jueves, agosto 31, 2006

Golpean y encarcelan a siete jóvenes por gritarle "suegro" a alcalde

Dinorath Mota López/corresponsal
El Universal
Pachuca, Hgo.
Jueves 31 de agosto de 2006

El gritarle "adiós suegro", al presidente municipal perredista de Tecozautla, Hidalgo, fue motivo suficiente para que siete jóvenes, entre ellos cuatro menores de edad, fueran agredidos y encarcelados por el alcalde durante varias horas.

De acuerdo con la averiguación previa iniciada en la región de Ixmiquilpan bajo el número de expediente 06 491/2006, el edil transitaba por la Plazuela Ocampo en el centro del municipio, en los momentos en que un grupo de 10 jóvenes a bordo de una camioneta Pick Up, le gritaron "adiós suegro", lo cual causó el enojó del munícipe.

De esta manera quedó asentado en la denuncia que un grupo de elementos policíacos acudió hasta una tienda donde se encontraban los jóvenes, y con engaños de que un hermano de los menores se había accidentado los llevaron hasta la comandancia donde se encontraba el alcalde.

En el lugar los siete adolescentes fueron cuestionados por el edil sobre quien había sido el que le grito "suegro", para ello la hija del presidente identificó a Leonidas Martínez, quien fue agredido a cachetadas por el alcalde.

Además de haber golpeado a Leonidas Martínez, el presidente municipal ordenó la detención de lo siete jóvenes, entre ellos Antonio Iván y Sergio Uribe Alonso, de 13 y 18 años de edad, Omar Uribe Martínez, de 17, José Luis Uribe Trejo, de 15, Leonidas Martínez, de 18, Fidel Ortiz, de 18, y Germán Mendoza, de 15.

Los adolescentes fueron encarcelados por varias horas hasta que sus familiares pagaron una fianza de 3 mil pesos.

En tanto que dieron inicio a la averiguación previa en contra del alcalde y de acuerdo con el padre de los menores Antonio Iván y Sergio Uribe acudirán a la Comisión de Derechos Humanos a interponer su queja.

Under pressure

Uno pensaría que después de casarse se esfumarían ciertos fantasmas sociales. En especial uno: el de las clásicas preguntitas quisquillosas del tipo ¿y para cuándo te casas? Pues no. Aunque con haber firmado en el juzgado ya te libras de esa clase de cuestionamientos sistemáticamente pronunciados por sectores como las comadres, las tías, las vecinas y las amigas quedadas de tu cónyuge, como si fuese un juego de video, inmediatamente después de haber superado esa etapa entras a la siguiente (más difícil, claro). Y aquí la presión viene bajo otra forma de duda, pero igual de puntiaguda: ¿para cuándo tienen hijos? Joder...

Los críos nunca han sido mi adoración. Sí, están padres y son como chistosos, pero sólo un rato. Al respecto, siempre he dudado de todos aquellos --en especial las chicas-- que se derriten al ver a cualquier bebé y le hacen gestos, lo cargan, juegan con él, lo miman, le hablan así en diminutivo bastante ridículo, le hacen fiesta y caravana, le ponen apodos cariñosos, le dicen que lo van a llevar a pasear y hasta le dan de comer. ¡Patrañas! ¡Lo hacen porque no es suyo, es decir porque saben que sólo será por un rato!

Eso de andar cuidándolos, de cambiarlos, de darles de comer y de tal por cual, me parece que es una tarea bastante delicada como para estar dejándosela a cualquier hijo de vecino. Es decir, que los que aún no están convencidos de engrosar las estadísticas de crecimiento poblacional en México, mejor ni se metan.

De mi grupo cercano de colegas de la adolescencia sólo uno ha tenido descendencia. Muy feliz él, claro. Si si. Paco tiene sus respectivos chavales y así podría dar más ejemplos. Pero, la mayoría está lejos del asunto (de hecho, ni siquiera han alcanzado la etapa uno, es decir la de casarse).

Hay gente que se llena de críos. Vaya cosa. Digo, ya no lo veamos en términos de que si le puedes dar o no el sustento básico. ¡Piénselo en términos demográficos! Nunca han dejado de llamar mi atención las escenas en la calle, en el subterráneo, en el cine, en el Ministerio de parejas jóvenes arrastrando enanos de la misma forma que Benito Juárez García andaba arreando sus ovejitas allá en su natal Guelatao en el siglo XVIII. Bueno, pero cada quien su vida.

Los bebés, los bebés, los bebés. Aaaaah. Es decir, no están mal, pero, pero, pero...

miércoles, agosto 30, 2006

Supernova

Reencuentros (II)

He sido víctima de la publicidad. La tal película Efectos secundarios se estrena hasta el próximo viernes, así que, al igual que la lectora VIP, no tengo idea de cómo debe ser el comportamiento que adopte en mi próxima reunión de ex alumnos.

Imagino que todos nos hemos detenidos en el tiempo para los demás. Es decir, si en el bachillerato eras matadón, pues todos esperarán que resuelvas ahí mismo, sobre la mesa y entre las quesadillas, alguna ecuación trigonométrica o, al menos, que tires algunas netas sobre la situación política del país o que les digas cuáles son las capitales de las 15 repúblicas de la ex URSS. Bajo esta lógica, la chica guapa sentirá presión por seguir siendo el objeto del deseo de los demás (aunque ya haya parido en dos ocasiones y ahora esté fláccida y celulítica), o bien, el Sr. Simpatía querrá renovar su arsenal de chistes sobados antes de sentarse a departir con sus contemporáneos.

Y la lista puede extenderse ad infinitum. Al que ganaba concursos de oratoria se le pedirá decir unas palabras alusivas a tan relevante acontecimiento, a la que declamaba poesía le recordaremos cuánto nos sensibilizaba la composición de Nicolás Guillén que daba en los festivales del Día de las Madres, al atlético le reforzaremos nuestros halagos por habernos dado esa canasta definitiva en el partido de baloncesto contra la odiada preparatoria federal, a la chica feíta inteligente le agradeceremos --otra vez-- habernos pasado la última práctica de contabilidad con todo y sus debes y haberes, a Miss Cupido le reprocharemos no haber hecho las gestiones pertinentes para retener a tal o cual pareja, entre otros.

Sin embargo, pienso que el punto más delicado para este tipo de conmemoraciones es ir preparado para el desengaño. Cuando asistes a un reencuentro con ex compañeros de clase a los que no has visto por más de una década, lo importante es ir como anesteciado o en etapa francamente zen para resistir los embates de hiperrealidad.

¿A qué me refiero? A que el tiempo recorrido será el principal invitado. Así, los demás verán en ti lo que quizás fuiste y ya no eres y, en contraste, tú también querrás platicar de los mismos temas con tu contraparte de hace 10 años y que, a diferencia de la década de 1990, ahora sabe más de leche Nan 1 e hipotecas que de U2 o los Héroes del Silencio (por dar un ejemplo simple, claro).

La música, la comida, las viejas anécdotas, los rostros conocidos crearán algún tipo de cohesión inicial. Saldrán a relucir viejas batallas perdidas y ganadas durante esos años estudiantiles, también un breve recuento de lo que pasó inmediatamente después de la noche de graduación hasta la mañana de ese día de reencuentro, una presentación de la actual familia y, en casos más radicales, un listado de las últimas enfermedades padecidas. Pero después todos saldremos con la satisfacción de haber dado ese gran salto adelante.

¿Por qué generan tanta expectativa este tipo de reuniones? Por el morbo de ver aquí y ahora a los que alguna vez fueron tus pares. Una especie de evaluación personal a partir de ver los triunfos y fracasos de los que arrancaron en la misma línea de salida hace algunos años.

Sin embargo, estos actos también son ficticios: no has vuelto a ver a la mayoría por el simple y contundente hecho de que no son tus colegas. Los verdaderamente cercanos siempre estarán ahí, al alcance de una llamada o de un mensaje al móvil.

Así, compartir el vino y el pan tres horas una vez al año está bien. Pero nada más.

Seguiremos informando.

martes, agosto 29, 2006

...and justice for all! (II)

Y, bueno, una transnacional norteamericana comprará a Tequila Herradura y Jimador.

Si ya de por sí la imagen de la Virgen de Guadalupe pertenece a alguna empresa china y el Himno Nacional no pasa regalías precisamente a los mexicanos, esta compra se une a la larga lista de cosas que eran nuestras y las dejamos ir.

A mí no me gusta el tequila. Igual uno antes de comer y con sangrita. El punto es que me produce mucha acidez. Pero imagino que sí debe ser como un golpe sicológico para todos aquellos que vinculan esta bebida con el fervor patrio. Y más si consideramos que esta transacción ocurre dos semanas antes de la celebración de la Independencia, fecha en la que precisamente aumentan sus niveles de ingesta.

Tequila Gemidor, 100 por ciento saber a gaver.

...and justice for all!

Iba a escribir alguna estupidez sobre la madriza que se dieron dos vecinos el día de hoy en el estacionamiento del edificio por un problema de lugares y cajones, pero lo lento de este ordenador y la resaca del bloqueo que le impusieron a blogger.com desde Informática hicieron que ya se me fueran las ganas de reseñar lo que pasó.

Urbi et orbi

lunes, agosto 28, 2006

Reencuentros

El próximo sábado iré a una reunión de ex alumnos de mi bachillerato. Lo organiza una ex compañera que ahora vive en New Jersey. Motivada por algún tipo de idea muy de esos lares, se ha dado a la tarea de juntar a los conocidos para convivir 16 años después. Claro, como buena iniciativa norteamericana, la reunión también tendrá un motivo "altruista". En este caso, donar libros a la biblioteca pública municipal.

Cuando estaba planeando todo este asunto, mi colega me planteó su idea por teléfono. De lo que pude apreciar es que tenía más preocupación por las donaciones que pudiera reunir que por lo que iba a hacer con dichas donaciones. Es decir, como que tenía más interés en saber si podía pedir 200 o 300 pesos por persona que por saber si iban a ir 20 o 30 contemporáneos. Hoy que nos hemos enviado mensajes por el móvil lo segundo que me preguntó fue si ya había pagado la cuota del "platillo" para la reunión (lo primero fue saber si iría o no). Mmmmm.

Por supuesto, iré. Además, ya tengo decidido qué libro voy a donar. Será el clásico de portada verde llamado Ejercicios ortográficos. En la primera hoja escribiré algo así como dedicado a mis colegas del pueblo, para que cuando organicen reuniones de ex compañeros de clase puedan redactar con cierta decencia sus correos de información (en la notificación de mi colega venían joyas como "haber" en lugar de "a ver").

