libro estupendo o dando ocasionalmente una cabezadita. Sobre todo voy deseando que no venga entre nosotros el cantante Melendi, ese hombre que, como bien sabrán ustedes, hace unos días, a bordo de un avión que iba justamente a México, protagonizó un escándalo mayúsculo, exigió más bebida con tan malos modos, que el piloto tuvo que regresar a Madrid con todo y sus 180 pasajeros. ¿No hubiera sido menos gravoso darle más bebida al cantante? Antes de regresar, y arruinar los planes de todos los pasajeros, podía haberse hecho un referéndum, el piloto podría haber preguntado: "Estimados pasajeros, les habla su capitán. ¿Qué prefieren: regresar a Madrid y posponer trece horas el viaje o que, a fuerza de ginebras, le provoquemos al cantante un coma hepático?". Yo por miedo a encontrarme con Melendi, y con su tenebroso maletín lleno de pacharán, he elegido otra línea aérea y otra ruta para llegar a México donde, y perdonen ustedes el anuncio, presentaré mi nueva novela el próximo viernes 23, a las siete de la tarde, en el Centro Cultural Bella Época (Tamaulipas 202, en la Condesa); me acompañará el poeta Eduardo Vázquez, de quién ahora mismo transcribiré estas líneas, sólidas y definitivas: "frente a su cuerpo el verbo encarna, y las palabras son apenas piedras en el río, que su corriente pule y hace arena". El tenebroso maletín de Melendi, que llegó de regreso al aeropuerto de Madrid, lleno de botellas vacías de pacharán, me hizo pensar en las botellas vacías de Jack London, ese escritor que después de 48 libros publicados, y a sus 40 años de edad, se quitó la vida con veinticuatro pastillas de sulfato de morfina. El dato se conoce con mucha precisión porque junto a su cuerpo fue encontrada una libreta donde estaba escrito el cálculo de las pastillas que necesitaba su organismo para suspender sus palpitaciones. Pero yo iba a contar la historia de sus botellas vacías: cuando tenía cinco años su padre lo enviaba a comprar cerveza; el pequeño Jack llegaba al bar y ponía sobre el mostrador las botellas que eran inmediatamente rellenadas por el barman; un día que hacía mucho calor, Jack hizo una escala bajo la sombra de un árbol y ahí, animado por la sed que lo escocía, se bebió una botella y luego las otras dos, y cuando había logrado ponerse como el cantante Melendi, regresó con su padre y le devolvió sus tres botellas, otra vez vacías. Había empezado estas líneas diciendo que mientras usted sostiene este periódico, sentado cómoda o incómodamente pero en tierra firme; yo voy metido en un tubo a presión, rodeado de gente extraña, a diez mil metros de altura, envidiando a estas líneas que han llegado antes; aterrizaron desde muy temprano, han sido leídas y digeridas y cuando a mí, su autor, me toque aterrizar en México, ya serán líneas viejas, casi del día anterior; serán la prueba contundente de que escribir es la forma más efectiva de volar.

La vuelta

Este blog ha estado un poco descuidado por el asunto del fin de semana largo y por mi segunda semana de vacaciones del primer periodo de 2007.

Estos días de asueto intentaré aprovecharlos para hacer todas esas cosas pendientes que están en la agenda. Sin embargo, veo que habrá mucho fútbol en la televisión y que también ha comenzado la 49 Muestra Internacional de Cine.

Cuando era estudiante me gastaba casi todo mi dinero en ir a las funciones que daban en la escuela o en el Cinematógrafo del Chopo o en el Centro Cultural Universitario. Luego, no sé por qué, dejé de asistir a esos sitios y me concentré más en la cartelera comercial. Hace un mes fui a la Cineteca y vi Después de la boda, la cual me gustó. Así que, motivado por ese recuerdo de ver otra clase de cine, volveré a las salas --digamos-- alternativas de la ciudad. Además, con mi credencial de profesor me hacen descuento de 50 por ciento, lo cual está muy bien.

El próximo fin de semana también hay actividad culturosa en la provincia. El domingo estará Guillermo Sheridan en una de las mesas que se organizan por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En un momento de lucidez me decido a ir a esa ciudad a visitar a mis colegas Fernando y Darío.

Y, para finalizar, el próximo viernes 23 Jordi Soler presenta su nueva novela en el Centro Cultural Bella Época del FCE, ubicado --¿dónde más?-- en la Condesa. Me parece que es en la tarde, pero no estoy seguro de la hora (consúltese su columna del lunes en Reforma). A esa sí voy a ir seguro.

Una semana de glamour culturoso en la víspera del cierre de año.

sábado, noviembre 17, 2007

De la derrota

Perdimos ante el Politécnico en el ascenso a la Liga Mayor.

Un año más de espera.

