martes, febrero 28, 2006

I can get Satisfaction (II)

Por cierto, sobre el tema del grupo telonero, bueno, sólo debe decirse que Fobia fue intrascendente. Es decir, uno esperaba que llegaran tumbando caña con lo mejor que tienen en su repertorio. Abrir con Más caliente que el sol, seguir con El diablo y luego una cascada de semi-éxitos como Revolución sin manos, El microbito, Camila, Dios bendiga a los gusanos y otras por el estilo. Algo energético. Pero no. El asunto es que se pararon sobre el escenario como creyendo que era el mejor lugar para promocionar su último (y espero que sea literalmente) disco. Muchas rolas del nuevo, las cuales, obvio, nadie conocía y se convirtieron en el ruido de fondo de un domingo por la tarde.

Cuando decidieron tocar una "romántica" el respetable les perdió un pelín el respeto y les abucheó. Creo que ése fue el momento de mayor interacción entre las dos partes. El instante en que hubo algún tipo de contacto entre artista y público, a pesar de tener un sentido negativo. Luego, cuando volvieron a la ruta del "rock" (claro, en su muy particular visión) todo fue abulia y aburrimiento. Casi al final de su intervención de aproximadamente 45 minutos optaron por bajarse de la nube y saberse terrenales. Por fin, Revolución sin manos hizo que algunos se movieran de un lado a otro de su asiento o que reprodujeran una versión muy light del headbanging. Eso fue todo. Muchos aprovechamos su efímero y totalmente olvidable paso para hacer cosas más productivas: buscar los sanitarios e ir a por las cervezas. Sin embargo, la mayoría concentraba sus esfuerzos en buscar a sus amigos y familiares entre la multitud a través del móvil, o bien, a mirar con desgano el cielo nublado o a escudriñar las innovaciones tecnológicas incluidas en la escenografía.

Javier nosequé, también conocido como "Cha", bajista de la agrupación, soltó algunas frases que intentaron ser cotorronas, por ejemplo, "aquí atrás están los Rolling Stones, por si quieren pedirles alguna rola". La reacción: una mueca de la audiencia. Leonardo di Fobia, con la barba crecida y saco rojo, moviéndose ligeramente por la plataforma sintiéndose algo que, definitivamente, no es: un dios menor regional (o que al menos no podía ser cuando a unos metros está uno de los mejores frontman que ha conocido la historia del rock). El tal Huidobro, guitarra principal, creyéndose al máximo eso de que es "el genio" del grupo. Sin duda, hubiese prendido más si a la mitad de Fobia la hubiesen disfrazado de Moderatto en el momento.

Y, bueno, oh moraleja final: es casi un hecho que a la Guzmán le irá mejor en lo que a la apertura del concierto se refiere. ¿Qué tal? Pues sí, parece que existe el consenso de que, al menos por su actitud más desmadrosa, este híbrido surgido de la combinación rockero-actriz tendrá mejor acogida que los chavales Rosa Venus.

A mí me gusta la música de Fobia, digo, no tanto, pero si lo tengo en el iPod (cosa que jamás pasará con algún disco de la AG). Pero, por Dios, ¡que no se puede salir con esa actitud cuando eres el telonero de los Stones!

Hasta Johnny Laboriel pone más ambiente.

lunes, febrero 27, 2006

I can get Satisfaction

Estoy molido. Me duelen las manos, la parte de atrás del estómago y las piernas. No importa. Fue increíble. Fantástico. Indescriptible. Dos horas que se fueron como un suspiro. No paré de aplaudir, gritar y brincar a ratos sobre mi silla. Tuve a los Rolling Stones a menos de 100 metros cuando desplazaron el escenario hasta el centro del Foro. Los vi y los escuché. Lloré con las indicadas: Angie, This place is empty y You can't always get what you want. Desgarré la garganta con Jumpin' Jack Flash, Simpathy for the devil y (I can't get no) Satisfaction. Nadie, ningún grupo puede igualar lo que logran los Rolling Stones. Jamás habrá otros así. Gracias Dios por haberme puesto ahí. ¡Dios Salve a los Rolling Stones!





"Cualquier noche dada, seguimos siendo una banda realmente buena. Algunas, acaso la mejor del mundo. Así que al diablo la prensa y sus críticas de giras de tercera edad. Cretinos. Esperen a tener nuestros años, a ver cómo les va. Les tengo nuevas: seguimos correosos. ¡Cuélguennos, que ni así moriremos!".

Keith Richards





The Rolling Stones hipnotiza a los mexicanos

Solange García

Hablando en español, Mick Jagger dio la bienvenida al público con un ´¡Qué onda, México!´, en el concierto que ofreció el grupo británico en el Foro Sol

Con el sentimiento de armonía absoluta, con el rock and roll, con el diablo y con el placer por el placer, los mexicanos volvieron a ser hipnotizados por los Rolling Stones ayer por la noche en el Foro Sol.

Sus satánicas majestades refrendaron una vez más el porqué de su poderío en la música a más de 40 años de su nacimiento.

Con un escenario que, aunque sobrio, brilló por su espectacularidad gracias a un juego multicolor de luces y a una serie de triángulos tricolores decorando los costados, lo mismo que una enorme pantalla al fondo, las piedras rodantes cimbraron el Foro desde las 21:05 horas.

Una explosión original se dio con una serie de juegos pirotécnicos que dieron la bienvenida a los presentes, quienes sacaron a relucir sus celulares para dar la bienvenida al grupo inglés.

Las contorsiones de Jagger, los gestos poderosos de Keith Richards en la guitarra, la seriedad contundente de Charlie Watts, y la complicidad de Ronnie Wood enloquecieron a la gente, quien de inmediato los ovacionó.

"¿Qué onda, México, eh? Hace ocho años estuvimos aquí, los extrañamos mucho", dijo Jagger en español como bienvenida. Así, "It´s only rock and roll but i like it" y "Jumping jack flash" fueron las dos que arrancaron el concierto.

Mientras algunas canciones de su nuevo disco A bigger band se sucedieron durante la primera hora, clásicos como "Angie" y "Gimme shelter" hicieron que la gente no sólo gritara, sino que se quedara atónita ante el sueño cumplido.

Después de 10 canciones, llenas de energéticos acordes, el grupo fue presentado por el mismo Jagger con motes como El Rey del Mariachi, refiriéndose a Charlie Watts.

Keith Richards, quien fue uno de los más aplaudidos, comentó: "Amigos, es muy bueno regresar, es muy bueno verlos de nuevo a todos. Esto es un amor, un amor, y quiero que escuchen esto", dijo refiriéndose al título de una canción que él interpretó con una guitarra acústica.

La sorpresa de la noche fue cuando parte del escenario principal se desplazó a lo largo de una pasarela mecánica hasta una pequeña plataforma. Ahí, en medio del público privilegiado, la banda interpretó algunos otros clásicos de su repertorio como "Simpaty for the devil".
Jagger no dejó de demostrar la simpatía con el público, incluso señaló: "Es muy chido estar aquí".


La gente gritó al punto del delirio con temas como "Start me up" y "Can´t always get what you want".


Con la canción "Satisfaction", el grupo se despidió. En total, hubo aproximadamente 65 mil personas de tres generaciones que disfrutaron 20 canciones.





Vibrante reencuentro: ''¡Qué onda, México!''

Nancy Escobar Cardoso

“It's only rock 'n roll”. Dos horas de notas que resumen más de cuatro décadas hicieron vibrar al Foro Sol. Poco más de 65 mil personas acudieron al reencuentro con The Rolling Stones y los británicos se entregaron durante 120 minutos dentro de la gira A Bigger Bang.

Fue una noche en la que los jóvenes se empaparon de la música de los sesenta, y los contemporáneos de Jagger, Richards, Watts y Wood, trajeron a la memoria aquellos tiempos en que la suma de amor y rock eran la fórmula para la paz en el mundo.

Los 62 años del vocalista Mick Jagger no fueron impedimento para que sus frenéticos movimientos inundaran un imponente escenario. Una pantalla de alta definición de 12 por 18 metros, cuatro torres con sonido difícil de superar, 150 luces móviles y aproximadamente 500 luminarias no opacaron su rasposa voz ni silenciaron los acordes de un Keith Richards que suma tantas arrugas como experiencia en la guitarra.