Antes, en la semana, iré a ver esa película que está ahora en cartelera y que se llama Efectos secundarios con el fin de ir haciéndome a la idea de lo que sucederá este 2 de septiembre. Más grasa, menos cabello, más cola que nos pisen.

Mantendremos informados.

A la toma de Carlota Armero

Pocos saben la dirección del TEPJF (Carlota Armero No. 5000, Culhuacán). Ahí es a donde deben enfilarse las columnas lopezobradoristas para atacar el bunker -como se conoce- por lo menos con acusaciones de complotistas y, como ya les llamó su jefe, traidores de la democracia.
Acaba de terminar una larguísima sesión, que inició a las 8 de la mañana, de la Sala Superior del Tribunal Electoral, se resolvieron cientos de asuntos, todos relacionados con la elección presidencial.
Para quienes no están muy relacionados con la materia, baste decir que esta elección no se impugna en una sola demanda, sino que debe hacerse en cada uno de los distritos electorales del país. De esta manera, si se espera una modificación en el cómputo final de la elección de presidente, tendrá que verse cada una de las resoluciones y sacar las cuentas de si alcanzó o no para un cambio de ganador.
Es decir, llegó el momento de la verdad, de ver cómo resuelven los magistrados, claro que falta todavía la calificación presidencial, que no debe ser más allá del 9 de septiembre, pero para evitar su emisión tendrían que darse eventos extraordinarios, o demostrar, lo que ya ha acogido en otro tipo de elecciones el propio tribunal, la temible causa abstracta, por irregularidades graves en el proceso. Hasta entonces, no hay nada seguro aún.
Sin embargo, ya vislumbramos un final, y no es que sepamos de algún complot, es simple lógica: si no hay cambios sustanciales, no hay cambio de ganador y no hay de otra que aguantar a FECAL por seis años, así es la democracia. Y como sabiamente lo dice la benemérita Sonora Santanera, eso todos lo saben.
Pero AMLO no lo entenderá así. (desde este momento reclamo la primicia, ya había vaticinado que convocaría a un Plan tipo Ayala y que nombraría un gabinete alterno, tipo Maquio y ya lo hizo, ya lo decíamos, que harían con la baraja de nombres como los de la O y de la Fuente).
Ya lo contaba en una reseña un reportero de El Universal, narra que una niña y su madre, apostadas en las inmediaciones de la casa de campaña de AMLO (zona VIP, vigilada por cuerpos de seguridad) esperaban la llegada del caudillo, y comentaban que se les hacía como de película, como la de Troya, cuando Aquiles llega a su campamento, o la de Alejandro Magno cuando el personaje en cuestión hace lo propio.

domingo, agosto 27, 2006

¿A dónde llegamos?

JMB

La metodología utilizada por la administración que está por concluir privilegió el uso de términos que antes se consideraban exclusivos de la iniciativa privada. Por ejemplo, al momento de plantear los objetivos y metas de este gobierno, en el ahora lejano año 2000, los diversos planes y programas de la administración pública usaban expresiones como ¿en dónde estamos? para referirse al diagnóstico del país, así como ¿a dónde queremos llegar? para señalar qué es lo que se esperaba alcanzar al final, es decir en este 2006.

Más allá de esta moda gerencial que ha permeado al sector público mexicano en los últimos años, estas preguntas nos sirven para, en efecto, comparar el sitio desde el que partimos y el lugar en el que nos encontramos.

Una de las herramientas más útiles para este fin ha sido la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) que durante este sexenio ha levantado en tres ocasiones la Secretaría de Gobernación, a través del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. La más reciente edición de este ejercicio estadístico que permite vislumbrar el perfil político de la ciudadanía en México fue realizado a finales de 2005. Tal y como se muestra a continuación, los resultados han sido interesantes.

Para los mexicanos la política sigue siendo un tema prescindible. A pesar de que de un tiempo a esta parte han surgido más politólogos que hongos después de la lluvia, en general, este asunto no atrapa la atención de la ciudadanía. Al respecto, 55 por ciento declaró estar “poco” interesado y 33 por ciento “nada”. Por supuesto, las respuestas se realizaron antes del proceso electoral, por lo que no es difícil imaginar que, si se volviera a preguntar en este momento a las mismas personas, los porcentajes tendrían variaciones.

Este rechazo inicial a la política como actividad se explica –en parte—por la manera en que la percibimos: 65 por ciento piensa que es algo “complicado” o “muy complicado”. En efecto. Todos creemos tener alguna noción sobre lo que acontece en los pasillos del poder. Para ello, damos explicaciones, presentamos argumentos y adoptamos posiciones. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La política –al menos la mexicana—sigue siendo un juego en el que sólo unos cuantos saben el contenido de sus cartas. Parafraseando a Max Weber en El político y el científico, el que se dedica a esta actividad hace un pacto con el diablo.

Un aspecto bastante llamativo por la coyuntura que vivimos es el referente a la democracia y sus implicaciones. En este sentido, la población consultada afirmó que, en su opinión, México vive en la democracia (31 por ciento). Aunque el porcentaje opuesto, es decir los que dicen que no, está cercano (23 por ciento), se trata de un indicador relevante: los demócratas son mayoría simple. En contraste, cuando a las mismas personas se les consulta sobre su nivel de satisfacción con la democracia “que tenemos hoy en México” el asunto se vuelve nebuloso: 47 por ciento dice estar “poco satisfecho” o “nada satisfecho”. Si a esto le sumamos el sector de los indiferentes (ni satisfecho ni insatisfecho, 21 por ciento), entonces tenemos que a más de la mitad nos gusta sentirnos demócratas aunque, en la realidad, no le veamos gran utilidad a este sistema.

Ahora, tampoco hay que ser tan negativos. Los encuestados mantienen la fe y, ante la pregunta de si creen que la democracia en nuestro país será mejor o será peor en el futuro, responden mayoritariamente que sí (47 por ciento).

Para finalizar, dos datos tradicionalmente citados de este tipo de encuestas de opinión. El primero tiene que ver con los niveles de tolerancia de los mexicanos. Es un lugar común afirmar que los valores democráticos son indispensables en esta sociedad y que todos sus miembros debemos acatarlos. Sin embargo, este discurso políticamente correcto se enfrenta a una realidad cotidiana y contundente que demuestra lo contrario.

A la pregunta, “¿estaría de acuerdo o en desacuerdo en que se permitiera salir en televisión a una persona que va a decir alguna cosa que está en contra de su forma de pensar?”, la respuesta ha mostrado una lucha interna entre los nacionales. Por el “de acuerdo” estuvo 34 por ciento de los encuestados, mientras que 38 por ciento dijo estar “en desacuerdo”. Algo que ilustra a la perfección esa vieja expresión muy mexicana de sí pero no. Una cosa es simpatizar con la tolerancia y esas cosas, pero otra llevarlas a la práctica.

El segundo se refiere a la confianza en las instituciones públicas. Aquí, como en años anteriores, las cifras mantienen cierta continuidad, aunque no hay que perder de vista algunas modificaciones. Una de ellas es el bajón que ha tenido el Instituto Federal Electoral en la tabla. Tradicionalmente ubicado en los primeros sitios, en la Tercera ENCUP ocupa el sexto lugar con 7.07 de aprobación de una escala donde cero es nada y 10 es mucho. Aquí debe notarse, otra vez, que el levantamiento se realizó el año pasado.

¿Quiénes son los personajes y las instituciones en las que más confiamos? En primer lugar, los médicos (7.79), en segundo el Ejército (7.72) y en tercero la iglesia (7.68). Si hacemos caso a ese dicho popular que afirma que en un pueblo los personajes más respetados son el cura, el doctor y el maestro, el país entero no está muy lejos de este escenario.

En la zona baja los puestos están bien definidos. Los partidos políticos son los menos confiables según las respuestas obtenidas, seguidos de la policía y los sindicatos. Aquí no hay mucho que ahondar.

En general, este es un brevísimo extracto de la muy valiosa información que nos presenta esta Encuesta. Un espejo de lo que somos y de lo que queremos ser.

Si realizamos un ejercicio de comparación veremos que no hemos variado mucho en los últimos años, sobre todo en los seis recientes. A pesar de los avances obtenidos, aún arrastramos lastres del pasado.

Sin embargo, es conveniente no perder de vista que se trata de aspectos informales, es decir de costumbres. Y, como bien afirma una vieja fábula de Rosas Moreno, “son las costumbres leyes que en vano tratan de reformar los reyes, cuando nunca las leyes hacen las costumbres”.


viernes, agosto 25, 2006

Por fin viernes

Vaya lluvia. Sobre Cuauhtémoc el mundo se sumergía. El Ministerio tuvo que ser drenado con mangueras desde el estacionamiento. Al menos habrá más agua en el Cutzamala.

La historia de los tres humildes pescadores de tiburón cada vez me da peor espina. ¿La nueva versión del Chupacabras? La cortina de humo cuando el país está al borde de la cornisa (Cerati dixit).

Ya sueño al Sexto Informe de Gobierno. Si quieren hacer algo que me haga sentir bien, cuando salga, búsquenlo y léanlo. Al menos el haber talado el 1.02 por ciento de la selva chiapaneca para producir el papel en el que lo están imprimiendo habrá valido la pena de esa manera.

No quisiera estar en uno de los campamentos "democráticos" de Reforma. Pobres, la verdad. Hasta Tláloc es parte del complot.

Calderón está más gris que el cielo de esta ciudad. Pobre tipo. ¿Quién le dijo que tenía carisma?

Y, por cierto, culturosos, ¿dónde está su amada Patricia Mercado? ¿Ha dado la cara en estos momentos? ¿Ha dicho esta boca es mía? Yo no la veo por ninguna parte. La izquierda "moderna" feliz de haber logrado el botín del dos por ciento y, luego, a desaparecer... ¿No que eran la "alternativa"?

Y, por cierto, culturosos, ¿su héroe enmascarado? ¿Dónde está Marcos? Ahora es cuando debería estar organizando las cuadrillas para irse a la Sierra Norte a armar la revolución. ¿Seguirá en su "casa de seguridad" en la Doctores? Ni idea.

Del Ing. Cárdenas ya ni hablamos. Otro al que le pasó como a Plutón.

Juan Sabines, el gobernador poeta, ja, ja.