Orgullo Azul y Oro.

viernes, noviembre 16, 2007

De los empleos y la suerte

Hoy mi esposa se encontró a Juan Villoro en un avión. Ella los conoce y yo los leo. Voy a cambiar de empleo.

De las Moleskine, Monsi y los Osos

Bendito Dios, hoy es viernes.

Las clases no han andado bien. A lo mejor sí, pero a mí no me han convencido. Creo que tendré que bajarle un poco a mi histeria. En su segundo parcial les fue bien a los chicos. Sólo hubo una reprobada. En fin. El próximo martes 20 de noviembre sí hay labores.

Desde el martes iba a escribir algo sobre las Moleskine. Más bien se trata de un tip. Ese día fue a por el nuevo de Juan Villoro (Los culpables, Almadía, 2007) a la librería Juan José Arreola del FCE y vi que en uno de los rincones acababan de desempacar las libretas negras. Qué bien, pensé. En casi todos los puntos de venta han estado agotadas. El punto es que también había unas del mismo tamaño, pero en colores. Se trata de la edición especial del Museo Van Gogh. Las recomiendo, sobre todo si piensan regalar algo por estos días. Por cierto, las agendas 2008 aún no arriban, pero según mi colega el dependiente no pasará de este mes. Atentos.

Uno de mis escritores mexicanos favoritos, René Avilés Fabila, escribió algo sobre el inefable Monsiváis en su blog. Aquí la liga para su consulta: http://recordanzas.blogspot.com/2007/11/pesadilla-de-una-noche-de-otoo-o-para.html

Mañana los Pumas/Osos Acatlán saltan al campo a batirse con los politécnicos para obtener su pase a la Liga Mayor del fútbol americano estudiantil de este país. El martes que llegué a la escuela los vi entrenando a la distancia. Espero que nos den una alegría ahora que los de CU sucumbieron inexplicablemente, que los Pumas del fútbol nos dan una buena y cinco malas, y que la Universidad descendió en el ranking mundial de The Times. ¡Goooooya!

jueves, noviembre 15, 2007

De la terraza, los periodistas, Imevisión y la lluvia de noviembre

De nuevo he ido al cafecito con terraza cercano al Ministerio. El lugar está bien, sólo que la mayoría de los comensales son periodistas. Es curioso que lo que critican en el poder público lo reproduzcan en su propio gremio. Por ejemplo, hoy estaba sentado en la barra el recién nombrado jefe de un puesto importante de un diario también importante, al salir lo descubre uno que se veía como empleado normal, éste se acerca a despedirse y el otro, con una actitud bastante sobrada, sólo alcanzó a dibujar una especie de mueca y a mover la cabeza como asintiendo las lisonjas que le daba a diestra y siniestra el trabajador del diario. ¿Pues no que eso nada más sucede con los sangrones de la administración pública?

Bueno. También he visto en la televisión una escena bastante surrealista, pero reconfortante. Se trata del regreso de José Ramón Fernández a las ligas mayores después de que fue sacado casi a patadas de Televisión Azteca y luego de haber retomado vuelo en el Grupo Fórmula. Ahora está en la cadena norteamericana ESPN junto a sus ex discípulos Procuna, Albert y Faitelson. Hombre, qué bien, ¿no? Así, al menos, los traidores que se quedaron en el 13 sentirán una mayor competencia en su mesa de análisis. Aunque eso de competencia me parece que ni siquiera es digno de plantearse. ¿Cómo comparar a los imberbes Marín, Martinolli y García de Anda contra los tiburones nombrados líneas arriba?

Me ha alegrado un poco la tarde ver esa imagen. Es más, hasta pensé que el Estado mexicano había vuelto a coger el toro por los cuernos y que había regresado Imevisión a las pantallas. Mi emoción fue más allá cuando pensé que, por fin, regresarían clásicos de la televisión como En su tinta, Sábados del 13, Desayunando con Jorge Saldaña, Caleidoscopio, et al, los cuales forjaron las mentes de muchos que hoy ya superamos los 30. Hasta me pasó por la mente la resurrección de D. Fernando Marcos y de Ricardo Garibay. En fin.

Se avecina lluvia y no he traído ni paraguas ni gabardina. November rain.

De la sabiduría antigua

El rey no debe tener igual en su reino, porque ello anularía el precepto de que un igual no puede tener autoridad sobre sus iguales. Aún menos debe tener superior ni debe hallar nadie más poderoso que él, porque en tal caso se hallaría por debajo de sus súbditos, y es imposible que los inferiores sean iguales a quienes tienen mayor potestad. Empero, el rey no debe estar sometido a ningún hombre, sino a Dios y a la ley, ya que la ley hace al rey. En consecuencia, que el rey dé a la ley lo que la ley le ha dado a él, a saber, dominio y potestad, porque no hay rey donde gobierna la voluntad y no la ley.