El gran estallido se desató luego de un accidentado inicio del grupo telonero, Fobia. Los mexicanos no gozaron del mejor sonido y después de 9 canciones tuvieron que dejar el escenario no sin antes mencionar: “Somos la botana de esta noche, pero en el mejor plato del mundo: la ciudad de México”.

En punto de las 21:05, los Rolling Stones, legendarios músicos ingleses fueron recibidos con un despliegue de fuegos artificiales que iluminaron el cielo de una fría ciudad, y el reencuentro inició con Jumping Jack Flash.

Y entre el público, muchos vientres abultados, calvas brillantes y melenas canosas, abuelos inculcando a la tercera generación el ritmo que los marcó. You got me rockin dio la pauta a Mick Jagger para soltar las primeras de muchas palabras en un atropellado español: “¡Qué onda México! Estuvimos fuera ocho años, los extrañamos mucho”.

Oh no, not you again y Midnight rambler y Is a empty space without you calentaron el ambiente antes de que una iluminación rojo encendido, humo blanco y cambio de ropa negra permitieran a los fans escuchar Sympathy For The Devil y completar así el aquelarre.

Con las primeras notas de Honky tonk women” el escenario comenzó a desplazarse hasta quedar al centro del Foro Sol y sorprender a los fans que pudieron casi salpicarse del sudor de Jagger, quien dicho sea de paso demostró que de los Rolling lo que más destaca es el culto a la personalidad del famoso músico.

Seis cambios de ropa, 22 canciones en total, dos coristas y seis músicos de apoyo completaron un profesional espectáculo que los asistentes resumieron en Satisfaction, la última rola que se escuchó.





Anoche, concierto muy superior a los de años anteriores

Los Rolling Stones se reivindican con México

Como si cuatro décadas no hubieran transcurrido, estos adolescentes sesentones apostaron por sus éxitos de siempre

JAIME AVILES

Y la tercera fue la vencida. Después del chasco de Voodoo Lounge en 1995 y del magno acto fallido que fueron los Puentes a Babilonia en 1998, con la más grande explosión de todos los tiempos (A Bigger Bang) los Rolling Stones entregaron anoche el mejor y excelso y exquisito y adjetivable concierto de su historia en la ciudad de México.


Si de algo puede dar fe esta crónica es de que Mick Jagger no suda, Keith Richards tiene el aspecto de un muégano, Rony Woods parece un Pinocho de cera con la nariz derretida por la edad y Charly Watts no evidencia el cáncer que lo está matando, pero los cuatro adolescentes sesentones que anoche se encontraron en el escenario del Foro Sol para ofrecer una retrospectiva de su obra estaban en la plenitud de la plenitud.

Mientras Voodoo Lounge fue un espectáculo de teatro de gran guiñol, con títeres colosales que se inflaban y se movían con la gracia de un entretenimiento para párvulos, en tanto el sonido era idéntico al de las cintas y los discos del mercado -paradójica perfección que lograba ser tan idéntica a sí misma que parecía más bien un vil truco de play back-, y a su vez los Puentes a Babilonia eran pretexto para otros alardes tecnológicos -del centro del escenario surgía un monstruo metálico que en realidad era la cabeza de un gusano que en realidad era un telescopio que en realidad era un arco para conectarnos con el pasado, cuando las satánicas majestades tocaban en antritos con una bataca, un bajo (el del difunto Brian Jones), un requinto, una guitarra acústica y una armónica-, en esta ocasión los Rolling hicieron una apuesta basada fundamentalmente en la música, su esencia, su razón de ser, su seña de identidad y la lápida bajo la cual son ya inmortales.

Metáfora de heroína

Más allá del bien y del mal, los Rolling están muy lejos de ser una empresa ambulante que vende sus más recientes productos en los pueblos del camino; cómo pasa usted a creer. Nada de giras promocionales para colocar en la lista del hit parade su nuevo disco. En el virtuosísimo concierto de anoche ejecutaron sólo dos temas de A Bigger Bang (la más grande de todas las explosiones fundacionales del universo, hay que insistir en la nostálgica y orgásmica intención del título de su álbum más fresco) y, por el contrario, se dieron el lujo de abrir con Jumping Jack Flash para cerrar, una hora y 58 minutos más tarde, con Satisfaction.

Fue como si no hubieran transcurrido más de 40 años, desde principios de la década de los 60 -cuando eran unos muchachos imberbes y andróginos y borrachos y drogadictos y promiscuos y reventados y descreídos y rencorosos y enemigos de la moral conservadora-, hasta el día de hoy en que, traicionando todos los emblemas de su rebelión juvenil, pero sobre todo traicionándose descaradamente a sí mismos (lo que por lo visto se perdonaron sin mayor problema), representan lo mejor, lo más alto y lo más entrañable de la civilización occidental.


Sin renunciar del todo a la metáfora del escenario que se expande como un falo impulsado por la invasión sanguínea de los cuerpos cavernosos, los Stones repitieron anoche el truco de la plataforma que se desplaza -ahora sobre un riel- hasta el centro del gigantesco patio de lunetas. A lo largo de su viaje de ida y vuelta recibieron sostenes y calzones femeninos, y miles de disparos de cámaras incrustadas en teléfonos celulares, mientras unos guaruras rubios y gordos, robados al staff de la Casa Blanca de míster George WC Bush -a quien no le tocaron Sweet new con (dulce neoconservador)-, los escoltaban escudriñando a la eufórica multitud.

Delgado y con mínimas nalgas como las que lucen en nuestros días las señoritas anoréxicas de la clase media, más femenino que nunca, dueño de una agilidad extraordinaria y, a diferencia de sus dos visitas anteriores, simpatiquísimo, relajado y champurreando frasecitas en español -"hace ocho años estuvimos aquí, los extrañamos mucho", "es chido estar en Méxicou"-, el maestrísimo Jagger bailó, saltó y cantó mejor que nunca en estas tierras, sujeto a un sencillo repertorio que incluyó grandes éxitos como It's only rock & roll but I like it, Tumbling dice (dados cargados), Angie, Midnigth Rambler (vagabundo de media noche), Honky Tonk Women, Happy, Brown Sugar, Get off of my cloud, You can't always get what you want, Simpatía por el chamuco (que no por el chamaco) y I can't get no...

Keith Richards, a su vez, cantó Empty whitout you ("este lugar, sabes, está vacío sin ti''), aunque todo el mundo hubiese querido oírle aquellos versos de "ey, quiero decirte por principio que soy el peor muchacho que debería estar contigo", pero de todos modos la muchedumbre lo acarició con sus aplausos en premio a su grandísima consecuencia.

Porque si Jagger se hizo rico y famoso disfrazándose de rebelde para convertirse en un hijo de puta que cantó para los soldados ingleses que Margaret Thatcher envió a las Malvinas y se desdijo de sus panegíricos en favor de las drogas duras como Brown Sugar (metáfora de heroína, según el maestro Hermann Bellinghausen), o como Flores muertas ("allá vas en tu Cadillac rosado y yo estoy aquí en mi sótano con una cucharita y una jeringa"), Richards se metió por las venas, por las narices y por los pulmones todo lo habido y por haber, y a pesar de todo sigue tan campante, le decía a este cronista un anciano que sin parar de brincar y gritar a todo pulmón los versos de Angie se sacaba los dientes postizos y se los metía de nuevo en las deshabitadas encías con aire retador.

''¿Cuánta gente cabe aquí?", preguntó el fotógrafo Pedro Cote a uno de los incontables muchachos del esquema de seguridad, y el joven, por cuya boca hablaban la Secretaría de Educación Pública y Televisa y el rigor científico inculcado a las nuevas generaciones por los dueños del país, respondió: ''No sé, como 20 mil, 30 mil o 40 mil''. Nada más pero nada menos. Por el contrario, el vigilante David Morales, ante la misma curiosidad, afirmó sin vacilaciones que el cupo era de 70 mil "con sillas", porque sin éstas, desde luego, sería de más.

Lo que pasa, agregó, es que ''las sillas las ponen porque viene mucha gente de la tercera edad". Y tenía razón: los Rolling tocaron para viejitos y viejitas que crecieron con ellos en la rebeldía y en la inconformidad y que hoy, en el caso de México, integran la combativa generación que hace un año se opuso al desafuero de Andrés Manuel López Obrador y dentro de cuatro meses trazará el rumbo inmediato del país. Pero, sociologías al margen, qué deliciosa y genuina y maravillosamente sonaron anoche en la ciudad de México los Rolling Stones.

domingo, febrero 26, 2006

¡La espera ha terminado!