Los culturosos callan.

jueves, agosto 24, 2006

Claves

Lorenzo Meyer

Desde el México inconforme, la gran movilización electoral terminó en inmovilidad. Por eso han perdido confianza en el entramado institucional

Incomprensible o inaceptable

Para algunos que observan al país desde arriba, la parte de abajo resulta políticamente incomprensible ("se volvieron locos", "siguen a un mesiánico"). Para otros que lo ven desde abajo, la parte de arriba resulta inaceptable ("corruptos sin llenaderas"). Cada vez más, "el otro" ya no es el opositor con el que se tiene y se debe negociar, sino un enemigo a destruir.

Clásico

Dar con una explicación clara y general sobre la naturaleza de la actual coyuntura política mexicana y hacer algún tipo de predicción en torno a su evolución es muy difícil. Justamente como consecuencia de esta gran incertidumbre, hay necesidad de, al menos, intentar un principio de explicación: algunas claves o hipótesis.

En situaciones como la actual, un buen punto de partida es volver la mirada hacia "los clásicos", hacia obras que han pasado la prueba del tiempo. Hace cuatro decenios Pablo González Casanova hizo un notable esfuerzo teórico por descifrar la naturaleza íntima del sistema autoritario posrevolucionario para concluir con un ramillete de propuestas que podía enfilar al país en una dirección positiva.

En su La democracia en México (1965), don Pablo, tras hacer un notable esfuerzo por localizar y explicar las principales variables del sistema, remató con una serie de consideraciones normativas. El objetivo era llevar a los barones del "partido dominante" a concluir que si, desde arriba, iniciaban un proceso de democratización, éste terminaría por beneficiarlos pues podrían cegar los veneros de una futura violencia política y social. El rechazo a su propuesta tuvo consecuencias negativas que todos conocemos. No podemos darnos el lujo de repetir el error.

Definición

Desde luego que los responsables del gobierno actual -el Presidente y todo su círculo de colaboradores- lo mismo que el resto de la élite del poder -los grandes empresarios nacionales y extranjeros, los dueños de los medios, los dignatarios eclesiásticos, Washington-, pueden asegurar que el avance en la democratización es la característica política central de México. Pueden señalar que la extensión y profundización de la democracia política mediante elecciones competidas, libres, imparciales y ciertas, es ya un hecho. En contraste, la oposición de izquierda niega la existencia o significación de tal proceso porque, en su implementación, lo califica de tramposo e inútil y manifiesta su descontento con marchas y plantones. Hoy izquierda y derecha se acusan de una mala fe del tamaño de una catedral.

Una forma de superar una visión tan polarizada y organizar la discusión para encaminarnos por el camino adecuado, es partir de definiciones que valgan de guía para explorar la entraña de la política mexicana. La definición más simple de democracia, aquella que se centra y se queda en la formalidad de elecciones libres, equitativas y justas, sirve hoy de poco. Si se quiere avanzar en la comprensión de la crisis actual, lo mejor es optar por una definición de más calado, con indicadores más adecuados a nuestra propia historia, como es la que González Casanova propuso en la obra ya citada: "la democracia se mide por la participación del pueblo en el ingreso, la cultura y el poder, y todo lo demás es folklore democrático o retórica" (p. 224).

Ingreso, cultura y poder

El INEGI ya tiene los resultados de la última encuesta de ingreso gasto de los hogares mexicanos, pero ha retrasado su divulgación sin causa justificada. En tales condiciones, sólo queda recurrir a la encuesta del 2004, ésa que nos dice que el 50 por ciento de las familias mexicanas menos favorecidas viven con apenas el 19.3 por ciento del ingreso disponible en tanto que la otra mitad, la afortunada, se queda con el 80.7 por ciento. Así, la igualdad que implica la democracia política y que, supuestamente, sólo se expresa en las jornadas electorales, contrasta brutalmente con una desigualdad social que se vive todos los días y en todos los ámbitos. Aquí hay ya material para entender por qué el fenómeno político se ve de manera tan diferente si el observador se coloca a la derecha o a la izquierda.

Según la definición de González Casanova, el alma o columna vertebral material de la democracia mexicana simplemente no existe. Los programas contra la pobreza -Pronasol-Progresa-Oportunidades- han evitado que las consecuencias de tamaña desigualdad lleguen a los extremos a los que empuja el mercado, pero la desigualdad misma, por definición antidemocrática, no se modifica sino que únicamente se administra.

La segunda variable, la distribución de los bienes culturales en su sentido más amplio y complejo, no se presta fácilmente a medición. Sin embargo, los indicadores más evidentes -los de educación- refuerzan el diagnóstico de una realidad antidemocrática. En un estudio del Banco Mundial se muestra que en 2004 el 50 por ciento de los mexicanos menos afortunados tenían un promedio de educación formal de 5.4 años en tanto que la otra mitad lo tenía de 9.2 años y si el contraste es entre el 10 por ciento más pobre y el más rico, la diferencia es la que hay entre 3.7 y 12.6 años (Descentralización y entrega de servicios para los pobres, 2006, p. 52). Otro estudio encontró que, en la actualidad, el 63 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 18 años ya no están en el sistema de educación media superior (Milenio Diario, 21 de agosto), situación que, entre otras cosas, refuerza la desigualdad social, pues la diferencia entre el ingreso promedio de aquellos que cuentan sólo con educación secundaria y los que concluyeron la educación superior, es de 66 por ciento (PNUD, Informe sobre desarrollo humano. México 2002 [México, 2003, p. 97]). Encima, la calidad de la educación que se ofrece a las mayorías deja mucho que desear, como indica el que, en una comparación hecha entre los alumnos de secundaria de 40 países, los mexicanos ocuparan el último lugar (Sergio Aguayo [ed.], México en cifras, 2002, p. 84).

¿Y la participación real del pueblo en el poder? En realidad, ésta se reduce al proceso electoral. Sin embargo, es claro que un grupo significativo sigue al margen incluso de la participación formal pues ni siquiera se acerca a las urnas. Por otro lado, la Tercera encuesta nacional sobre cultura política y prácticas ciudadanas de Segob nos dice que en el 2005 apenas el 31 por ciento de los ciudadanos calificó a México como una democracia, sólo el 26 por ciento se declaró satisfecho o muy satisfecho con ella y menos de la mitad (41 por ciento) consideró que los ciudadanos influyan mucho en el proceso político.

En ausencia de instrumentos como el referéndum, el plebiscito, la consulta popular o las candidaturas ciudadanas, el ejercicio del poder está capturado por la clase política, por las oligarquías de los partidos y por los poderes fácticos. El grueso de los mexicanos realmente tiene poco que decir sobre el ejercicio efectivo del poder.

El meollo del problema

La definición formal de democracia permite tener una visión más o menos optimista de la evolución de México en este campo, pero no la sustantiva, la de González Casanova. Y es quizá en esta contradicción donde se puede encontrar un principio de explicación de la crisis postelectoral en que está sumido el país.

Tras la larga y dura batalla librada por las fuerzas democráticas de 1968 al 2000, se logró hacer realidad la igualdad política formal, aunque de manera deficiente, incluso en sus propios términos, pues el actual conflicto postelectoral ha mostrado, entre otros indicadores inaceptables, la existencia de casillas que tienen más votos que las boletas que oficialmente fueron entregadas.

Sin embargo, esa igualdad formal contrasta, y mucho, con la desigualdad real. De ahí la gran frustración y el enojo de una buena parte de los que votaron por la izquierda, pues ese grupo encuentra inaceptable un sistema que por un lado alienta su participación como votante pero por otro, y mediante lo que ve como manipulación y fraude, termina por legitimar un statu quo que impide acceder a eso que se ha definido como la "ciudadanía social" y que es justamente lo que implica la definición de democracia propuesta hace 40 años por González Casanova.

Desde el México inconforme, la gran movilización electoral terminó en inmovilidad. Pero no todo sigue igual: para los insatisfechos se ha perdido la confianza en un entramado institucional que tanto tiempo, sacrificio y recursos costó. La naturaleza del futuro político inmediato depende en buena medida de la acción de los inconformes, pero nadie sabe, ni ellos mismos, cómo, hacia dónde y hasta dónde se van a mover en su desafío al México que sí acepta la distribución del poder y el proyecto que oficialmente salió de las urnas el 2 de julio. El signo de los tiempos es la incertidumbre.

miércoles, agosto 23, 2006

El racismo ilustrado

Para fascista, éste...




El PAN más bien es así...

¿Racismo? (¿y en La Comarca?)

Me parece un poco menos que ridículo que muchos medios de comunicación mexicanos se estén rasgando las vestiduras por el supuesto caso de "racismo" ocurrido hace unos días durante el partido Santos versus Monterrey en el Estadio Corona de Torreón.

Según el parte noticioso, un sector de la hinchada de Santos dirigió insultos racistas a un defensor de Monterrey (negro él, por cierto). Desconozco qué ofensas pudieron haberle dicho, lo reconozco. Pero imagino que fueron algunos sonidos de mono o algo por el estilo. Esto originó la protesta del club norteño y, después de largas y sesudas sesiones en la Federación, tomaron la decisión de imponer una multa económica al otro club norteño. Lo anterior bajo el morbo de ver si los directivos nacionales aplicarían las sanciones sugeridas por la FIFA en estos casos, las cuales van desde quitar puntos hasta descender a las ligas inferiores a los equipos cuyas aficiones hagan tales actos en las gradas.

Bueno, hasta aquí todo bien. Sin embargo, ¿en verdad la afición mexicana es racista? En mi opinión, sí y no.

Es decir, porque los mexicanos somos racistas de origen. Digo, ya es hasta un lugar común decir que, aunque decimos que sí, que la tolerancia, que bla, bla, bla, en la práctica todos esos valores democráticos nos son totalmente intrascendentes. Ahí están las encuestas que realiza el Ministerio del Interior sobre cultura política y prácticas ciudadanas para demostrar esta afirmación. Pero también la respuesta es no porque, racistas, racistas, lo que se dice racistas, tampoco lo somos. Es decir, nuestras muestras más fuertes de tales actitudes se limitan a decir "pinche negro", "pinche naco" o hacer sonidos guturales de primate premoderno, sin llegar a lo que realmente es el racismo en sociedades más avanzadas como las europeas occidentales.

Resumiendo, somos racistas, sí, pero bastante naives.

Es como sucede en política. Dicen que el PAN es la ultraderecha. Bueno, eso de "ultraderecha" se me hace que es demasiado para un partido conservador light y mocho cauteloso. El concepto ultraderecha es tan respetable (y ojo con esto, lo digo en el sentido histórico del término) que dárselo a cualquier partido que ande prohibiendo el uso del condón es como abaratar demasiado algo que muchos realmente fascistas se tardaron tanto tiempo en construir. México, como afirmó algún día el gran Luis Buñuel, nunca será fascista por un aspecto clave de su genética: la corrupción.