 

Bracton, De legibus et consuetudinibus Angliae.

miércoles, noviembre 14, 2007

De la salud y el nuevo Rector

Estoy algo contento. Hoy el doctor que me operó en octubre me ha dicho que voy bien luego de una revisión. Aún no me otorga el alta médica, pero escribió en su bitácora que presento una buena evolución. Además, lo mejor es que me ha informado que el hígado no ha sufrido daños. Puedo hacer mi vida normal.

Después del proceso de selección correspondiente el Dr. José Narro Robles ha sido designado nuevo Rector de la Universidad Nacional. Ya veremos qué tal desempeña este altísimo encargo, sobre todo después de la eficiente labor de su predecesor –otro doctor, por ciento—Juan Ramón de la Fuente Ramírez. Como universitario que soy y que seré siempre me siento orgullo de que mis dos títulos lleven su rúbrica.

martes, noviembre 13, 2007

Del cafecito nuevo que está cerca del Ministerio y que tiene terraza (II)

Y para que no se diga que aquí abaratamos los títulos de la nobleza y de la belleza, una muestra de por qué la Sra. Carpinteyro le está disputando el título de la política más guapa de la comarca a la Fromow.

Por cierto, ambas son abogadas. ¿Qué acaso no tenemos politólogas de Premier League? Si alguien sabe de algún ejemplo, que se ponga...






Del cafecito nuevo que está cerca del Ministerio y que tiene terraza (fe de erratas)

Donde dice Concepción Carpinteyro debe decir Purificación Carpinteyro.

Del cafecito nuevo que está cerca del Ministerio y que tiene terraza

Dos cosas breves.

Uno. Salgo a comer a un cafecito nuevo que está cerca del Ministerio y que tiene terraza, y veo que una buena cantidad de chicas –me refiero a mujeres, no a la edad—trae colgados sus bolsos de ositos. Exacto. Esos de la marca barcelonesa Tous. Ya sabía de su existencia porque mi mujer tiene los suyos. Al principio pensé que era una ridiculez traer algo con relieve de animalitos, sobre todo en féminas mayores de 30. Ahora me doy cuenta de que es como sinónimo de sofisticación (o al menos eso nos quieren hacer creer). Más bien pienso que se trata de una opción intermedia entre una bolsita común y corriente y una LV. Y si no, al tiempo.

Dos. Salgo de comer del cafecito guevo que está cerca del Ministerio y que tiene terraza, y veo en el quiosco la portada de Milenio Diario en la que el presidente mira con frenesí a Purificación Carpinteyro en un acto celebrado el día de ayer. ¿Que quién es Concepción Carpinteyro? Hombre, pues la jefa del Servicio Postal Mexicano y, desde ahora lo anunciamos, una de las funcionarias públicas más guapas de este país. Dicho está. Aquí le hemos rendido puntual honor a la belleza burocrática y le hemos profesado nuestro reconocimiento a la Fromow, la política más guapa de la comarca. Pero ahora, con la irrupción de Conchita, creo que el reinado de María de los Ángeles está seriamente amenazado. Y si no, al tiempo.

De las mejores mercancías

Hay un capítulo de Los Simpson en el que a Homero le da por ser inventor. Entonces, toma como referente y gurú a Thomas Alba Edison. Sin embargo, lo más que puede crear es un martillo mecánico y una silla anticaídas de espaldas, los cuales, luego de una confusión, se le atribuyen al propio Edison y no al padre de Bart.

Bueno, esto lo he recordado porque, revisando entre mi escritorio, encontré el catálogo de Betterware que a bien tuvo dejarme una secretaria hace unas semanas con el fin de comprar algo. Si uno le da un vistazo al ejemplar encontrará que hay muchas cosas interesantes. En resumen, hay todo lo que un hombre común y corriente puede necesitar en su vida cotidiana y que jamás se había puesto a pensar en ello. ¿Ejemplos? Veamos.

Tenemos una lámpara en forma de angelito para evitar los malos sueños de los niños por 54.90, también una cinta adhesiva doble cara que esconde tirantes por 144.90, un organizador de recibos con 13 compartimentos con separadores por 84.90, un recolector de cabello para el baño por 99.90, un espejo de aumento con ventosa de succión (ideal para exprimirse los granos de la cara) por 89.90, un forro de algodón protege dedos que evita el molesto roce de los zapatos (estoy usando su redacción) por 69.90, un sujeta verduras para evitar el mal olor de la cebolla en las manos de la reina del hogar al momento de cortarla por 69.90, unas bolitas atrapa pelusa y rejuvenecedoras de ropa por 74.90… y así, más y más casos prácticos que resultan casi ilimitados.