Hoy es el gran día.

Ha llegado el momento de ver a los Rolling Stones en vivo.

Hemos comenzado el día bien, aunque súbitamente nos hemos encontrado con muchas nubes sobre nuestras cabezas. En la radio han iniciado el proceso de calentamiento del ambiente con rolas y comentarios sobre los legendarios británicos. Por la calle algunos ya portan diversos distintivos sobre su inminente asistencia al Foro Sol por la tarde.

De acuerdo con los diarios nacionales, los Stones arribaron en la madrugada del sábado.

Ahora sólo falta que sean las 16.00 para zarpar rumbo al Foro Sol.

Llegó la hora de la verdad.

sábado, febrero 25, 2006

Y siguen las piedras rodando

O como diría el naco de ¿como se llama el pseudo rokero guadalupano? Las piedras rodando se encuentran.
Precisamente como dice el maese Weber (por cierto ahora sí es inminente su grado): faltan 24 horas y habrá un antes y un después del concierto del año. Pasarán a simples anécdotas cuaquier otro espectáculo en este país. Me hubiera gustado estar en Copacabana, pero nos conformaremos con nuestro foro Sol, claro con marcada ausencia de las garotas y sus minúsculas vestimentas. En el altiplano tendremos que conformarnos con las naturales de la región y estamos preparados para ver toda clase de fauna que se deje venir, desde ruqueras sesenteras, hasta niñas fresas con guaruras, pasando por chavos banda, amas de casa, niños en brazos, chavos ochenteros y verdaderos fans reconocidos por sus propias satánicas majestades.
Por eso no quiero manchar estas páginas -como hasta el momento lo he evitado- con menciones al espectáculo presentado por los de la banda de U2. Fueron mis familiares al último concierto en el Azteca y según su información no estuvo tan de nausea como el de New York, parece que -por esta ocasión al menos- ser tercermundista tiene sus ventajas. Bono se ahorró todo su discurso AIDS for... (pongan el nombre del país, continente o causa en desagracia de su predilección). Y se dedicó a cantar como debe hacerlo y debería limitarse en el escenario, por cierto una poible explicación al incremento de sus peroratas puede deberse irónicamente a la paulatina pérdida de voz, según me dicen hay momentos en los que no da más y tienen que entrarle al quite el resto de la banda, y ahí es donde la cosa se pone mejor. En resúmen, se trató de un concierto medianamente aceptable, con un repertorio de éxitos de la banda ya que su último disco no da para mucho, lo que satisfizo a la audiencia. Por cierto, un 80 % compuesta de villamelones y gente que piensa que es In ir a ver a esos irlandeses buena onda que se preocupan por los pobres. Un ejemplo curioso al respecto fue exponencial: llevaron los papás a los hijos adolescentes, los progenitores todo el tiempo estuvieron con cara de aburrimiento (seguramente añoraban estar en el auditorio con Luismi o recordaban sus noches en la México con Los Temerarios- "esos si eran conciertos vieja") el hijo medio nerd con sus camiseta comprada a la entrada del estadio y la hija se sentó muy mona, con su vestidito y sus zapatos de Tacones, buaj. Ese es el público que se merecen.
El tiempo se acaba y yo acá en el altiplano ¿alquien me compra mi boleto? Es de 1,000, lo vendo en 10 mil.
Ja ja, mentira. No se como, pero de que llego, llego.
PD
Claro que sí alcachofa, justo hoy voy a ese lugar, les llevare sus tortas al concierto, si no los encuentro ahí las vendo y el lunes les traigo otras.

viernes, febrero 24, 2006

Faltan 2 días

Colegas,

Esta es la última entrada a esta bitácora desde el Ministerio antes del concierto de los Rolling Stones.

A partir de ahora habrá una historia Antes y Después del 26-F.

Estamos en la antesala de ver en directo a la banda de rock and roll más grande que alguna vez haya pisado este planeta.

Los más grandes.

Verdaderos prodigios de la naturaleza.

Cualquier palabra puede ser limitada para describir su importancia.

Lo único seguro es que hemos sido afortunados como generación por haberlos visto en vivo.


Larga vida a los Rolling Stones.


jueves, febrero 23, 2006

Faltan 3 días

Si Mario Marín es destituido como gobernador de Puebla --cosa que dudo, por cierto-- le sugerimos hacer una cosa para que no vea disminuidos ni sus privilegios ni sus vicios: patentar la frase "mi gober precioso" y cobrar cada vez que algún nacional la use en sus conversaciones privadas.

A donde quiera que he ido en estos días he escuchado que todo mundo le dice a otros "mi Lic. precioso", "mi Pepe precioso", "mi Paco precioso", "mi Pelos precioso" y así, ad inifinitum. Al parecer, cualquier cosa se ha vuelto susceptible de aderezarse con el adjetivo precioso.

La única contribución por la que será recordado MMT en la Historia Patria Contemporánea.

miércoles, febrero 22, 2006


De acuerdo a Google --se pronuncia gúgl-- este es el Monumento al Burócrata Desconocido. Cierto o no, le mostramos nuestros respetos

Faltan 4 días

Esta mañana he estado en Los Pinos. No, no fui a ver al C. Presidente de este enorme municipio llamado México. Tampoco a pasear por sus amplios jardines, ni mucho menos a enrolarme en el Cuerpo de Guardias Presidenciales. Simplemente se trató de un aniversario luctuoso más de F. Indalecio Madero, el "Apóstol de la Revolución Mexicana", tal y como está grabado en el monumento erigido en su honor dentro de la Residencia Oficial.

Debo decir que ésta no ha sido la primera vez que asisto a dicho lugar. La primera ocasión fue en 1987. En aquel tiempo tenía 11 años y llegué acompañado, en particular, de otros 20 chavales que representábamos a la entidad federativa llamada Puebla (ojo: no nací en ese precioso estado, pero ahí fue donde radiqué mis primeros 17 años de existencia) y, en general, de otros 600 que daban fe de la variopinta mezcla racial de nuestro país. El motivo: todos habíamos ganado nuestros respectivos concursos escolares regionales de sexto grado para ser considerados "Alumnos Distinguidos" en ese año. La misma cuestión que ahora se conoce como la "olimpiada del conocimiento" (o algo así) y que cada verano otorga el pasaporte directo a los críos más aplicados de la nación (cualquier cosa que eso signifique) a que puedan estar toda una semana en la ciudad departiendo y siendo homenajeados como si fuésemos los próximos mesías de esta Patria que escribe su nombre con la equis.

Pues bien, a mí me tocó ser parte de esa camada en el ahora ya lejano 1987. Y, precisamente, una escala del "viaje cultural" fue Los Pinos, donde pudimos saludar de mano y sacarnos una foto con el entonces Ejecutivo Federal, nada más y nada menos que Miguel de la Madrid Hurtado (uy, qué honor). Luego ya nos llevaron a Bellas Artes, las pirámides, el Teatro de la Ciudad, el Templo Mayor, Palacio Nacional y a un auditorio de la delegación Azcapotzalco, entre otros sitios. No sé bien si dicho tour lo diseñó algún funcionario del Ministerio de Educación o un agente de ventas de Viajes Bojórquez o Viajes Liberación. En fin. Para finalizar el comentario, el hospedaje se lo debimos al antiguo Colegio Militar, el mismo que está afuera de la estación del mismo nombre del subterráneo, y en donde aprendimos las primeras dosis de rigor en lo que a afrontar a las multitudes se refiere. Ay, qué tiempos aquellos (snif).

Después, ya integrado a la Administración Pública Federal como funcionario, he ido en un par de ocasiones más. Aquí también debo resaltar que, debido a la nueva plaza que ahora ocupo, mi asistencia a este tipo de actos se ha convertido en obligatoria. Es decir, de ahora en adelante tendré que estar presente en todas las conmemoraciones cívicas a las que nos inviten. Pienso, por ejemplo, en los 21 de marzo, los 16 de septiembre, los 20 de noviembre, los 5 de febrero, entre otros. Los costos del ascenso se empiezan a manifestar.