Si el PAN realmente fuera ultra, hiperconservador y reaccionario, jamás, jamás, jamás de los jamases andaría prestándose a faramallas como esa de que su dirigente nacional saliera en los medios a decir, hey, ustedes, compañeros de partido, no voten por nuestros colores, voten por el PRI (tal y como sucedió en Chiapas).

Así las cosas, tranqui colegas. Racistas, sí. Derechas, sí. Pero de petatiux.

Y, por cierto, ¿quién decía algo cuando a Hugo Sánchez le gritaban a coro en el Vicente Calderón "indio, indio"?

¡Ah, los años ochenta! Cuando todavía no era un lugar común hablar de ombudsmans, derechos humanos y otras cosas exóticas para nosotros, los mesoamericanos...

lunes, agosto 21, 2006

Comentarios mientras espero el Sexto Informe de Gobierno

a) Se me hace raro que los náufragos anden muy cotorrones pidiendo malteadas y diciendo que nada más vuelvan a pisar San Blas, el puerto que había hecho medio famosón el grupejo de heces fecales llamado Maná en una "canción", se van a volver a lanzar a la mar en busca del tiburón, casi casi en una especie de homenaje involuntario al viejo Ernest.

La verdad, al principio me gustó la historia. Pero, después, como que han ido saliendo cosas que no cuadran. Que si eran cinco y no tres, que si comían patos en el mar, que si nadie los conocía en ese puerto nayarita, que si no fueron tres meses sino nueve, que si cuando los encontraron no estaban a punto de la inanición y, más bien, andan dando entrevistas a diestra y siniestra.

Como este país y sus habitantes somos bastante mitómanos, no hay que descartar la hipótesis de que, en realidad, se trataba de tres alegres compadres que decidieron escaparse de sus casas y sus viejas, dándose un volteón por las islas del Pacífico. Y luego, para evitar ser reprendidos en tonos bíblicos por sus cónyuges, pues montaron todo este asunto del naufragio y bla, bla, bla, para ahora ser recibidos cual héroes en su occidental comarca.

Como que tanto heroísmo se me hace raro.

b) J. Sabines ha ganado --al parecer-- en ese estado sureño que alguna vez fue como Guatemala. De estos comicios sólo nos podemos quedar en la mente dos cosas. Uno, la imagen de Manuel Espino, presidente nacional del PAN, pidiendo cruzar el logotipo de su enemigo histórico, es decir del PRI. Algo que bien puede ilustrar la decadencia de la humanidad. Dos, la forma en que el delegado del PRI en aquella entidad, Víctor Hugo Islas, le dice "jefe" al susodicho Espino, en un arranque de lealtad que es shampoo y acondicionador al mismo tiempo.

Ojalá el tal Sabines gobierne no como su tío escribía poesía... (si hay algo que no tolero es a los cursis que, a la menor provocación y acompañados de guitarritas de palo, comienzan a recitar los "versos" del chiapaneco, ex diputado del PRI, por cierto, del tipo los amorosos callan... o la luna se toma a cucharadas... o esas cosas que muchos culturosos se saben de memoria).

c) He visto por la televisión ya dos debates incendiarios entre los diputados Inti Muñoz (PRD) y Molinar Horcasitas (PAN). La verdad, vaya duelo... pero de egos. Es decir, nada del otro mundo para la nación mexica. Uno dice ustedes mienten y el otro dice usted miente. Con ese nivel de debate lo mejor que pueden hacer es retarse a golpes afuera de Xicoténcatl. Es más, deberían montar el show en esa bella plaza que está entre el Palacio de Minería y el Museo Nacional de Arte, a un costado de El Caballito (la original, no la horrorosa escultura de ese héroe municipal chihuahuense llamado Sebastián).

d) Pumas va bien. Se esperaba. El Tuca es de esos técnicos que hacen a sus equipos primeros o segundos de la tabla general, lo cual, obviamente, le representa muchos puntos a las instituciones en donde ha deambulado (Guadalajara, Tigres, Morelia). Pero, de eso a ser campeón, está como en chino. Sólo a las Chivas las hizo campeonas y eso porque ese maravilloso equipo que era el Toros Neza de Mohamed y demás maras salvatruchas se echó a dormir en sus laureles en el último juego. Si no, el Tuca sería como un alumno externo de la escuela lavolpista, es decir de aquella que hace mucho escándalo, pero nunca gana nada.

Al menos ahora Boca Jrs. padecerá en carne propia esa maldición surgida en los llanos mexicanos.

viernes, agosto 18, 2006

2010

JMB

Un uso y costumbre muy mexicano es estallar conflictos sociales cada 100 años. En efecto, algo muy de lo nuestro, muy nacional, es reavivar la crispación un siglo sí y otro también. Para comprobar lo anterior ahí tenemos a 1810 con el inicio del movimiento de Independencia, así como a 1910 con el arranque de la Revolución. La historia no registra como años significativos a 1710 ni a 1610 pero, bajo estos antecedentes, es muy probable que algo relevante haya sucedido también en esas épocas.

Más allá de esta aproximación simplista, la situación política actual del país no nos asegura, por otra parte, que la paz y la estabilidad sea el signo de los próximos años. El conflicto poselectoral que hemos experimentado desde la noche del 2 de julio, cuando el Consejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, anunció que no podía anunciarse a un ganador de las presidenciales, ha ido creciendo peligrosamente, simulando el efecto de una bola de nieve que cae de una pendiente.

Cada semana hay algo que agregar al tema. Al principio fue el llamado al “pueblo” a la Plaza Mayor. Luego, las impugnaciones ante el Tribunal Electoral. Después, la estrategia de movilización mediante la “resistencia pacífica”. A últimas fechas el endurecimiento de las posiciones mediante una escalada de amenazas verbales. Manuel Espino, presidente nacional del PAN, reafirma que López Obrador es un peligro para México, mientras que éste último reta al Ejecutivo Federal a que siga los pasos de “Díaz Ordaz y (Victoriano) Huerta”. Todo aderezado con las imágenes de tanquetas en las inmediaciones del Congreso.

El asunto, como ya puede irse concluyendo a estas alturas, no se trata al 100 del diseño institucional mexicano, el mismo que nos ha costado tanto tiempo y dinero dárnoslo. El punto está en la bajísima calidad de nuestra clase política. Las personas son las que están siendo ineficaces en todo este proceso.

Sin embargo, aún pueden vislumbrarse algunos escenarios que ayuden a destrabar esta situación. Uno de ellos tiene que ver directamente con el ejercicio de conteo adicional de algunos colegios electorales la semana pasada. A través de la decisión del Tribunal, más de 11 mil paquetes electorales fueron abiertos para saber qué fue lo que realmente sucedió ahí.

De acuerdo a los reportes periodísticos, y dando la razón a varios análisis que así lo preveían, las diferencias fueron mínimas respecto a las cifras definitivas de la elección. Es decir, contrario a lo que se esperaba, los reajustes no propiciaron una voltereta espectacular ni una evidencia contundente e irrefutable de comicios fraudulentos. En contraste, lo que sí ha generado ha sido la acumulación de pequeñas inconsistencias que, de manera lógica, han sembrado más dudas respecto a lo que pasaría si se abrieran los 120 mil paquetes restantes.

Es aquí donde se abre una nueva posibilidad de solución. El Tribunal Electoral está posibilitado para ordenar un nuevo conteo que amplíe el universo de casillas revisadas. En una palabra, puede pedir mayores datos para comprobar los argumentos de unos y otros.

Los que saben del tema electoral afirman que la presencia de inconsistencias e irregularidades no son exclusivas de este proceso. Entre funcionarios del IFE existen anécdotas –que bien pueden considerarse como tragicómicas—respecto a la manera en que los mexicanos contamos nuestros votos. Y esto, debe aclararse, no tiene ningún sentido peyorativo. Sólo es algo que existe y que, como tal, es necesario conocer.

Por ejemplo, en algunas zonas del país el hecho de que una persona cruce varios o todos los recuadros en su boleta es considerado “normal”, ya que los funcionarios de casilla interpretan este hecho como la decisión del ciudadano por darle su voto a “todos”. Asimismo, cuando una boleta aparece en blanco, suele pasar que los funcionarios consideren que lo que realmente pasó no fue el rechazo del ciudadano a todas las opciones, sino sólo un ligero descuido, por lo que le “ayudan” a votar por algún partido.

El punto radica en que estas pequeñas inconsistencias, tanto las ingenuas como las francamente amañadas, tiene un límite en el conteo final. Esto lo saben los actores políticos, entre otros, Arturo Núñez, ex Consejero Presidente del IFE, senador electo por la Alianza por el Bien de Todos y personaje cercano a López Obrador.

De esta forma, una alternativa consiste en que el Tribunal decida abrir más paquetes con la intención de llegar a ese punto de estabilidad en el que las irregularidades sean nulas o intrascendentes. Así, sin llegar a un recuento total “voto por voto”, pero también sin quedarnos en una muestra demasiado pequeña, la revisión del proceso electoral tendría argumentos más sólidos para garantizar un veredicto contundente.

Algo así como una decisión salomónica intermedia que dotaría de mayor legitimidad al próximo presidente, al tiempo que, en caso de no ser nombrado López Obrador, desactivaría las motivaciones que presenta para seguir en “resistencia civil, o bien, en “desobediencia civil”, tal y como lo ha anunciado hace unos días.

El factor tiempo, en este caso, también sería reformulado. El Tribunal podría pedir una prórroga para dar su veredicto final, por lo que la hipotética fecha límite ya no sería el miércoles 6 de septiembre de 2006, sino la víspera de diciembre de este año.

Así las cosas, aún la moneda está en el aire. Algunos puntos críticos se aproximan, por ejemplo, la instalación de la LX Legislatura y el Sexto Informe de Gobierno el próximo 1 de septiembre, así como la confluencia del desfile militar y de la Convención Democrática en el Zócalo de la Ciudad de México el próximo 16 de septiembre.

Ya veremos si lo que está pasando en estos días es el verdadero pacto fundacional de este país a futuro, o bien, si sólo son los preparativos para rendir culto a ese uso y costumbre muy nacional que consiste en arreglar las cosas a balazos cada 100 años.