Ante esto lo único que uno puede preguntarse es, Señor, ¿cómo había podido sobrevivir en este peligroso mundo sin estos artículos de primera necesidad?, para acto seguido ir corriendo con la secretaria a encargarle la mayor cantidad posible de artilugios.

¿A quién se le ocurren todas estas cosas? Imagino que Betterware tiene un laboratorio como de la Segunda Guerra Mundial en el desierto de Arizona, entre Yuma y Tucson, donde trabajan en coordinación científicos asiáticos y chalanes mesoamericanos jornadas de 20 horas al día, pensando qué cosas pueden vender como soluciones totales para los problemas del hogar (o, en su defecto, pensando en inventar problemas para la vida cotidiana que requieran algún tipo de arreglo).

Betterware quiere dominar el mundo (y lo está logrando).

lunes, noviembre 12, 2007

De la nada

Este blog ha estado un poco en el olvido... Creo que hace falta meterle más fotos.

La noche del lunes 12 de noviembre de 2007. Hoy es el Día del Cartero. Como Bukowski. El presidente anunció que les van a subir el salario.

Escucho a Los Planetas en mi casa. Quiero hacer algo, pero no sé qué.

Hace unas semanas compramos una portátil Toshiba. Fue en el Office Depot a recomendación del Efrén (y eso que él trabaja para esa compañía). La uso poco. De hecho, sólo cuando voy a la clase del sábado en Lomas Verdes. Antier escribí algo ahí desde un Vips. Luego lo saco y lo subo.

Se acercan las vacaciones. Ya quiero que lleguen.

Se acerca la FIL de GDL. Este año sí iré.






Se extraña Madrid. Ya quiero regresar.

Aquí me bebí unas chelas (hígado, no me falles...).



La mítica calle Bucareli, Cd. Mx.




Los Años Maravillosos.

De por qué no te callas y del foklorismo de la región

La frase que Juan Carlos de Borbón le espetó a Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile se ha convertido ya en un clásico. Por aquí y por allá se repite la ahora famosa frase de ¿por qué no te callas? Ayer mismo veía en la televisión española que hasta han compuesto canciones cuyo estribillo es el reclamo del Rey. Más allá del bochorno por esta escena incómoda, lo que también ha provocado es que los latinoamericanos nos interesemos un poco más en esa reunión que, al menos en teoría, trata sobre nuestros problemas compartidos (¿quién coños hablaba de la Cumbre antes del incidente?).

Así, después de un vistazo a los pormenores de la Cumbre destacan algunos puntos, por ejemplo, el del folklorismo de nuestra tropical y rumbera región. Veamos.

Primero, el presidente de Bolivia, Sr. Evo Morales, arriba a la junta de mandatarios con un trajecito como de Juan Gabriel cuando se dispone a trabajar en cualquier palenque del norte del país (o en Colombia, dependiendo la invitación). En otra fotografía vemos que están Ortega, Kirchner y Chávez, presidentes de Nicaragua, Argentina y Venezuela, respectivamente, en mangas de camisa y arengando a la multitud cual si hubiesen salido de un antro luego de beberse unas chelas mirando un Sporting Cristal versus Deportivo Pasto por la Sudamericana. Por acá aparece la próxima presidenta de Argentina, Cristina Fernández (por cierto, mujer del actual presidente de esa nación…, como que eso me sonó más o menos conocido aquí en México), caminando como si estuviese en pasarela (es conocido por todos que la señora tiene una fijación bastante fuerte con su apariencia física). Luego, la anfitriona del aquelarre, la Sra. Bachelet, intentando poner orden en una sesión que se salió de control por los impulsos de ese otro personaje de la jungla que es el Sr. Chávez. Hombre, bueno, todo un cuadro que bien pudo haber escrito en sus mejores momentos de lucidez el Sr. García Márquez. Nada más faltó que saliera Shakira a musicalizar el encontronazo a ritmo de reaggetón.

La verdad, qué bueno que nuestro hombre en Los Pinos no pudo asistir… en algo hubiese colaborado a mejorar esta surrealista y cumbianchera escena costumbrista.

Del inicio de una nueva semana y de la radio comercial

Los días corren y el tiempo sigue su marcha para ubicarnos casi en la víspera del fin de otro ciclo vital. 2007, con todo y su fuerte carga emocional, comienza a ceder terreno. En unos días más estaremos ya instalados en las fiestas, las celebraciones, los brindis y los abrazos deseando –al menos en teoría—parabienes por el nuevo año que se aproxima. Morir para vivir.