Como he mencionado en un antiguo post, si algo tiene la Nación Mexica es hartos motivos para celebrar. Si revisamos el Calendario Cívico oficial que edita el Ministerio del Interior podremos percatarnos de que, bueno, pretextos no nos faltan para declarar varios días al mes (y hasta de cada semana) como "festivos" y, por esta razón, tener justificaciones para declararlos no laborales. Ojalá así sea en un futuro cercano. Por el momento, las fechas cívicas sólo nos obligan a tener que desmañanarnos --sobre todo cuando se les ocurre caer en sábado o domingo-- con el fin de estar puntuales en las citas de esta clase de actos protocolarios. Vaya cosa.

El acto de hoy fue breve, muy breve. Sólo 15 minutos, los cuales se reunieron por el hecho de que la banda de música del Ministerio de Marina se aventó una rola antes de que viniera el solitario discurso. Pienso en quiénes pudieron haber padecido más esta conmemoración. La respuesta es --hasta cierto punto-- sencilla: los chavales de secundaria que, obligados por sus profesores, tuvieron que estar en el lugar desde 45 minutos antes de comenzar la conmemoración. Los miembros de la Marina y el Ejército ya están acostumbrados a la disciplina (creo). Y nosotros los burócratas, bueno, nosotros nos adaptamos a cualquier circunstancia (excepto a no cobrar quincenalmente y a no comer, claro).

Grábese en letras de platino.

martes, febrero 21, 2006

Faltan 5 días

Breves.

a) No creo que Mario Marín sea destituido como gobernador de Puebla. Es difícil creerlo ante un estado que es abúlico y pasivo. ¿La Puebla Revolucionaria? Ja. El revuelo se concentra en los medios nacionales, pero en la entidad se respira un denso --y comprensible-- clima de tensión motivado por las amenazas reales de este pequeño dictador regional. Todo dependerá, sin embargo, de la decisión de la Corte de atraer o no el caso, aunque aún ese factor no será decisivo para una posible sanción. Si todo se concentra en una investigación local, es decir a través de la Procuraduría poblana, entonces sí, todo estará perdido. La estrategia de Marín ha sido resistir todo el embate, mantenerse en pie y contragolpear. No dudo que en unos días más pasará de ser acusado a acusador. Lo hará contra los que filtraron la información y contra todo aquel que tuvo el atrevimiento de cuestionarlo. Pobre Puebla. Pero al final lo tienen merecido: sigan votando por el PRI.

b) Pumas es un equipo que cada vez da más pena. Me duele decirlo, pero no tengo otras palabras. No sólo por el hecho de que no gana, de que el fracaso se ha convertido en el sitio en donde le gusta estar, sino por varias razones paralelas: i) su directiva comete errores a granel, por ejemplo, ofrecer el Olímpico Universitario al Amiérdica para jugar, tener al hijo del presidente jugando en las filas de los rivales más odiados, mantener el contrato de transmisión con Televisa, entre otros, ii) los refuerzos que contrata son verdaderos pelmazos, cartuchos quemados, fracasados dentro y fuera de México, gastos inútiles e incomprensibles, iii) la cantera no produce ya nada rentable (¿cuándo egresó el último gran goleador de las filas universitarias?), iv) el uniforme cada vez tiene más publicidad, lo cual lo acerca peligrosamente a lo que sucede en los jerseys de equipos menores y bananeros, v) su mal rendimiento se verá reflejado en la dura posición que ocupe en la tabla de descenso para la próxima temporada. Sólo la hinchada sigue dando la cara por el Orgullo Azul y Oro.

c) Cada vez que leo sobre los efectos que tuvieron los recitales de U2 en el Azteca sobre la mexicaniza me acerco más a la idea de que Bono es como un Arjona, un Silvio o un Atahualpa Yupanqui Región 1. No sé si sea él o sus fans from hell los que lo han vuelto así. Por ejemplo, después del concierto un muy buen colega del bachillerato me mandó un mensaje de texto al móvil en el que, emocionadísimo, me explicaba la propuesta iutista (¿autista?) para lograr la paz mundial, sobre el concepto COEXISTE (con la luna islámica y las cruces judía y cristiana juntas), así como el discurso para concientizar a los países millonarios de que nos perdonen las deudas a nosotros los pobres del mundo. Ante esto la pregunta es, ¿fue a un concierto o a reunión de Pare de Sufrir o del Poder Ciudadano del Dr. Simi? Uf. Hace un rato he leído que Bono arengó y se ganó el corazón de los cariocas el día de ayer al exhortarlos a que vayan a por la Copa en Alemania. Ja. El buen chico tiene un discurso perfecto diseñado para cada público. ¿Qué dirán los mexicanos de esto? ¿Ya se dieron cuenta de que no son los consentidos de los irlandeses? ¿Creyeron que iba a suceder un fenómeno similar como con el Papa Juan Pablo II, es decir en el que nos convirtiéramos en los niños bonitos y mimados de una celebridad planetaria? ¿Pensaron que por habernos castigado ocho años ya nos habíamos convertido en la prioridad de las Industrias UDOS? Creo que con Paul Hewson se han equivocado: el amor que les proclamó es sólo una fecha más en su agenda, un paso más en su carrera (para usar la filosofía A-Todo-Pulmón que les gusta a sus seguidores). Estimados compatriotas, no se hagan ilusiones: el cantante de U2 no asumirá como propia la frase Bono, Hermano, Ya Eres Mexicano, si algún día la escucha a mitad de Even better than the real thing. Y si lo hace, no importa, lo mismo hará si en Kingston le gritan Bono, Brother, Now You're a Fucking Jamaican too!

d) Aún no encuentro lo que estoy buscando, joder. Faltan cinco días.








lunes, febrero 20, 2006

Faltan 6 días

Bueno, ¡pero qué coños...!

Esta puede ser la última vez que veamos a los Stones en este precioso país...



Caipirinha Stones on the rocks



Los Rolling Stones arrasan en la playa de Copacabana ante 1,3 millones de personas

BERNARDO GUTIÉRREZ


Una gran explosión se apodera de una pantalla de trece metros de altura. Meteoritos coloridos. Un ruido ensordecedor. Y Keith Richards despedazando la espera con un riff salvaje y conocidísimo. Jumpin´Jack Flash se expande como un eco demoledor repetido en las 16 torres de sonido de la playa: Rock in Rio, sus Satánicas Majestades en persona.

Así arrancó el concierto que los Rolling Stones brindaron gratuitamente la noche del sábado en la legendaria playa de Copacabana de Río de Janeiro, ante 1,3 millones de personas, el más multitudinario de su carrera. Pero el megaconcierto comenzó mucho antes de que Jagger y sus gladiadores rockeros saltasen a la arena. Desde primera hora de la tarde, la playa era una auténtica fiesta multicultural. Viejos rockeros, lenguas stonianas tatuadas, garotas de Copacabana de bronceados superlativos, futboleros de playa de músculos abultados y toda una legión de vendedores ambulantes. Pinchos de carne, brochetas de gambas (todo un éxito), pañuelos, camisetas hechas para la ocasión (Yo fui. Rolling Stones en Río). Y cantidades industriales de alcohol.

El barrio de Copacabana estaba paralizado. Tráfico caótico. Metro saturado. Gente exultante que estallaba en espontáneas oleadas de gritos. Y una avenida Atlántica, el balcón marino de Río, llena hasta la bandera. Overbooking en los balcones y varias filas de embarcaciones en el agua formando un palco marino. La espera, con el sonido cálido de Afro Reagge y de Titãs, se hizo leve. Sobre todo para los que lucían bañador y chapoteaban en el agua. Grupos de amigos cantaban samba, armados de pandeiros. Treinta grados, samba, caipirinha. Todo en su lugar para el concierto más esperado del Bigger bang world tour.



Y el arranque del show llegó, salvaje: Jumpin´Jack Flash. Luego, una memorable It´s only rock and roll. Jagger, suelto, juguetón, atreviéndose con el portugués que su hijo Lucas y sus amantes le han enseñado: "Buenas noches, gente. Sois fantásticos". La apisonadora Stones arrolló con todo. Una maquinaria rockera engrasada, animal, minimalista, colorida. Perfecta. Una psicodélica y larguísima Midnight rumbler - pantalla roja, Jagger en su perfil más demoniaco-, confirmó por qué los Rolling siguen imbatibles en lo más alto del trono del rock.