Pronosticos

Cada que paso cerca de algún puesto de loteria, o de alguna papelería, o cualquier tienda en la que tienen una caja de pronósticos o de melate, considero seriamente la posibilidad de jugar y vienen a mi mente los comerciales, que debo aceptar son efectivos, y me digo: y tu que harías? o "ya me ví". Después de un rato de vacilación, generalmente me retiro sin jugar ni adquirir ningún boleto -la publicidad produce en mí efectos contrarios, me da risa siquiera imaginarme en el papel de protagonista de la canción de Chava Flores, a que le tiras cuando sueñas mexicano. Y me viene a la mente el ya me ví de AMLO, excandidato y ahora objeto de escarnio de panistas y compañia, quienes no se cansan en decirle perdedor y hacerle ver que tan cerca estuvo de la victoria, pero lástima margarito.
Así que ahora no arriesgo mi capital, no haré apuestas ni intentaré adelantar quien ganará este domingo en Chiapas, me limito a expresar mi opinión sobre lo que muchos quisieran que pasara:
Evidentemente, panistas y foxistas quisieran que perdiera el PRD y eso diera un claro mensaje del desgaste de los perredistas y del fracaso de su proyecto, por eso se unieron con sus de por sí aliados del partido de la maestra y hasta con los priístas (¿no que eran sus enemigos?) para tratar de derrotar a Sabines, queda para la posteridad la foto de Espino, lider nacional del PAN, indicando a sus correligionarios cómo marcar la boleta electoral ¡en el logo del PRI!
Veremos que pasa, pero seguramente serán unas elecciones reñidas, más de lo que quisiera el PRD, para bien o para mal.
P.D.
En estos días de pasarse de un partido a otro y de apoyar primero a un candidato y luego arrepentirse, en Chiapas no hay excepción. Un antiguo compañero, que hizo carrera con Zebadúa en el PRD, después estaba en el PANAL y ahora tendrá que votar por el PRI ¿como se sentirá, si era un izquierdista de toda la vida, votando ahora por el PRI, causa de todos sus males? si gana seguramente por lo menos tendrá chamba, si pierde no creo que luego quiera regresar al PRD.

Le han diagnosticado unos tumores malignos a mi vecina laboral. Creo que aquí he hablado un poco de ella antes. Es muy preocupona e inquieta. Es capricornio (como yo). La van a operar el próximo 5 de septiembre para extirparle esas cosas y analizarlas. Ayer, hecha trizas me lo ha comentado. La noticia por sí sola es para poner a prueba a los espíritus más fuertes. Su madre murió de eso, me comenta. Doble presión. Una cosa es andar diciendo que la vida es dura y otra saber que puedes tener cáncer.

Le he dicho que sea positiva. Vaya recomendación. Sin embargo, es sincera. Muchas veces me ha desesperado su forma de ser. Pero ayer pude ver que ese ingrediente es el que le falta. Pensar que puede salir bien. Aún no hay nada definido. En mi opinión, puede ganar la batalla sí lo desea. Atrévete a ganar es un viejo proverbio chino. Pero es capricornio, repito. Y ése es el principal déficit que hay.

El dilema del PRD

Jorge Chabat
El Universal
Viernes 18 de agosto de 2006

A 17 años de su fundación, el Partido de la Revolución Democrática se encuentra en la encrucijada más complicada de su historia: jugar a la institucionalidad, a las leyes y a la competencia democrática o jugar a la movilización, al rechazo a la legalidad y las instituciones. En pocas palabras, el dilema es circular por la carretera de la democracia o irse por la libre, a campo traviesa. Y esta es, de alguna forma, la encrucijada que ha enfrentado la izquierda durante años.
Durante décadas, la izquierda mexicana compitió por la libre, desdeñando las formas institucionales y soñando con la toma del poder "a la cubana", "a la china", "a la soviética".

Finalmente, en los 80, se integró a la legalidad y, a pesar de los obstáculos iniciales, ha venido escalando posiciones y adquiriendo influencia, al grado que hoy es la segunda fuerza electoral del país. En cualquier parte del mundo ese sería un motivo de celebración. Sin embargo, no lo es. Y la razón es muy simple: Andrés Manuel López Obrador no permite la celebración porque, al parecer, él no ganó la Presidencia.

Y si no ganó él, no hay motivo para celebrar. Ello no sería relevante si no fuera porque esto sugiere que el PRD se estaría definiendo cada vez más por la vía extrainstitucional. Lo demuestra no sólo con el secuestro del Paseo de la Reforma o con el cerco frustrado a la sede del Congreso: lo demuestra de manera contundente con su descalificación a todas las instancias legales encargadas de la elección. Ello no sería grave si no fuera porque más allá de estas instituciones no hay nada más.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es la última instancia legal. Después de éste sólo queda la acción directa, en el filo o francamente en la ilegalidad.

Y tal parecería que esa es la apuesta: jugar a la ilegalidad, a pesar de que el discurso oficial del PRD dice que no. ¿Y qué es, si no, la ocupación de la principal avenida de la ciudad de México o la toma de casetas de peaje con lo cual se pierden ingresos para el gobierno? ¿Y qué es, si no, el uso de grupos que operan en la ilegalidad, como ambulantes o taxis piratas? ¿Y qué son, si no, los nexos con grupos violentos como los Panchos Villa o los del CGH?

El argumento de buena parte de los perredistas es que, dado que el gobierno mexicano actúa en la ilegalidad, se vale también actuar en la ilegalidad. Y para ello se mencionan las matanzas de Acteal y Aguas Blancas, ante lo cual uno se pregunta ¿qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia? También se argumenta un fraude en las elecciones pasadas, lo cual, se dice, da derecho a hacer todas las acciones ilegales que se quieran. ¿Qué responder frente a estos argumentos? La verdad es que no hay mucho que decir. Si la no aplicación de la ley por parte del Estado fuera una autorización para violarla, creo que este país sería algo así como el viejo Oeste antes de que llegara el Marshall Dillon.

Cierto, hay estados y momentos en la historia en los cuales la legitimidad se deteriora tanto que, en efecto, se construye una legitimidad alternativa y una buena parte de la población busca cambiar gobiernos de una manera directa y extrainstitucional.

La pregunta aquí es si estamos en tal coyuntura. Para el PRD es obvio que así es. Para la mayoría de la población, que condena las acciones de "resistencia civil" del PRD, no es así.

Hasta ahora el PRD ha venido jugando en los dos carriles: el de la legalidad y en el de la ilegalidad. ¿Hasta cuándo podrá mantener esta esquizofrenia? ¿Hasta cuándo seguirá jugando a ser gobierno y oposición al mismo tiempo? ¿Hasta cuándo jugará a ser autoridad y delincuente al mismo tiempo? ¿Hasta cuándo seguirá invocando la ley y la democracia cuando les conviene y violando la ley cuando no?

Esas son las preguntas que el PRD debe resolver pronto o la historia los ubicará, cada vez más, fuera del juego democrático. Si el PRD continúa jugando este doble juego, su futuro electoral es poco prometedor. Las encuestas sobre el apoyo de la población, después de las protestas de AMLO y su equipo, demuestran que éste ha venido cayendo de manera estrepitosa.

En otras palabras, si el PRD quiere seguir compitiendo en la arena electoral, en la "democracia burguesa", no puede seguir jugando a hacer la revolución en las calles al mismo tiempo. Ahora bien, si el PRD decide volver a sus orígenes y jugársela por "la libre", ya podría ir renunciando a su registro como partido y al financiamiento que le otorga el "IFE delincuente" e irse a la sierra a preparar la revolución. Esa es una opción que muchos en ese partido aplaudirán.

Sin embargo, habemos muchos mexicanos que lo lamentaremos. El sistema de partidos en México necesita de una izquierda creíble y democrática. Desgraciadamente, tal parece que el PRD no quiere desempeñar ese papel.

jorge.chabat@cide.edu

Analista político e investigador del CIDE

jueves, agosto 17, 2006

Again

Heme aquí de visita, ya esto parece el blog de Manolo y visitantes ocasionales, pero no desistiremos del intento de mantenernos vigentes.

Al vuelo algunos comentarios:

    • El país está a punto de dirigirse a una crisis política de mayores proporciones, como ningún otro conflicto postelectoral.
    • Esto no se traduce en algún beneficio personal, por el contrario, hay varias víctimas de la democracia.
    • Por ejemplo de que trabajará Camacho, de la O , y De la Fuente?
    • Estoy a punto de sumarme a las filas del desempleo, por estas indefiniciones políticas, lo jurídico pasó a segundo o hasta cuarto lugar.

Mañana abundaremos sobre estos temas.

Saludos, desde algún lugar de la vía liberada de Refoma (para ser más precisos desde la glorieta de la Palma)

miércoles, agosto 16, 2006

Nunca perdimos la esperanza: náufrago, Jesús Vidaña

Redacción
El Universal
Ciudad de México
Miércoles 16 de agosto de 2006

Asegura el pescador que sabían que los rescatarían. "Decíamos ‘no nos rescató pero al otro nos vamos, al otro, al otro barco nos vamos, el otro que pase nos va a rescatar’

“Nunca perdimos la esperanza, porque siempre miramos barcos, no nos rescataban pero siempre miramos barcos”, señala Jesús Vidaña, uno de los tres mexicanos que naufragaron por nueve meses desde que salieron del puerto de San Blas, Nayarit.

Desde noviembre de 2005 en que dejaron de ver tierra firme, Jesús Vidaña, acompañado de Rendón Becerra y Salvador Ordaz recuerda que el día en que salieron a pescar “nos amarramos de la cindra y budunera, azotó un viento y nos perdimos (…) el viento nos empezó a mecer a mar abierto, a mar abierto a empujar a mar abierto”.

En entrevista con Alejandro Navarrete, colaborador de W Radio, Jesús confiesa que nunca perdieron la esperanza pues “cada ocho días miramos barcos, a veces durábamos un mes sin mirar barcos, (pero) siempre miramos barcos y por eso nunca perdimos al esperanza. Decíamos ‘no nos rescató pero al otro nos vamos, al otro, al otro barco nos vamos, el otro que pase nos va a rescatar’…”.

Y el día llegó: un buque atunero los localizó cerca de las Islas Marshall “con el radar… Nosotros no lo mirábamos porque estábamos dormidos, ya oímos el ruido del motor y nos levantamos y ya los vimos, ya venían por nosotros, ya venían para rescatarnos”.

“A los nueve meses, fui rescatado, gracias a mi Dios todo poderoso”.

Ya abordo, la comunicación con los otros ha sido “a puras señas míster, porque esos (son) puros chinos y taiwanés, puro dialecto de la isla Marshall, todos con sus idiomas”.

Ahora que se encuentra a días de regresar a ver a su esposa e hijo, menciona que esta travesía le ha servido para valorar “más lo poquito que tengo y lo que yo haga siempre hacerlo con mucho esmero, de aquí en adelante es pupupu para delante, puro trabajar, echarle ganas”.