Casi todas las mañanas que me dirijo al Ministerio escucho una voz en el radio. No en mi radio, por supuesto, sino en el del taxista en turno. En efecto, no dudo en afirmar que tres de cada cinco unidades del transporte privado que cojo de lunes a vienes está sintonizando el programa de un tal Mariano en no sé cuál estación. Después de que ingreso al coche lo primero que oigo es un tonito de voz que intenta presentarse como conciliador y buena onda, el cual está hablando de ayudar no sólo a la gente de Tabasco, sino a toda la humanidad, o bien, lee fragmentos de libros, da consejos, intenta hacer chistes con el encargado de deportes o, sencillamente, presenta canciones pop de moda.

Increíble, pero cierto. Además, me parece que el personaje monta su show no una, ni dos, ni cinco veces a la semana, sino… ¡siete! Es decir, no para. Y el horario también es como criminal: de las 06.00 a las 13.00 horas. Uf. ¿Qué no tiene vida privada este individuo? Dedicar casi la mitad de los días de todo el año de su existencia a estar frente a un micrófono debe ser mortal. No dudo que se trate de un genuino impulso de “comunicación”, pero también me parece que encierra un complejo medio sospechoso de este… ¿joven?, ¿adulto contemporáneo? No lo sé.

Al parecer, aquellos tiempos en los que lo único que se escuchaba en el transporte público y privado eran las estaciones gruperas ha cedido a un nuevo tipo de compañía: ésa que intenta como apapachar y servir de bálsamo a la concurrencia en sus múltiples dudas y sinsabores cotidianos. Lo crucial ahora no es tener un ritmo guapachoso bajo el cual se realicen las labores del hogar, ni se despachen los jugos y las tortas en las esquinas de la ciudad, ni se escriban los memorándums en las oficinas públicas. No. Ahora lo importante es que un tipo nos lea pedacitos de best-sellers, al tiempo que nos dice hombre, vamos, tú puedes campeón, eres lo máximo, para después musicalizar todo con una canción sensiblera. En fin.

Otras estaciones que he notado que sintoniza el respetable gremio taxista son W Radio (el noticiario de Aristegui), Monitor (con el enojón José Gutiérrez Vivó), una de AM que se autodenomina como “la más perrona” y que tiene un programa de Vicente Fernández a las nueve y, claro, también a cualquiera de ese binomio bullanguero compuesto por la K Buena y La Zeta.

Así las cosas.

domingo, noviembre 11, 2007

De la antesala de la gloria

Por fin se actualizó la página de la ONEFA y la noticia ha valido la espera: los Pumas (Osos) Acatlán derrotaron a domicilio 14-7 a los Halcones de la Universidad Veracruzana la noche de ayer.

Con esto, el equipo universitario enfrentará al representativo del Politécnico para determinar quién ocupará el lugar que ha dejado vacío la Universidad de Chihuahua en la Liga Mayor.

¡Goya!

sábado, noviembre 10, 2007

De noticias breves en sábado por la noche

Primero, murió Norman Mailer. Aquí escribí hace unos días que lo habían ingresado a un hospital de Nueva York por un problema respiratorio. El tipo duro no bailó, en efecto, pero desafortunadamente ya no pudo salir por su propio pie de ese sitio. Ni modo. Así son los ciclos.

Segundo, en este momento la página de la ONEFA dice que los Osos Acatlán y los Halcones de la UV están empatados a siete puntos en el último cuarto del partido de semifinales de la liga de ascenso. El punto es que ese aviso tiene como dos horas. ¿Un último cuarto de más de 15 minutos? Espero que pronto den la actualización y que ya nos saquen de la incertidumbre que nos está, literalmente, carcomiendo. ¡Goya!

Tercero, el rey Juan Carlos de España calló a Hugo Chávez en una ceremonia de la Cumbre Iberoamericana que se celebra en Chile. ¿Veremos el desembarco de tropas por el puerto de Maracaibo? Lo dudo.

Cuarto, la página de la ONEFA sigue diciendo que estamos tablas. Joder.

The last show

He vuelto a ver el final del documental de la gira A bigger bang de los Stones y es, simplemente, estremecedor.

¿Habremos visto el último concierto de la banda más grande de todos los tiempos?

viernes, noviembre 09, 2007

Viernes, siempre viernes

Hoy el sol ha vuelto a salir de manera tímida... y de noche.

¡Aguante!

De presentaciones de libros e invitaciones (II y última)

Y, bueno, ayer sí me di tiempo de ir un ratito a la presentación del libro de Jairo Calixto Albarrán, Episodios naconales, en la FES Acatlán. Cuando arribé lo primero que escuché fueron muchas risas en el auditorio. En efecto, más que un evento dizque académico parecía una gran reunión de colegas para pasarla bien, lo cual me pareció aceptable. En la mesa estaban el autor, Tacho (cartonista de Milenio Diario) y un profesor de la carrera de comunicaciones. Por cierto, he leído en un texto de Lluís Foix que en Inglaterra no existe la licenciatura de comunicación, ¿qué tal?