Satisfacción para 1,3 millones de personas. Y Richards, el hombre calavera, soltando sus frases rockfilosóficas: "Está bien volver, está bien estar en cualquier lugar". Richards cantó This place is empty, de A bigger bang, y la legendaria Happy. Y entonces llegó el baño de multitudes, la banda en el escenario pequeño, cercados de pueblo. Jagger con su portuinglés: "De repente samba, gente". Y temas míticos, como Get off of my cloud, entre las masas.

La parte final del concierto fue la crónica de una explosión anunciada. Honky tonk woman (compuesta en Brasil) y, sobre todo, la percusión de Sympathy for the devil, inspirada en las batucadas que Jagger conoció en Bahía, en 1968, sonaron más brasileñas que nunca. Y la pirotecnia final, de energía adolescente. Rock rabioso y electrizante. Mick Jagger con una camiseta de Brasil entonando una incendiaria Start me up, una potente Brown sugar. Antes del estallido final, un respiro/ balada, You can´t always get what you want. Y lo que todo el mundo esperaba, Satisfaction, más de un millón de personas unidas por cinco palabras: "I can´t get no, satisfaction".

Faltan 6 días

Quisiera escribir sobre otras cosas más felices y festivas, pero hay temas que no se pueden dejar pasar.

Estamos en la semana previa al arribo de los Rolling Stones. Una de las más energéticas y esperadas del año. Sin embargo, el tema MMT --es decir, Mario Marín Torres-- ha permeado gran parte de lo que se ha publicado en estos días por los medios de comunicación. Imposible tratar de ocultarlo o minimizarlo. Digo esto porque el acoso a ciertos periodistas en esa entidad no sólo se ha centrado en Lydia Cacho, tal y como se presentó anoche en el programa Punto de Partida de Canal 4.

¿Qué pasa? ¿Estamos regresando en el tiempo a lo peor de las prácticas priístas de la década de 1980 o 1970? ¿La democracia no ha pasado por algunas regiones del país? ¿Tenemos un ámbito federal que es aceptable --bueno, más o menos aceptable-- pero unas entidades federativas y municipios convertidos en verdaderos feudos inexpugnables, liderados por pequeños Napoleones incuestionables? ¿Es un signo de lo que se nos avecina en unos meses más?

Me parece que, aunque se trata de temas con altas dosis de inferencia local, el gobierno federal está dejando crecer y crecer peligrosamente los temas más difíciles hacia el final del mandato. En una frase: el Estado mexicano cada vez está más débil y cualquiera lo desafía con relativo éxito.

Al respecto, dejo dos textos. El primero es de Mauricio Merino, publicado el sábado en El Universal. El segundo es mío, publicado en el diario local en el que colaboro. Ambos --digo, con las distancias respectivas-- tocamos un tema central: la cada vez más débil y pusilánime presencia de lo que debe ser el más fuerte actor político en el país: el Estado mexicano.


Sin Estado
Mauricio Merino

El Estado mexicano está perdiendo cada vez más su capacidad de acción y su sentido frente a los grupos e intereses que lo desafían por dentro y por fuera, en territorio nacional y más allá de sus fronteras. No es un problema pasajero: es un síntoma de una enfermedad mayor, que sin embargo atraviesa por un periodo de amplio riesgo, en el que las responsabilidades se diluyen y las ambiciones políticas aumentan. Sin exagerar: este es el tema de mayor gravedad para la agenda pública de México.

La evidencia de la inanición histérica en la que está cayendo el Estado es apenas equivalente a la falta de visión de quienes lo dirigen y a la incapacidad de sus órganos (como si éstos no estuvieran integrados por personas con nombre y apellido), para responder con algo más que un puñado de frases hechas y de estrategias de comunicación social. Como si la verdadera batalla estuviera en los periódicos y los noticieros y no en las calles; como si todo se ciñera a la construcción de imagen pública; como si gobernar fuera lo mismo que vender. Es probable que los desafíos que se están planteando se estén acrecentando durante el año electoral. Es probable también que los problemas no resueltos sirvan incluso para hacer campaña y llenar de argumentos contrafácticos a las oposiciones al gobierno (como si alguna de ellas, incluyendo a los nuevos partidos, estuviera realmente al margen de lo que está ocurriendo). Pero esa no es la causa de la debilidad y de los desaciertos que se cometen cada día.

Pongo ejemplos: mientras estallan granadas de fragmentación en la sede de los medios de comunicación que se atreven a investigar al narcotráfico, y se asesina impune y sistemáticamente a los jefes de las policías que no obedecieron o no cumplieron sus compromisos con las organizaciones criminales, el secretario de Gobernación procura adeptos e indulgencias defendiendo las virtudes de la religión con todo ahínco, en contra de la acometida verbal de Carlos Monsiváis quien, desde esa óptica de pura imagen pública, es más peligroso que los narcotraficantes. Mientras un empresario corrompido hasta los huesos obtiene los favores del gobernador de Puebla y acorrala a una periodista por escribir un libro en el que revela las barbaridades con las que medra uno de sus amigos, y un grupo de campesinos armados con machetes y certificados con la norma oficial de impunidad (por vivir en San Salvador Atenco, faltaba más) secuestra a un funcionario ante las cámaras de televisión, el gobierno se pregunta cuál es el delito a perseguir y a qué autoridades corresponde investigarlo.

Mientras los países de América Latina se organizan para resistir la ofensiva del presidente Bush, los cubanos arman escándalos para mostrar los alcances extraterritoriales de la intolerancia de sus enemigos y el gobierno de Estados Unidos autoriza que su policía migratoria tire a matar a quienes arrojan piedras desde el lado mexicano; el secretario de Relaciones Exteriores medita sobre la importancia de las notas diplomáticas y advierte que todos esos hechos responden al proceso electoral de México.

Esos ejemplos tienen tres rasgos en común: la ausencia de cualquier criterio que aluda, así sea remotamente, al papel o a la importancia del Estado; la desconexión de cualquier razón electoral, excepto por las respuestas de los funcionarios; y la revelación palmaria de la impunidad y hasta del cinismo con los que puede desafiarse al Estado mexicano a sabiendas de que, como castigo, sólo se recibirá una nueva declaración de prensa. Quizá debemos celebrar, en contrapartida, que por fin lograron capturar a La Mataviejitas (aunque su cómplice, claro, haya salido libre).

Me he cansado de escuchar que la solución a ese montón de despropósitos está en la defensa del estado de derecho, o algo así. No lo entiendo: si el problema está precisamente en que nadie respeta ni asume el estado de derecho, ¿cómo puede seguirse repitiendo esa fórmula manida? El derecho no es una maquinaria que funcione sola ni tampoco es una invocación a Dios. El derecho es cosa humana: está precedido por la ética humana (que me perdonen los ultraliberales, que siguen diciendo que la moral es un árbol que da moras y que la ley surgió así de repente, por pura generación espontánea; y de paso el secretario de Gobernación, quien opina que la única moral es la que está en la Biblia), y su cumplimiento no sólo descansa en un sistema eficaz y bien armado de pesos y contrapesos para vigilarnos y controlarnos mutuamente, sino en un compromiso serio con la ética de la responsabilidad, de quienes están al mando del Estado.

Cada vez que escucho que la solución a cualquier problema nuevo está en la promulgación de una nueva ley, me dan escalofríos; tantos como los que me producen, desde mucho tiempo antes, los modelos puros que le apuestan todo a los mercados.

Ambas fórmulas cojean del mismo pie: suplen con sustantivos colectivos (la ley, el mercado, la sociedad, el gobierno) lo que está formado en realidad por personas de carne y hueso, con intereses, limitaciones, pasiones y temores muy concretos. Pero mis escalofríos se convierten en miedo liso y llano cuando esos mismos argumentos son presentados por quienes son directamente responsables de responder por esos colectivos.

Si la gente que representa al Estado dice que todo ha de resolverlo el mercado, y quienes hablan a nombre de este último promueven pactos de Chapultepec para decirnos que el asunto depende del Estado, y ambos invocan a la sociedad mientras las organizaciones le reclaman al gobierno. ¿Quién se hace cargo, al final, de dar la cara y enfrentar en serio a quienes no sólo nos están amenazando sino que además están cumpliendo la amenaza? Porque al final, el Estado es el único de esos sustantivos que acoge a los demás: sin Estado, no hay ley, ni gobierno, ni sociedad organizada, ni mercado que funcione.