¿Y ahora, seguirá en el mar, en su vida como pescador?

“Claro que voy a seguir pescando, me gusta pescar, no me da miedo, ¿por qué me va a dar miedo pescar si soy de campo pesquero, qué más puedo hacer? Pescar y pescar nomás porque ahí saco sustento para mi familia”, subrayó.

martes, agosto 15, 2006

Llevo aproximadamente un mes sin usar mangas cortas. ¿Por qué? Hace cuatro semanas fui con dos colegas a Tuxpan, Veracruz, a celebrar algo como la "despedida de soltero" de uno de ellos. Bebimos a buen ritmo, fuimos al téibol de ese puerto y acabamos durmiendo en la playa. Cuando desperté tenía los brazos totalmente masacrados por mosquitos. Bueno, al menos pensé que eran mosquitos como los que tú y yo conocemos. Después se borraron mágicamente. El lunes comenzó la pesadilla. Ni cuando tuve la varicela (en 2003, a los 27) sentí tanta comezón. Insoportable es la única palabra que puede usarse aquí.

Ya después supe que los bichos que me picaron se llaman --o les dicen-- tábanos, jejenes, chaquistes. Unos insectos que, pese a ser de la familia de los moscos, son más rudos. En fin.

Llevo un mes con esto y, repito, no he usado mangas cortas porque estoy todo marcado. De hecho, cuando me ven dicen a) que si estaba muy borracho para no atinarle al pinchazo en la vena, b) que si tengo alguna enfermedad infecciosa y contagiosa. La verdad sí está bastante repugnante el aspecto (antes estaba peor).

Un colega me dijo que sí se borran, pero que tardan. Sin embargo, me enseñó una discreta cicatriz en su tobillo. Sólo uno le había picado. Si cuento a vuelo de pájaro en mis brazos fácilmente llego a los 40 piquetes. ¿Se borrarán? No lo sé. Malditos bichos. Al menos sólo me comieron los brazos, lo único que traía descubierto esa madrugada.

¿A quién se le ocurre dormir de madrugada en un coche estacionado en la playa de un estado tropical?

lunes, agosto 14, 2006

Instantáneas de agosto

Publicado el 12 de agosto en El Guardián

Se está llevando a cabo el recuento para determinar las cifras definitivas de los comicios celebrados hace 41 días. Luego de la decisión de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en más de 11 mil casillas se están abriendo los paquetes electorales debido a que se comprobaron las dudas respecto a su resultado.

Lo anterior debe interpretarse como un triunfo para la Alianza por el Bien de Todos. El sólo hecho de echar abajo la determinación del Instituto Federal Electoral de no volver a realizar un conteo ha sido la demostración –en parte—de sus argumentos. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para los militantes de los partidos que integran la coalición y, por lo tanto, han decidido mantener el plantón en el Zócalo de la Ciudad de México, así como el bloqueo sobre el Paseo de la Reforma.

¿Qué impacto tiene esta medida en la opinión pública? Es difícil dar una opinión con cierto grado de confiabilidad en este momento. Uno de los problemas a los que se enfrentan los que dan reportes de la cotidianidad –por ejemplo, los periodistas—es la imposibilidad de analizar un conflicto con las herramientas que otorga la conclusión del mismo. Es decir, cuando ya existen elementos confiables sobre el comportamiento de los actores y el resultado de sus acciones. Lo que estamos viendo ahora es un típico caso de un fenómeno vivo, cambiante y que, en cualquier momento, puede dar un giro totalmente radical.

Los actores políticos están reaccionando a bote pronto. Al respecto, uno de los personajes tradicionalmente cercanos a la izquierda mexicana, Carlos Monsiváis, sorprendió a más de uno al criticar mediante un texto las acciones de “resistencia civil” que está llevando a cabo la Coalición. Asimismo, sobra recordar el cambiante papel de muchos otros intelectuales que han firmado desplegados a la menor provocación mostrando sus filias y fobias. Por cierto, con esta acción México se ha descubierto como un país en donde, al parecer, lo que sobran son “creadores” y “artistas” (y ya no digamos politólogos).

En general, puede afirmarse que la opinión pública, además de dividida, ahora está confundida. Un importante sector de los electores de López Obrador se ha sentido defraudado por la radicalización de su discurso y de sus acciones. Debido a esto se han instalado en esa franja multicolor de preferencias electorales no definidas. Los mismos que suelen afirmar que no votan por nadie porque ningún partido los representa.

Sin embargo, en otra porción considerable ha florecido la duda respecto a si en verdad estos comicios, es decir la totalidad de los mismos, fueron limpios y transparentes. Lo que hemos visto hasta ahora han sido reajustes en los resultados finales de las casillas. Mínimos, claro, pero al final del día reajustes. Por aquí 20 votos más, por allá 80. Con esto el argumento esgrimido por la Coalición puede adquirir cierta coherencia: de 20 en 20 en más de 130 mil casillas es posible que el resultado no sea el mismo que el que hasta ahora conocemos.

En contraste, lo que también es un hecho duro es que las reglas de la democracia, de por sí incipientes y amateurs en el país, están siendo puestas a prueba cero. ¿Cuál debe ser el papel de un gobernante frente a la ciudadanía? ¿Mantener una posición de militante partidista o de ser un simple funcionario de la administración pública, con todo lo que esto implica? Me refiero en especial al caso del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Alejandro Encinas.

En declaraciones hechas a los medios ha admitido que entiende la molestia de los capitalinos pero, en la práctica, no ha hecho gran cosa para responder a los reclamos que le plantean. Claro, ahí están los policías y los agentes de tránsito intentado hacer fluir el caos, pero el bloqueo permanece. Entonces, lo que queda es un debate interminable respecto a cómo conciliar el derecho a la libre manifestación pública con el del libre tránsito. Algo bastante complejo.

Como afirmé la semana pasada, hubiese preferido la anulación de las elecciones con el fin de nombrar a un tercero, el cual fungiría como una válvula de escape a toda la tensión acumulada. La decisión de los magistrados ha sido, sin embargo, la que tenía mayores posibilidades de ocurrir: el recuento parcial de votos. Ahora, lo que resta es esperar el tiempo que falta –hasta el 6 de septiembre—para poder ver, por fin, el humo blanco salir del edificio de la calle Carlota Armeros.

Sombras y figuras

Camino sobre las avenidas Juárez y Madero de la Ciudad de México. Frente al Hotel Sheraton de La Alameda Central dos canchas de fútbol entretienen a niños y jóvenes. Mas adelante, un grupo de niñas vestidas con trajes típicos realizan alguna coreografía regional. En la acera que ocuparon durante muchos años los Reyes Magos han instalado juegos mecánicos. Los sanitarios móviles tienen letreros del tipo “Oficina de Felipe Calderón”, “Oficina de la Maestra Gordillo”, “Oficina de López Dóriga, Ferriz de Con, Adela Micha...” y así, un largo etcétera. Un cartel invita a la lectura de poemas y otro a un recital con Gabino Palomares en la “Plaza de la Democracia” (¿cuál será la verdadera entre tantas que se llaman igual?).

Las mujeres cocinan y los hombres fuman o juegan ajedrez. Han instalado mesas para diversos usos. Por acá está un “libro club”, por allá una sección de “noticias comentadas”. Sobra decir que lo que más se ve son ejemplares de La Jornada como fuente primaria de información. Al llegar a Madero hay más aglomeraciones. La estrechez de la calle se une al hecho de estar cada vez más cerca del Zócalo, el mítico corazón del país. Aquí hay más actividad. Hay puestos donde venden tazas y vasos con serigrafía relativa al candidato de la Coalición, los mismos que encuentras a la salida de los conciertos.

En una megapantalla proyectan, una vez más, el video ¿Quién es el Señor López? de Luis Mandoki. De una bocina sale una voz con el tono de vendedor de tamales oaxaqueños que dice “para que siga la fiesta, tamales Bibriesca, para que sigas festejando, tamales Hildebrando, para que te bajes los tamales, atole con el dedo...”.

Aquí se está construyendo la democracia, sentencia una enorme manta colocada al final del trayecto.

miércoles, agosto 09, 2006

Recuéntame

Así es, en este momento deben estar los relevos australianos a todo vapor en la tarea de contabilización, voto por voto, 11 mil casillas por 11 mil casillas, de los sufragios que nos darán el humo blanco que tanto necesita este país que escribe su nombre con la equis, que algo tiene de cruz y de calvario.

El asunto del plantón, como el propio proceso electoral, ha generado odios y amores por doquier. A mí, en lo personal, me parece ridículo y exagerado. Lo he dicho y lo sostengo. Hay gente a la que le parece que, con esta acción, pasará directamente a engrosar las filas de los nombres grabados en oro en el recinto de San Lázaro (en primer término Andrés Manuel). Y, bueno, debo aclarar que ni soy panista ni mucho menos voté por el Sr. Calderón. Pero, hombre, que como dice un profesor que hemos tenido en un curso de estos del Servicio Civil de Carrera, nada más porque tenemos petróleo, que si no seríamos una república bananera.

Me sorprende, sobre todo, esa lúcida capacidad de la izquierda mexicana para ser una versión revisitada y reformulada del clásico "jarrito de Tlaquepaque". Es decir, que si estás con ellos, bravo, eres demócrata, eres lo mejor, vales mil, nunca cambies, T.Q.M. Pero, si osas disertar un pelín con los mismos, uf, no te bajan de franquista, de priísta, de tal por cual y, casi casi, hasta de ser engendro de la Sra. Marta combinada con la Chata Rodríguez. Si le dices algo a la izquierda que no le guste, el mundo se viene abajo, los polos se deshielan, los jinetes del Apocalipsis se salen del hipódromo y se acaba la temporada de chiles en nogada.

Y, repito, sin afán de quedar bien con Dios y con el diablo, que siempre he sido simpatizante de esta porción de los partidos mexicas. Sin embargo, de un tiempo a estar parte cada vez me siento más en esa franja de la población que, muy sangronamente dice, ay, es que no me siento identificado con ningún partido. Siempre he pensado que la gente que dice eso es bastante patética. Pero, lo siento, y me lo digo a mí mismo, pero creo que es un adagio al que, poco a poco, muchos vamos arribando.