El que estaba hablando era Tacho y, al estilo de otro cartonista, Antonio Garci, usaba toda una serie de parafernalia para aderezar sus comentarios: una mano enorme (de Fox), un iAMLOquito de juguete, un muñeco de La Chilindrina, un promocional de tamaño natural de Betty Monroe con un ejemplar del libro en la mano (similar a los que usa la revista H para anunciar sus nuevos números en los quioscos), un botiquín de la Cruz Roja que anunciaba un centro de acopio a favor de Fabiruchis, entre otros.

La concurrencia estaba risa y risa. Los antiguos cronistas hubiesen escrito “el respetable gozaba de lo lindo”. El profesor leyó un fragmento del libro y Albarrán remató diciendo ¡qué chingón soy! Después vinieron toda una serie de pitorreos a la clase política nacional (naconal) y la hipótesis de Jairo de que, en un país como México, uno nunca puede aburrirse, en la cual estoy de acuerdo.

He leído a Albarrán desde que era una imberbe joven promesa en “El Búho” de Excélsior. Ahora, en el noveno día del onceavo mes del séptimo año del segundo milenio de la Era Cristiana, lo sigo leyendo (aunque me declaro más fan de Sheridan). No vi el libro en venta, pero lo voy a comprar en cuanto lo encuentre.

jueves, noviembre 08, 2007

De las modificaciones al Servicio Profesional de Carrera

Un asunto netamente burocrático es el del Servicio Profesional de Carrera, el modelo que ha sido implementado desde 2003 en México y por el que se busca contar con funcionarios públicos profesionales, capaces, sin vínculos ni dependencias partidistas y, sobre todo, que garanticen la correcta marcha de las funciones del Estado y la administración pública.

Todos los que somos burócratas hemos oído hablar de él. Algunos están dentro y otros fuera. En el primer grupo encontramos a aquellos que ocupan plazas desde el nivel de enlace hasta el de director de área. En el segundo a los operativos y, de acuerdo con la reciente modificación que realizó la Cámara de Diputados a la Ley correspondiente, a los directores generales, a los directores generales adjuntos y a sus homólogos, así como a todos los demás puestos superiores jerárquicos (subsecretarios y titulares del ramo).

Y, bueno, el tema ha vuelto a tomar fuerza por los cambios maquilados desde San Lázaro a la normatividad. Entre los aspectos más relevantes están, primero, la salida de los funcionarios señalados en el párrafo anterior del catálogo de puestos sujetos al Sistema y, segundo, al hecho de que cambiarán los métodos de evaluación de aquellos que buscan ingresar al mismo (el artículo de Mauricio Merino anexado el día de ayer en este mismo espacio es bastante aleccionador al respecto).

Sin embargo, hay otros puntos, por ejemplo, la modificación del criterio de permanencia que se había aplicado a los funcionarios de libre designación. Así, aquellos que no han querido certificarse –es decir, realizar los exámenes correspondientes para obtener el nombramiento como funcionario de carrera—bajo diversos argumentos, a partir del próximo año tendrán que hacerlo porque el nuevo Reglamento de la Ley señala que, si al término de tres años no han obtenido su nombramiento, la plaza será sometida a concurso.

Como se puede apreciar en este brevísimo comentario, las novedades en la normatividad tienen puntos a favor y en contra. Por un lado, es bueno que se someta a todos los funcionarios que actualmente se encuentran en nómina a evaluaciones que garanticen –al menos en teoría—que los que ocupan los puestos son los mejores para ello. Por el otro, es bastante negativo el que se exente a los directores generales y sus homólogos de la Ley, ya que se convierten en un botín político que es bastante probable que reproduzca los vicios que se han querido erradicar a través del Sistema. También debe notarse que es posible que las evaluaciones ya no estén a cargo de CENEVAL, sino que ahora cada dependencia tendrá la libertad de elegir a la institución que realizará estas funciones.

En fin. El tema da para mucho. Los que deseen más información pueden acceder a la página de la Función Pública y buscar el nuevo Reglamento de la Ley.

De canciones pegajosas y radio pública

Traigo pegada una tonadilla desde la mañana:

 

Estas son las mañanitas

Que cantaba el Rey David

Hoy por ser tu cumpleaños

Te las cantamos así…

¡Hey! ¡Tú! ¡Despierta!

¡Mira que ya amaneció…!

 

El punto es que no se trata de la clásica que se entona en los aniversarios acompañado de pastel de tres leches y chocolate Abuelita, sino de una versión revisitada con fondo musical de “Another brick in the wall” de Pink Floyd.

La escuché en el programa de la mañana de Reactor, con el infumable Rulo y sus compañeritos (por cierto, ellos también son burócratas porque trabajan para la radio pública, el IMER).