Entiendo bien que las campañas que están en curso suponen competencia entre partidos y que no será sino hasta el segundo semestre de este año cuando llegue el momento más propicio a los acuerdos. Pero me pregunto si para entonces no será ya demasiado tarde. Quiero decir: si el Estado no estará tan desgastado que nadie quiera ya construir acuerdos para imaginar un México de largo plazo. Conozco la respuesta de los políticos profesionales: que nadie se asuste, dirían ellos, pues siempre hay tiempo y modo para construir consensos. Pero esa respuesta equivale a los modelos económicos que buscan la equidad desde el mercado: mientras más se aplican, más pobres nos volvemos.

Hace tiempo solíamos decir que no debíamos seguir cargando costos a la cuenta del Estado, porque éste acabaría perdiendo su eficacia. Había que democratizar, no destruir. Hoy la fórmula tendría que ser distinta pues la eficacia del Estado, en efecto, se agotó. Lo que sigue es que la gente (así, con esa confusión genérica: la gente) acabe por tomar las riendas por su propia cuenta y riesgo para tratar de defenderse. Lo que sigue es que acabemos por darle la razón a Aristóteles, quien temía una democracia tumultuosa e ingobernable a la que llamaba oclocracia: el gobierno de los peores. O en el extremo, que se cumpla la predicción de Hobbes, quien veía en el Estado a un monstruo enorme y espantoso, un leviatán, pero advertía que en su ausencia había algo mucho más temible que era la guerra de todos contra todos, protegiendo cada uno sus propios intereses, su patrimonio y, en la medida de lo posible, lo que quedara de su honor.

La derrota del Estado es un asunto grave. Y es mucho peor, a juzgar por la evidencia histórica, cuando los mayores desafíos se derivan de la falta de conciencia política y la imprudencia compartida. Pobre país.



El día del amor

Si seguimos por este camino, mañana México será mejor que ayer. Esto es lo que nos ha tratado de repetir hasta el convencimiento la publicidad oficial respecto a la situación del país. Sin embargo, visto en perspectiva, la ruta actual no nos está conduciendo hacia los sitios que esperábamos. Para demostrar lo anterior, tan sólo un botón de muestra: lo acontecido el pasado 14 de febrero, el llamado “día del amor”.


Para iniciar, el diario La Jornada dio a conocer el contenido de una serie de conversaciones realizadas entre el empresario textil poblano Kamel Nacif y diversos personajes de la entidad relacionados con la detención y aprehensión de la periodista Lydia Cacho. Como la mayoría de la población ha escuchado en los medios estatales y nacionales, el punto a destacar de estas grabaciones ilegales y entregadas a la redacción del diario de manera anónima, ha sido la presencia de fuertes indicios de delitos especialmente graves como el abuso de autoridad y el tráfico de influencias. Lo peor es que involucran al Ejecutivo del estado en una acción que, al parecer, se diseñó para que los periodistas escarmienten en cabeza ajena y no se sientan “Dios en el poder”, ya que, a final de cuentas, en México la gente “ni lee nada”.

Unas horas antes, durante la madrugada de San Valentín, tuvo lugar un violento enfrentamiento entre militantes panistas y policías estatales en Atitalaquia, Hidalgo. La razón, el desalojo de los manifestantes de la plaza del Ayuntamiento de la localidad, los cuales protestaban el resultado de las municipales más recientes. Las imágenes transmitidas por la televisión daban cuenta de una fuerte disputa entre los dos bandos mediante el uso de cohetones, machetes, toletes, escudos y gases lacrimógenos, con la particularidad de que, en la parte más álgida del combate, el sonido de fondo fueron los acordes del Himno Nacional Mexicano. El saldo: 123 lesionados, 84 detenidos, dos heridos de gravedad y cinco desaparecidos. Dos días después el alcalde priísta huyó de la ciudad, por lo cual Atitalaquia se convirtió, literalmente, en un pueblo sin ley.

Sin embargo, este no fue el único desalojo del día. En Juchitán, Oaxaca, policías estatales desplazaron a los manifestantes del ejido Emiliano Zapata instalados en la plaza del Ayuntamiento a través del uso de la fuerza. En este caso, las imágenes disponibles también dieron testimonio del uso de armas de fuego al momento de emprender esta acción. Aunado a lo anterior, los noticiarios televisivos nocturnos destacaron el fallecimiento del joven médico Joaquín P. Fernández Larios, quien fue asesinado por sus secuestradores aún después de que la familia había pagado la cantidad establecida por el rescate. El padre de la víctima envió una carta a los medios de comunicación en la que se pregunta el por qué del hecho, algo que cualquier persona haría en su lugar, así como también exigió la impartición de justicia en este caso, el cual se ha sumado a la cadena de delitos de esta índole que cada vez se extiende por más ciudades del país.

Como si esto no fuese suficiente, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México mostró su preocupación ese día por el alto riesgo que está tomando en el país ejercer la profesión de periodista. Los ejemplos a los que se recurrió fueron los 12 atentados contra trabajadores de los medios de comunicación que han tenido lugar de noviembre de 2005 a la fecha. Sin embargo, el caso más llamativo ha sido, sin duda, el ataque a las oficinas del diario El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Este hecho ha ocasionado que, en opinión de diversos organismos internacionales, México sea “una de las zonas más peligrosas para periodistas en América Latina” (El Universal, febrero 15, 2006).

Todo esto tuvo lugar en un solo día, pero no exenta el reconocimiento de otros frentes abiertos como el conflicto diplomático con Estados Unidos y Cuba, la delicada situación que prevalece en el Congreso derivado del tema de las conversaciones telefónicas, las condiciones que rodean a las campañas presidenciales y a la realización de los propios comicios, a la ejecución cotidiana de personas relacionadas con el tráfico de estupefacientes, entre otros asuntos públicos. Entonces, si este es el panorama que tenemos después de andar por este camino, si estos son los resultados obtenidos luego de transitar esta ruta, es difícil pensar que una mayoría no considere necesario hacer modificaciones en el plan de vuelo.

En efecto, algunos de estos temas son de naturaleza local, es decir están bajo la tutela de los gobiernos estatales y locales, por lo que no pueden responsabilizarse directamente a la acción o no acción del gobierno federal. Sin embargo, no dejan de estar relacionados con la sensación de pérdida de control de ciertas atribuciones irrenunciables del Estado mexicano como las de la seguridad pública y el manejo de la política interior.

El gobierno de Vicente Fox se ha enfrentado a la disyuntiva de no actuar como sus antecesores priístas, es decir de manera semi-autoritaria y discrecional. Esto, sin embargo, ha tergiversado en una actitud abúlica y complaciente respecto de la evolución de los conflictos en el interior del país. Bajo un erróneo concepto de federalismo se han dejado a la deriva algunos asuntos en los que debiera tener mayor inferencia. Con el objetivo de no ser llamado “represor” o “injerencista”, la actual administración ha aplicado una política –al parecer—basada en la idea del dejar hacer, dejar pasar político. El riesgo en esto es que, por un lado, está propiciando la creación de ciertas condiciones para que algunos estados y municipios se conviertan en verdaderos feudos inexpugnables y, por el otro, que la tentación de soluciones verticales y unilaterales sea cada vez mayor bajo la presión social de “hacer algo” y de “resolver los problemas”.

Fox ha dicho que, después de que se vaya, lo vamos a extrañar. Lo ha mencionado en el sentido de que el grado de libertades alcanzado durante este sexenio será inédito, tal y como lo debe demostrar –dice—el tiempo y la historia. Es probable. Sin embargo, esa augurada regresión futura no será responsabilidad exclusiva del supuesto talante autoritario del próximo Ejecutivo Federal, sino de lo que se ha dejado de hacer en el presente. Los focos rojos que se encienden en el país al término del mandado son una llamada de atención sobre este tema que no deben despreciarse.

viernes, febrero 17, 2006

Faltan 9 días

Pues no sé, pero el ambiente está caliente. Digo, desde el martes 14 de febrero, el día del amor, hemos estado escuchando de manera insistente en los medios de comunicación las grabaciones entregadas originalmente a La Jornada. Imagino que cada ocasión que esto sucede algunos experimentamos lo mismo: un sentimiento mezclado de rabia e incertidumbre. Sí, ya sé que suena a cliché, pero, ¿acaso no es cierto?