Por eso, como sugiere Tanquecito, iré a ver el subterráneo de París en invierno para no sentirme tan mal de vivir en un país del Tercer Mundo (o país en vías del subdesarrollo). Claro, sólo falta que me consiga mi boleto de descuento...

lunes, agosto 07, 2006

Función Pública

Bueno, para el colega que preguntó sobre antecedentes del hoy Ministerio de la Función Pública, le sugerimos consultar el Programa de Modernización de la Administración Pública 1995-2000, el mismo que sacó el Dr. Zedillo durante su mandato, ya que ahí, si no me falla la memoria, viene algo de historia sobre esta dependencia en la parte introductoria.

Y si no, pues en el libro de la Dra. María del Carmen Pardo sobre la administración pública mexicana (lo siento, no recuerdo el nombre).

Entregando un pedido más, su buroblog de confianza...

sábado, agosto 05, 2006

Tres escenarios tres

El aprendiz, es decir yo, también tiene algo que decirle al planeta (aunque al planeta le importa un soberano yepatlaxtle).

Tres escenarios tres
JMB

Se acerca la hora de la verdad. Y qué bueno. Cada día que pasa sin que sepamos quién dirigirá al país los próximos seis años abona el terreno para la escalada del conflicto, el cual ya se manifiesta en plantones y cierre de vialidades. A pesar de que es totalmente comprensible la tardanza del veredicto ante el enorme trabajo y responsabilidad que afrontan los siete sabios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), es conveniente que aceleren el paso para dar carpetazo, de una vez por todas, a este embrollo en el que nos han metido las personas que dirigen nuestras instituciones electorales.

Al respecto, un ejercicio de prospectiva en la víspera de la hora cero. En esta entrega presento los que, a mi juicio, son los tres escenarios más probables en la calificación de los comicios celebrados hace más de un mes.

1.- Conteo parcial de votos. El primero se refiere a la decisión del TEPJF de hacer un recuento de las boletas en las urnas y casillas que presenten más irregularidades. Es decir, sólo en aquéllas en las que las dudas y las sospechas estuviesen suficientemente documentadas para obligar a una revisión a detalle de los registros sobre votos emitidos, contados y reportados.

Este escenario es altamente probable debido a que, según la legislación electoral vigente, la apertura de la totalidad de los paquetes electorales es un tema extraordinario y sujeto a la existencia de muestras masivas de inconsistencias (algo que, pese a lo que se ha difundido, no se puede afirmar de manera tajante).

Por supuesto, lo anterior dejaría inconformes a los partidarios del candidato de la Alianza por el Bien de Todos, quienes alegarían parcialidad en el veredicto de los magistrados. Asimismo, en este contexto existen fuertes posibilidades de que el ganador sea el candidato del PAN debido a que los posibles ajustes al conteo final no serían suficientes para revertir la tendencia que hasta ahora se ha presentado. Por lo tanto, el riesgo de inestabilidad también es considerable.

2.- Recuento total de votos. El segundo escenario consistiría en abrir todos los paquetes electorales con la finalidad de volver a contar las boletas para elegir al presidente. En una frase, sería la encarnación del multicitado y pegajoso "voto por voto, casilla por casilla". Este veredicto estaría basado en diversos artilugios jurídicos pero, sobre todo, en consideraciones políticas. Es decir, respondería a la necesidad de dotar de una legitimidad a toda prueba al próximo Ejecutivo Federal respaldada no sólo en el número de votos obtenidos, sino en un nuevo conteo que, al menos en teoría, tranquilizaría los ánimos de uno de los principales contendientes.

¿Es posible contar, otra vez, todos los sufragios? Por supuesto. No es algo impensable. El punto radica en que esto también tendría algunos daños colaterales, por ejemplo, el debilitamiento del IFE ante la opinión pública y la consolidación de la judicialización de las elecciones mexicanas.

Bajo este escenario la posibilidad de victoria se abre: tanto López Obrador como Calderón Hinojosa parten de cero rumbo a la meta. El riesgo de inestabilidad se reduce.

3. Declaración de no validez de la elección. Finalmente, la decisión del TEPJF de no declarar válidos los comicios presidenciales. Algo factible, sin duda. Si tomamos como referencia los casos previos en los que el Tribunal ha otorgado este fallo (las locales de Tabasco y Colima, así como las municipales de Ciudad Juárez), hoy en día existen ciertos elementos que nos podrían conducir a este escenario.

Entre los más notables está la indiscriminada intervención de agentes externos en el proceso, tal y como lo demuestra la publicidad del Consejo Coordinador Empresarial que, sin ser obvia, era bastante tendenciosa al descalificar a un candidato de manera velada. Asimismo, las desafortunadas declaraciones y spots del presidente Fox en los que, de igual forma, no existía una mención textual a favor de algún candidato, pero que sólo algunos ingenuos podrían no percatarse de la intención implícita en los mismos.

Pero si se desea un caso que ilustre a cabalidad lo anterior, sólo hay que recordar el llamado del ex presidente español, José María Aznar, a votar por el candidato del PAN durante una visita al país.

Si se presenta esta situación –la anulación de los comicios—la ruta crítica a seguir sería el nombramiento de un presidente interino por parte de la LX Legislatura federal y el llamado a nuevas elecciones 18 meses después.

Ahora, si usted me pregunta cuál escenario prefiero, sin dudas diré que el último. Es decir, estoy por la anulación de la votación del 2 de julio si los magistrados encuentran las razones para ello.

¿Por qué? En primer término por el elevado clima de crispación que existe en el país. Es difícil pensar que alguno de los dos punteros pueda gobernar con la suficiente legitimidad. Ni López Obrador ni Calderón Hinojosa han salido bien librados de este follón. La subida al poder de cualquiera de los dos no eliminaría los riesgos de confrontación y parálisis gubernamental. Los egos lastimados, la sensación de derrota y humillación, así como la siempre presente duda sobre la limpieza de los comicios serían los signos de la relación política a futuro.

Sin embargo, otro factor me hace optar por la anulación: la de la posibilidad de generar un pacto fundacional de país en este escenario. Me explico. Otras democracias recientes han experimentado algún tipo de mito fundador en su nueva etapa política en momentos específicos de su historia. Ahí tenemos a España con el Pacto de la Moncloa luego de la muerte de Franco, o bien, a Chile con el plebiscito que echó fuera a Augusto Pinochet.

En México hemos transitado a la democracia con las mismas instituciones, con los mismos pactos, con las mismas inercias, con la misma clase política. Una sacudida de este tipo nos obligaría a repensar las reglas y los organismos que nos rigen, así como encauzaría la energía social hacia la construcción de un nuevo proyecto a futuro.

En cualquier caso, sea el escenario que sea, debemos sentirnos privilegiados: estamos viviendo la historia de manera hiperreal.

viernes, agosto 04, 2006

Para el PRD lo suyo, lo suyo es el desmadre

Sabias palabras del gran Jorge Chabat.

Entre tanto "intelectual" firmadesplegadosalamenorprovocación, se agradece que haya gente inteligente. Ya lo decía Max Weber Chatanuga, otro grande, la democracia cabe en todos lados, menos en las universidades.

A todos los que vieren y entendieren, sabed:



PRD contestatario
Jorge Chabat
El Universal
Viernes 04 de agosto de 2006

Hay políticos que buscan el poder, pero hay otros que buscan el martirio. Y tal parece que esta última opción es la preferida de la izquierda. Y como prueba de ello, están las acciones de "resistencia civil" que ha emprendido la coalición Por el Bien de Todos.

Al parecer, lo que estas acciones buscan es radicalizar el ambiente político, agredir a los ciudadanos, pero no se ve cómo puedan ayudar a que López Obrador gane la Presidencia. De hecho, tales acciones parecen más una reacción de protesta adelantada contra un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que una medida destinada a propiciar una decisión favorable a sus intereses.

Más aún, da la impresión que algunos sectores del PRD se sentirían muy cómodos si hubiera alguna acción del gobierno federal para removerlos del bloqueo que han hecho en la avenida Paseo de la Reforma: ello confirmaría su tesis del fraude y de la acción concertada de Fox y demás fuerzas oscuras en su contra.

En fin, tal parece que el PRD se siente más cómodo en la protesta, en la marcha, en la toma de avenidas, que en el cauce institucional, en la presentación de documentos, en la lucha legal. Todo indica que, tratándose de política, para el PRD lo suyo, lo suyo. es el desmadre. La lucha institucional como que no les sabe. Y si eso lleva a la derrota, mejor. Así podrán seguir protestando en las plazas, tomando avenidas, gritando contra el poder.

Llama la atención que el PRD haya decidido seguir en la tradición contestataria cuando los resultados electorales muestran un incremento impresionante en los votos obtenidos.

Más allá de qué decida el TEPJF, y aun cuando López Obrador no ganara la Presidencia, lo cierto es que éstas han sido las mejores elecciones en su historia: son la segunda fuerza política en el Congreso, duplicaron su votación para la Presidencia y, muy fácilmente, pueden llegar a ser la primera fuerza legislativa y ganar la Presidencia en el 2012. claro, si no les gana la vocación de mártires. Y ése es el problema de fondo del PRD. Como que la política formal se les complica. Hasta usar saco y corbata también se les complica.

Claro, eso no significa que no disfruten las prerrogativas del poder, pero es su ejercicio formal lo que no se les da. Es la lógica legal de la burocracia la que se les atraviesa: ¿para qué recurrir a los tribunales cuando se puede recurrir a un plantón? ¿Para qué buscar evidencias del supuesto fraude, cuando es más sencillo repetir en las "asambleas informativas" que todo fue un cochinero? Y además hay una multitud que está dispuesta a creerlo. El problema de fondo es que las estrategias de "lucha directa", las movilizaciones, los bloqueos, las representaciones teatrales en los centros comerciales, funcionan en un sistema no democrático en el cual las formas legales a nadie le importan. Han funcionado en el pasado.

Y cierto, son instrumentos que han utilizado todos los partidos, incluido el PAN. Durante décadas vimos cómo en México no importaba quién ganaba o quién perdía en las urnas: lo importante era la negociación política posterior, con presiones extralegales, con plantones, con manifestaciones, hasta con huelgas de hambre. Y tal parece que ésa sigue siendo la apuesta del PRD. Sin embargo, no está claro que esa estrategia le vaya a dar ahora resultado. ¿Acaso el TEPJF va a basar su resolución en los plantones y bloqueos del PRD? La verdad lo dudo.

Entonces, ¿por qué seguir esa vía y no privilegiar la institucional? Porque con esa opción no se "hallan". Eso de las argumentaciones jurídicas no se les da. Saben que con movilizaciones no van a obtener la decisión que buscan, pero no importa. Eso es lo que saben hacer. Es como el tipo que busca la llave perdida no donde la perdió sino donde hay luz. Es el terreno de la protesta callejera y la movilización el que conocen, en el que se sienten cómodos. No importa si les da o no resultados. Es en ese terreno donde actúan como son en realidad y no como la "sociedad burguesa" quisiera que fueran.