Si alguien tiene el archivo que se ponga.

miércoles, noviembre 07, 2007

De presentaciones de libros e invitaciones

A todos los que vieren y entendieren, sabed:

Mañana jueves 8 de noviembre del año del Señor 2007 se presenta el libro Episodios naconales (así, naconales, no nacionales), de Jairo Calixto Albarrán (ex suplemento cultural “El Búho” de Excélsior, actual QRR en Milenio Diario) en mi escuela, la UNAM campus Acatlán, como parte de la semana de la comunicación. La cita es a las 19.00 horas en el Auditorio Miguel de la Torre.

Antes de ir a la clase nos daremos una vuelta por ahí para ver de qué va el asunto.

Y vio el burócrata que era bueno.

Los diez mandamientos del perfecto mafioso

La policía halla entre los documentos del jefe de la Cosa Nostra detenido el lunes el 'código de honor' de la mafia siciliana

EFE

El decálogo del perfecto mafioso, los derechos y deberes para formar parte de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, era uno de los documentos que llevaba siempre consigo el último padrino, Salvatore Lo Piccolo, arrestado el pasado lunes tras 25 años como fugitivo. En el maletín de piel de Lo Piccolo, considerado el heredero del jefe de jefes de la Cosa Nostra, Bernardo Provenzano, la policía ha hallado un texto, escrito a máquina y en mayúsculas, con el escueto y preciso título de Derechos y deberes. Abajo, una lista con los diez mandamientos, las reglas que jamás se pueden transgredir para tutelar la organización y para garantizar la fidelidad, obediencia, moderación y sobriedad que caracterizan a un "hombre de honor".

El primer mandamiento prohíbe "prestar dinero directamente a un amigo" y aconseja, si es necesario, hacerlo a través de una tercera persona. El segundo es que "no desearás a la mujer del prójimo".

El tercer mandamiento prohíbe cualquier tipo de relación con la policía y, además, el verdadero "hombre de honor" tampoco se deja ver por bares y círculos sociales, como explica el cuarto. Y, si el deber le llama, tiene que estar disponible en cualquier momento, incluso, cita el quinto mandamiento, "si su mujer está a punto de parir".

El documento, entre decálogo mafioso y manual de buenas maneras, exige a los hombres de la Cosa Nostra "puntualidad" y el respeto "de manera categórica" de todas las citas. En el séptimo, tras prohibir desear a la mujer del prójimo, se exige "el respeto a la esposa". El octavo obliga a "decir la verdad" a cualquier pregunta y en cualquier situación.

Mientras, el noveno hace referencia a una de las reglas de la "dignidad" mafiosa: se puede matar, extorsionar, traficar, pero nunca "robar el dinero de otras personas o de otros clanes mafiosos".

El decálogo se completa con un mandamiento más complejo, en el que se dan indicaciones precisas sobre quién puede formar parte de la Cosa Nostra o, más bien, quién no podrá jamás entrar en la "familia". La organización no permite la entrada "de quien tiene un familiar en las fuerzas del orden", quien ha "traicionado sentimentalmente" a la mujer, tiene "un mal comportamiento o no demuestra valores morales".

Esta hoja formaría parte de un ritual de adhesión a la Cosa Nostra, un texto para leer o aprender de memoria y recitar antes de entrar en la organización. Entre los papeles de Lo Piccolo también se ha encontrado una estampa con una imagen religiosa y la frase: "Juro ser fiel a la Cosa Nostra y, si la traiciono, que se quemen mis carnes como se quema esta estampita".

Los documentos que llevaba consigo Lo Piccolo se están convirtiendo en una auténtica mina de oro para comprender el universo mafioso y para continuar la batalla contra el crimen organizado. La literatura mafiosa y también las declaraciones al juez de algunos "arrepentidos" de la Cosa Nostra habían hablado siempre de la existencia de un código de honor, pero ahora, tras el arresto de Lo Piccolo, se tiene la prueba material.

Donde dije digo, digo Diego

Mauricio Merino

La semana pasada, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal que, sin matices, representa un paso hacia atrás en la ruta de construcción que había seguido ese tema, indispensable para la consolidación democrática. La reforma dice que los directores generales (y los adjuntos y homólogos) dejarán de pertenecer al servicio profesional y, en consecuencia, podrán ser designados y removidos con total libertad. Corresponderá al Senado confirmar o rechazar esa decisión propuesta por la Cámara Baja.

Antes de las elecciones de 2006 (en el mes de marzo de ese año), el PRD ya había presentado una iniciativa muy similar, que fue rechazada por la cámara apenas mes y medio después (el 18 de abril). Igual que ahora, se quería eliminar el nivel de dirección general del catálogo de puestos del servicio profesional de carrera, bajo el mismo argumento según el cual el jefe del Ejecutivo y sus colaboradores debían contar con personas de su más absoluta confianza y lealtad para poder desempeñar sus funciones.