Por un lado, rabia porque es una muestra más de que algo está podrido no sólo en Dinamarca, sino en Puebla, en Atitalaquia, en Juchitán, en Nuevo Laredo, en Tláhuac, en el Sheraton, en... México. Si eso le hicieron a un personaje más o menos conocido como Cacho, ¿qué no le podrá suceder a cualquier ciudadano de a pie? Si este audioescándalo se ha presentado como un eslabón más de la cadena de ventilaciones privadas multimedia reciente (que incluyó a la inagotable Videoteca Ahumada, por ejemplo), ¿cuántas conversaciones similares no se habrán presentado a lo largo de la historia contemporánea del país?

Por el otro, incertidumbre porque la cuestión se está saliendo de control. Es decir, ver un espectáculo como el que protagonizaron el día de ayer Chuayfett y Yunes, diputado federal y subsecretario de Seguridad Pública Federal, respectivamente, en el que uno le dice al otro que es pederasta y el otro le responde que es desviado, bueno, pues lo de menos es como sacarse de onda. ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Agarrarse a plomazos como a la vieja usanza?

Escribo esto y recuerdo una plática a la que asistí hace ya varios años en la que, supuestamente, algunos avezados en política nos iban a tirar netas sobre esta actividad a algunos jovenzuelos "inquietos". Bueno, pues tengo bien presente lo que uno de ellos dijo sobre lo que, a su juicio, significa meterse en política: "tragar mierda sin hacer gestos". Temblad Maquiavelo, Duverger, Schmitt y otros por el estilo. Más de tres siglos de filosofía política resumida en una frase de cinco palabras: tragar-mierda-sin-hacer-gestos.

Bueno, el asunto es que con todo lo que ha pasado en estos días no sólo se comprueba la veracidad --en parte-- de lo anterior, sino que se complementa al notarse que no sólo se deben comer las heces sin mover ningún músculo facial, sino que también se debe ser bastante ducho para jugar con ella, para manipularla, para lanzarla a los demás y, sobre todo, para esquivarla. Una versión revisitada del viejo adagio que afirma que lo verdaderamente importante es cruzar por el pantano y dejarlo peor que como estaba.

He llegado de comer y he abierto el diario en línea. Digo esto porque he visto una declaración que se relaciona con lo anterior y que nos advierte lo que podría venir más adelante. En conferencia de prensa el Ejecutivo poblano ha afirmado que "Puebla es la botana, el plato fuerte está por venir".

Ojalá no (o al menos que el país aguante hasta el 26 de febrero).

jueves, febrero 16, 2006

Faltan 10 días

La izquierda de aquí y de hoy

Lorenzo Meyer

En términos electorales, la izquierda posible está lejos de ser la deseable, pero la alternativa es una de dos derechas

A propósito de un libro

El 2006 se puede definir como el año que debemos elegir entre izquierdas y derechas. Izquierdas y derechas que no son las que muchos quisieran sino las que hay. Para el inconforme no hay salida, pues el abstenerse no es solución, ya que tal conducta automáticamente juega en favor del partido con la mayor maquinaria y voto duro, es decir, el PRI.

Dejemos el tema de la derecha para otra ocasión y veamos el de la izquierda. El desacuerdo empieza con la definición y a quién incluir y excluir de la misma. Pese a la ausencia de consenso, conviene ahondar en la cuestión porque justamente hoy existe en México un partido político que reclama para sí el calificativo de izquierda -el Partido de la Revolución Democrática- y cuyo candidato a la Presidencia -Andrés Manuel López Obrador (AMLO)- tiene tantas o más posibilidades que sus adversarios de triunfar.

¿El PRD y AMLO son efectivamente de izquierda? Entre sus adversarios hay quienes dan por buena la autodefinición y precisamente por eso los combaten. Sin embargo, otros rechazan que AMLO y su partido pertenezcan a esa corriente. El personaje y el movimiento político que con más fuerza ponen en duda el carácter izquierdista del perredismo son el subcomandante Marcos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Finalmente, hay aquellos que prefieren calificar al PRD, al candidato y a su programa sólo como reformistas o populistas.

Guillermo Zamora, periodista y escritor que fuera miembro del Partido Comunista Mexicano, acaba de publicar 14 entrevistas en un pequeño libro titulado: 2006. El año de la izquierda en México (Colibrí) y su contenido es un buen punto de partida para abordar el asunto de la izquierda mexicana hoy.

El origen

Para discutir la naturaleza de un concepto impreciso hay que acudir a su historia, pues ahí están las claves de su esencia. El significado político de "izquierda" nació en Francia. En 1789, el rey, apremiado por problemas fiscales, convocó a los Estados Generales. En esa reunión, los representantes de la nobleza se acomodaron a la derecha del rey y su contraparte -los plebeyos- a su izquierda. La decisión fue simbólica, pues siendo el brazo derecho el más fuerte, ahí tenían que estar los poderosos del reino. El brazo izquierdo, más débil y torpe, quedó al lado de los representantes del Tercer Estado, súbditos comunes y corrientes. Las circunstancias críticas llevaron a que la reunión se transformara en Asamblea Nacional y el simbolismo de izquierda y derecha se mantuvo, pero modificado. Quienes se sentaron a la izquierda y arriba de quien presidía (La Montaña), lo hicieron porque se identificaron con las posiciones más radicales, que demandaban la construcción de una sociedad más igualitaria. Al final, como sabemos, estalló la revolución.

Origen ¿es destino?

En el origen de la izquierda está su sentido de fondo. En cada época histórica hay una izquierda, que es la parte del espectro político que dice representar los intereses de los más débiles y explotados y que busca hacer avanzar la igualdad. Desde su arranque, un instrumento de la izquierda fue la violencia revolucionaria -para los más radicales, el único. Una violencia sin cuartel, como la que se practicó entonces en Francia, se justificó en función de un valor claramente superior para quienes la ejercían: la justicia sustantiva, la felicidad colectiva futura, el verdadero bien común. Francia fue, pues, el origen, pero el concepto se pensó sin fronteras, pues desde el origen sus valores y metas se supusieron universales.

Las ideas y proyecto originales de la izquierda -desde su concepción de la naturaleza humana, la historia, la sociedad, la economía- evolucionaron y se diversificaron. Siempre hubo varias izquierdas según su grado de radicalismo, pero el núcleo ideológico más coherente y duro fue el que se construyó alrededor de las ideas y proyecto de Carlos Marx. Y fue la amplitud de la teoría marxista y su consistencia interna el punto de referencia y definición del resto de las izquierdas. Con Marx cristalizó la convicción de que el proceso histórico no era una mera sucesión de eventos sino que tenía un sentido y que ese sentido era hacia una superación positiva del capitalismo. Al final, y tras el triunfo del proletariado, se superarían la lucha de clases y la política misma y se abriría un mundo nuevo, sin Estado, sin explotación y sin dominación. Cuando eso ocurriera existiría la verdadera libertad y daría inicio la auténtica historia humana. Suponer la inevitabilidad del triunfo de la izquierda fue la mejor manera de dar aliento a quienes intentaban lo casi imposible: el asalto, desde abajo, a la fortaleza que estaba en lo alto: la del gran poder capitalista.

En 1917 los marxistas se hicieron del poder en un país inverosímil: Rusia. A partir de entonces la teoría se enfrentó a la realidad y, todos lo sabemos, el resultado final fue una gran tragedia. Tras casi 70 años de dura existencia, el país de los sóviets desapareció y el edificio teórico más fuerte de la izquierda -el marxismo- casi se derrumbó. En realidad lo único que sigue en pie de la izquierda son sus razones morales: la insistencia en la justicia sustantiva en un capitalismo global donde las desigualdades relativas son casi tan hondas como en la Francia de 1789.

Hoy y aquí

En el libro de Zamora, a la pregunta sobre si la conducción política de México necesita hoy virar hacia la izquierda, Roger Bartra responde que nada indica que en México, o en cualquier otra parte, se "necesite" un gobierno de izquierda, ni tampoco uno de derecha. En la actualidad, el problema ya no se puede plantear como una "necesidad histórica", pues la posmodernidad nos dice que nunca hubo un destino escrito por la mano de la historia que nos debía llevar, inevitablemente, a una forma social predeterminada. Sin embargo, sin ser "necesaria" la izquierda puede ser "necesitada", pero sólo a condición de que construya un sistema de gobierno mejor, más justo, que el de la derecha. De esta manera, la única justificación de la izquierda se da en un terreno que Marx no hubiera aceptado: en el de la moral. Una izquierda que se haga del poder por el poder mismo no sería, desde luego, necesaria pero tampoco necesitada, simplemente carecería de justificación.