La pregunta obligada es ¿qué sigue ahora para el PRD? Y la respuesta es simple: nada. Más allá de la movilización no hay más. Muchos esperan una acción "represiva" del gobierno federal. Pero si ésa no llega, tendrán que conformarse con las mentadas de los automovilistas de la ciudad de México. No hay más. Y habrá que esperar a las próximas elecciones. ¿Cuántos votos de los moderados habrán perdido por el bloqueo de Paseo de la Reforma? Probablemente muchos.

Pero no importa. Mejor. Así, si en el 2009 o 2012 tienen menos votos será por la conspiración del gobierno, lo cual justificará más movilizaciones y bloqueos e invasiones de propiedad privada que creen que es pública. No cabe duda: no hay puerto seguro para el que no quiere bajarse del barco.

jorge.chabat@cide.edu

Analista político e investigador del CIDE


jueves, agosto 03, 2006

En contra

De nuevo, la hora de comer. Ahora vamos cuatro funcionarios públicos federales rumbo a la Plaza de la República. Por lo tanto, tenemos que cruzar Paseo de la Reforma. Y ahí siguen. La democracia transformada en verbena popular. Con sus mantas, con sus equipos de sonido, con sus cumbias. Unos demócratas fuman, otros juegan fútbol, otros ajedrez, otros muestran pancartas a los automovilistas.

De regreso caminamos sobre la avenida. Una inmensa lona nos cubre las cabezas. No hay nada abajo, pero el territorio está marcado. Aquí se está construyendo la democracia, dicen. De repente, vemos un gran libro abierto que dice "A favor" y "En contra". Se supone que la gente puede ir a apuntarse de uno u otro lado y, de esta forma, mostrar su simpatía o su desdén respecto al plantón.

Por supuesto, la parte de "A favor" está llena y la otra vacía. O estaba. Porque mi compañero y yo mismo tomamos el bolígrafo Inoxcrom y, con súbita parsimonia, escribimos nuestros nombres en la contra.

Los demócratas nos ven con cara de, ¿pero cómo se atreven? Para darle un toque más dramático al asunto les decimos, hey, miren, también hay gente que está en contra. Me gustaría decirles que no voté por FJCH, pero que me parece bastante ridículo cerrar Reforma a estas alturas de la existencia. No abro la boca, sólo pienso.

Como somos de la contra, nadie nos hace caso.

Seguimos caminando hacia el Ministerio.

miércoles, agosto 02, 2006

Los nacidos para perder

Hora de comer. Salgo con mi compañero burócrata al Vips de Revolución. Tenemos que cruzar Reforma a la altura de la Glorieta de Colón.

Ahí está el plantón en forma de mantas, sillas, cocinas móviles, sanitarios Sanirent. Mientras sorteamos los afiches de Fox, Traidor de la Democracia y No Pasarán, dos canciones suenan en el ambiente. A lo lejos, una cumbia. La fiesta de la democracia. De cerca, soy del color de tu porvenir, me dijo el hombre del traje gris, en voz del viejo Joaquín.

Un cartel invita a la lectura de poemas con nombres más que desconocidos. Otro anuncia un concierto de Gabino Palomares en la autollamada Plaza de la Libertad (¿cuál será la verdadera?).

Me quedo con la imagen que tenemos una vez concluida nuestra expedición culinaria. Tres jovencitas batallan mientras intentan cocinar unos bisteces sobre una sarten. El amasijo de grasa, cebolla y carne retorcida les quema las manos y ninguna sabe bien a bien qué hacer.

Disculpen ustedes, estamos construyendo la democracia.

No hay más: Sabina canta nacidos para perder.

martes, agosto 01, 2006

Con estos amigos para que necesito enemigos

A mí Encinas me cae bien, vive aquí por Coyoacán en una calle tranquila en la colonia del Carmen, cerca de la secundaria donde asistí tres años en mi pubertad. Su casa no es ostentosa, pero tiene buen gusto, vive como cualquier vecino, aún ahora que es alto funcionario.
Por eso como que siento que se ve forzado, cuando tiene que radicalizarse y poner propaganda en el edificio del antiguo ayuntamiento o hacerse de la vista gorda con los plantones y cierres de avenidas.
Ahora sí que esas amistades no le llevan a ningún lado. ¿Quien de ustedes cree que AMLO es el Gandhi mexicano? Esta bueno eso de la resistencia civil, pero como que no cuadra, algo no funciona y los panistas se engolosinan con estas muestras de desesperación, sería mejor aguardar seis años, pero si estas a menos de un punto porcentual te hace ilusionarte.
A veces es bueno escuchar voces centradas, sean de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo:

Elecciones en México
Julio María Sanguinetti
01 de agosto de 2006

En México ha ganado Felipe Calderón Hinojosa, del partido de gobierno, quien arrancó su campaña allá por octubre del año pasado, casi sin chance, dispuesto a "romper la demagogia del PRD" y la "corrupción e impunidad del PRI". Por entonces se pensaba que Andrés Manuel López Obrador era casi imbatible, mimado por cómodas mayorías en las encuestas, y que el Partido Revolucionario Institucional, aun con un candidato de escaso atractivo, preservaba una estructura lo suficientemente sólida como para competir.
A poco de andar se reveló que Felipe Calderón, un político joven, de 43 años, panista desde la primera hora, presidente del Partido Acción Nacional varios años, secretario de Energía del gobierno de Vicente Fox Quesada, era un excelente candidato, como tal el mejor para quienes miraban desapasionadamente la política. Pero aun éstos admitían que la ventaja de López Obrador era demasiado grande, como se comprobó en marzo último, en el estado de México, el más poblado, en que ganó abrumadoramente el candidato del Partido de la Revolución Democrática, mientras las encuestas mostraban ya a Calderón segundo, aunque unos 10 puntos por debajo de Andrés Manuel López Obrador.
Lo demás es conocido. El Revolucionario Institucional se fue reduciendo al porcentaje que le daba su máquina; la opción se polarizó entre Calderón y López Obrador; el presidente de Venezuela, Hugo Chávez -no faltaba más-, apareció en escena para apoyar a este último; la campaña se ensució de acusaciones y, finalmente, en la elección más reñida de la historia, termina triunfando el "conservador", según dice la etiqueta habitual. "Conservador", criado en la modesta familia de un profesor liceal; conservador que aspira a modernizar la economía y abrirla al mundo, más allá del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos; conservador que quiere eliminar los vestigios remanentes de los 73 años de un PRI nacionalista, proteccionista, autoritario y tercermundista. En una palabra, un conservador que propone un México más moderno y más abierto.
La pregunta hoy es si podrá lograrlo, con un Parlamento donde carece de mayoría. En un país sin cultura de pactos, sin el hábito del entendimiento, mirado más como una flojera que como acto de sabiduría, porque la historia así lo dice desde la autocracia de Porfirio Díaz, el monopartidismo del PRI y un pasado de heroísmo revolucionario, donde nada dejó de pasar y el diálogo político poco espacio tuvo.
Lo interesante es que esta elección de Felipe Calderón, luego de la de Alan García en Perú y la reelección de Álvaro Uribe en Colombia, termina de echar por tierra la caricaturesca tesis de que América Latina vivía una "ola de izquierda", cuando adolecía pura y llanamente de un ramalazo de enojo que conducía a las oposiciones al gobierno al grito de cambiar la política económica.
La presunta ola se componía de algo tan variopinto como un populismo autoritario en Venezuela, una insurgencia indígena en Bolivia, una socialdemocracia liberal en Chile, un gobierno lisa y llanamente peronista en Argentina y una coalición brasileña, comandada por un viejo sindicalista, asociado a los partidos de la derecha histórica.
Las últimas elecciones han sido terminantes y muestran también que ese mesianismo bolivariano de Chávez, aspirante a un liderazgo continental, comienza a mostrar sus debilidades, pese al dinero lanzado a raudales para ganar simpatías, con la derrota ahora de su alabado Andrés Manuel López Obrador, como poco antes lo había sido Ollanta Humala en Perú. Ahora ha logrado entrar al Mercosur -ya no tan sureño-, pero todo indica que traerá más problemas que soluciones y que su exuberancia verbal le llevará a que sus nuevos socios, especialmente Brasil, le pongan paños fríos a sus calenturientas propuestas. Sin ir más lejos, al ser recibido en el Mercosur, en Caracas mismo, ya lanzó la idea de un ejército del Mercosur, que ha erizado los pelos de los militares y diplomáticos de la región.
De modo que el péndulo que un día condujo a una política económica más liberal y luego pareció irse hacia el otro extremo, oscila en el medio. Nadie da marcha atrás en las reformas liberales de los 80 ni de cerrar economías (más bien lo contrario, con una sucesión de Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos).
De lo que sí se habla en todos lados, sean los gobiernos que sean, es de la desigualdad en la distribución del ingreso y la pobreza tan grande que permanece. De eso sí se habla y la diferencia radica en los modos de combatirlos, con matices que varían entre paternalismos clientelísticos (Venezuela), viejos políticos asistencialistas (Argentina, Uruguay, Brasil) o intentos de modernas reformas basadas en la educación (Chile, Colombia).
Algo electoralmente novedoso que se vive es la división en las geografías nacionales, en la que se entremezclan situaciones de pobreza con atávicos reclamos étnicos y debates sobre políticas económicas. Se ha visto recientemente en Bolivia, en su elección para constituyente: el electorado se partió en dos, con abrumadora mayoría para el centralismo en el altiplano -pobre y minero- y, a la inversa, masivo apoyo a una autonomía regional en el Este -dinámico, agrícola y petrolero-; aquél, indígena; éste, blanco y mestizo.
Parecida situación en México, con un norte desarrollado a favor de Felipe Calderón y un sur pobre con Andrés Manuel López Obrador; un Yucatán en proceso de cambio con Calderón y una ciudad de México, abigarrada y enojada, con López Obrador. También en Perú fue tajante la división: mientras Alan García triunfaba claramente en Lima y las ciudades costeras del centro y el norte, Ollanta Humala -con su discurso indigenista- se llevó tras suyo toda la sierra, donde quechuas y aymaras aún resienten de Pizarro.
Las viejas historias reaparecen en nuevas versiones, azuzadas por la crisis energética, con sus intereses gasíferos y petroleros. Lo que seguramente dará que hablar antes de lo que pueda pensarse.
Expresidente de Uruguay