En aquel momento, la iniciativa fracasó gracias a los votos en contra del PAN, del PRI y del Partido Verde, entre otras razones, porque se leyó como un intento de la principal oposición al gobierno de Vicente Fox para despejar los puestos que eventualmente le serían indispensables en caso de ganar los comicios. El partido del gobierno se opuso con firmeza a la iniciativa no sólo porque el plazo transitorio que se había dado a la Ley del Servicio Profesional de Carrera para cumplirse en su totalidad todavía no se había agotado, sino porque se creyó (con razón) que el nombramiento libre de los puestos de mayor jerarquía del servicio equivaldría a convertirlos en un botín político del gobierno de turno. En ese momento (hace año y medio), no hubo un solo voto del PAN a favor de la iniciativa, y solamente hubo siete votos del PRI que la respaldaron (además de los 79 votos del PRD y de sus aliados electorales).

Al final del mes de mayo de ese año, sin embargo, se presentó otra iniciativa equivalente por el diputado Carlos Flores Rico del PRI, que volvió con el mismo argumento ya desechado: “La necesidad legítima que tienen los altos funcionarios para designar libremente a personas de su plena y total confianza en los niveles jerárquicos de director general o su equivalente”.

Casi un año más tarde, y contra todo pronóstico razonable, la Comisión de la Función Pública aprobó esa iniciativa explicando que la libre designación de los directores generales, adjuntos y homólogos, “garantizaría además de un servicio público eficaz y eficiente, contar con la absoluta confianza del designado a quien —se presume— se le nombra en razón de sus méritos y del conocimiento que se tiene de su capacidad y lealtad”. Y el 30 de octubre de 2007 la iniciativa fue finalmente aprobada por 332 votos de todos los partidos políticos, con apenas cinco votos en contra (de los cuales cuatro fueron del PRD y uno del PAN). En definitiva, la Cámara de Diputados cambió de opinión, y en lugar de llamar al fortalecimiento del servicio profesional de carrera, aprobó que los puestos mejor pagados y de mayor responsabilidad pública salgan del catálogo establecido. Aceptó que sigan siendo, sin más, designados por razones políticas.

Es difícil encontrar argumentos plausibles para explicar ese cambio de posición. De un lado, es probable que se deba a un mal diagnóstico de los problemas que enfrentó la operación inicial del servicio profesional de carrera. En sus primeros años, en efecto, muchos de los concursos que se convocaron para ocupar plazas de ese catálogo se declararon desiertos (hasta siete de cada 10, en los casos de los directores generales), y además hubo graves dificultades para encajar los perfiles requeridos con los exámenes que se exigían a los candidatos. A consecuencia de esas decisiones, se utilizó en exceso la cláusula de excepción prevista en el artículo 34 de la ley para ocupar vacantes por razones extraordinarias, y los concursos se alargaron innecesariamente.

No obstante, el gobierno publicó hace dos meses un nuevo reglamento del servicio profesional que ya respondía a esos problemas: descentralizó la operación de los concursos, dejó que cada dependencia definiera los perfiles de los puestos vacantes y los contenidos de los exámenes requeridos, negó la posibilidad de declarar concursos desiertos por razones artificiales y volvió mucho más rígido el uso del artículo 34. Buscó una mayor descentralización operativa, un mejor control normativo y una mayor apertura a la vigilancia pública, precisamente para evitar la discrecionalidad de los nombramientos en los puestos de mayor importancia. En ese sentido, el problema invocado para justificar la salida de los directores generales del servicio profesional de carrera ya había encontrado una solución en el reglamento: cada dependencia se haría cargo de sus concursos, y la sociedad podría vigilar puntualmente su desarrollo. Los mejores funcionarios públicos, además, podrían imaginar un proyecto de vida profesional capaz de llegar hasta la cúspide de una dirección general.

Todo eso se vendría abajo si la iniciativa aprobada en la Cámara de Diputados fuera avalada por el Senado. Y en lugar de una regulación que tendería a consolidar el servicio profesional, volveríamos a la lógica de las negociaciones políticas para designar a los puestos operativos de mayor jerarquía burocrática. No sólo los directores generales de todas las dependencias, sino también los cargos de delegados federales, entre otros, volverían a ser territorio de la política pura y dura. Si alguna vez contamos con la posibilidad de avanzar (como lo acaban de hacer, ejemplarmente, en Chile) hacia un sistema de directivos profesionales con una verdadera visión de Estado, esta iniciativa nos anclaría en la lógica que ve en el reparto de puestos de la administración pública el premio mayor a los triunfos electorales y las negociaciones políticas. Es una mala señal, desde cualquier punto de vista. Ojalá no prospere.

Profesor investigador del CIDE