A falta de una mejor definición, se puede concluir que el término de izquierda corresponde en cada época y sociedad a quienes proponen, apoyan y ponen en marcha políticas diseñadas abiertamente a favor de los intereses de aquellos grupos o sectores sociales mayoritarios que han llevado la mayor carga en el desarrollo y sostenimiento de la forma de vida imperante.

En la actualidad hay en México al menos dos propuestas de izquierda. Una es la de PRD-AMLO -las siglas marchan por ahora juntas, aunque no necesariamente son lo mismo- y la otra es la del EZLN. La primera está empeñada, en su totalidad, en el gran combate electoral de este año. La segunda no, pues considera que la verdadera tarea de la izquierda no es ganar votos sino otra de metas de largo plazo y propias de la tradición en la que abreva: el marxismo. Desde esta perspectiva, lo que corresponde es organizar a los de abajo y a sus aliados y prepararlos para una larga marcha que, en el futuro, pueda desembocar en organizaciones sólidas y masivas, conscientes de sus intereses y posibilidades. Sólo entonces se podrá aspirar a poner en práctica el "mandar obedeciendo".

El subcomandante Marcos, como sabemos, ha calificado con particular dureza al PRD y a su candidato como falsos izquierdistas. El PRD, señala Marcos, ya ha tenido responsabilidades de gobierno a nivel local y ha mostrado que puede ser tan ineficaz y corrupto como cualquier otro. El programa y acción del PRD, a ojos de "la otra izquierda", implican contemporizar con los grandes intereses económicos que son la razón de la injusticia social que caracteriza a México. Finalmente, en el afán de ganar las elecciones, AMLO se ha rodeado de priistas, es decir, de corresponsables del desastre mexicano.

Las críticas del EZLN no carecen de sustento y de sentido, pero en el aquí y ahora llevan al ciudadano identificado con valores de izquierda a un callejón sin salida. El PRD no es la concreción del proyecto deseable, pero rechazarlo al punto de abstenerse en el ejercicio del voto significa facilitar el camino para que una de las dos derechas disponibles se quede al frente del país en los próximos seis años: la tradicional, tan moderada como inmoral, corrupta y autoritaria del PRI o la del PAN, democrática, ya no tan limpia y de visión estrecha. En fin, que para el votante de izquierda aquí y hoy, no hay salida fácil.


Nota: Subrayados míos.

miércoles, febrero 15, 2006

Faltan 11 días

Anoche sí estuvo punk el noticiario de las 22.30. No esperaba otra cosa para el Día del Amor.

Primero, el asunto de la justicia selectiva por dos bellísimas botellas de cognac para mi gober precioso. Traer esposada por 30 horas a una periodista desde Cancún hasta Puebla, meterla a la cárcel y, además, recomendarla con las locas y las tortilleras porque se atrevió a tocar con la hoja de un papel Pétalo al que llaman Rey de la Mezclilla. ¡Qué chula es Puebla!

Segundo, las imágenes bastante surrealistas de la plaza del Ayuntamiento del pueblo de Atitalaquia, Hidalgo, en donde panistas y policías estatales protagonizaron un rudo combate al ritmo de las notas del Himno Nacional. Cohetones, petardos, toletes, botas, escudos antimotines, machetes y gritos y sombrerazos. Pero eso sí, mientras ocurría el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y cara a cara se escuchaba como música de fondo el estribillo de "Mexicanos al grito de guerra...".

Tercero, el caso de un médico que fue secuestrado cuando iba rumbo al aeropuerto y cuyos captores lo mataron a pesar de que la familia ya había pagado el rescate. El que fue su jefe en el hospital donde trabajó envió una carta conmovedora en la que se hace la misma pregunta que tendría en la cabeza cualquiera al que le sucediera tal desgracia, ¿por qué?

Cuarto, no es Irak ni Guantánamo, pero Juchitán, Oaxaca, no se queda atrás en cuanto a violencia a la hora de desalojar a los manifestantes que estaban instalados en la plaza del Ayuntamiento de ese lugar. El bicentenario Juárez García estaría orgulloso de ver en qué ha degenerado la entidad federativa que lo vio nacer.

Quinto, la señora Marta Sahagún, nuestra Evita de petatiux, sacando la cara por sus chavales afirmando que ellos, como todos los mexicanos, tienen derecho a trabajar. Bueno, entonces, ¿por qué no todos los mexicanos se han hecho millonarios como sus vástagos?

Sexto, las imágenes de los hinchas de U2 echados sobre el pavimento que rodea al Estadio Azteca, esperando el momento de avalanzarse sobre las puertas del inmueble y obtener --dicen-- el mejor lugar para ver a Bono y The Edge (¿los otros cómo se llaman?) y ser parte de la historia. Por cierto, a mí me gusta mucho esta banda irlandesa. De hecho, estuve en el último concierto que habían dado en el Foro Sol, el mismo que se dudó que se realizara porque fue un día después del incidente con el equipo de seguridad --es decir, los guarros-- del hijo del ex presidente. El punto es que tanto activismo político ya me dio prurito.

Séptimo, un tal señor aguado que dice ser el director técnico del Amiérdica y que se apellida Aguado con un aparato de comunicación del tipo que usan los coaches del fútbol americano. Dicho artilugio tiene su contraparte en el que manipula Lapuente, ex técnico nacional, quien, sin ningún recato o valoración por su amigo --imagino-- que está a ras del césped, le indica con precisión qué debe o qué no debe hacer. El payaso Krusty y Bob Patiño del fútbol región 4.

Ya después de ver todo esto, dormí como el mismísimo ángel que se llama Cupido.

Love was here.


martes, febrero 14, 2006

Faltan 12 días

El día del amor apesta, muchacho, te lo dice Keith Richards

Ahora que los posts están de a peso, vamos a saturar de más y más cosas para que no digan que no actualizamos este espacio blogopostburocrático...

i.

El domingo apareció en la revista Día Siete de El Universal una entrevista a Fangoria. Entre las varias cosas interesantes que dijeron Olvido Gara y Nacho Canut destaca la siguiente:

Nacho: Estaba viendo en la tele en VH1 a uno que se llama Juanes, que cantaba: "Te quiero con el alma y con el corazón"; y yo pensaba: "pero cómo se puede ser tan mediocre para componer esa letra, ¡coño! ¿No lo habrán dicho ya cinco millones de personas?". Pues él lo repite con una guitarra y ante 200 mil personas aplaudiéndole con las manos en alto. Vamos, que tiene que haber de todo. (Día Siete, en El Universal, febrero 12, 2006).

Con todo, Alaska se ve bien buena todavía.

ii.

Ahora que todos andan como locos con U2, con lo cual se ha opacado un pelín la euforia por los verdaderamente importantes Rolling Stones, vale la pena recurrir a Keith Richards, El Grande, quien opina sobre el líder de los irlandeses. Venga.

"Me llevo bien con él (es decir, con Bono), no lo veo muy seguido, pero en el curso de los años nos hemos topado en diversas ocasiones. Yo siempre me he sentido un poco desconfiado con sus cuestiones políticas, es como la iglesia y el Estado, hay que mantener a la política y la música separadas".

"Son causas muy buenas y todo eso, pero no te puedes enredar... Es decir, la música tiene que ser libre, no puede atarse a una agenda; si la música no es libre y pura, no hay nada, ¿sabes? Por eso es que yo no voy tanto con esas cosas de Bono o Bob Geldof, o cualquier otro que se enreda en eso. Sean libres". (Reforma, enero 23, 2006).

iii.

Antes, el sábado 11, un tipo que firma sus textos como "Baxter" también dio su opinión sobre el acrecentado y exacerbado activismo político de Bono. Algo que bien pudo haber sido repartido a todos los que acamparon (o que están ahora mismo en la explanada del Azteca) en forma de boletín o nota informativa.

Los acordes de "One" visitan noche tras noche, cual fantasma de Dickens, los cuerpos dormidos de los malévolos y los injustos, recordándoles que existe hambre en el mundo, que hay niños que no tienen acceso a la educación, que existen abusos innombrables a las mujeres en todo el mundo. El discurso se maneja a través de un guitarrista misterioso, una gris dupla bajista-baterista y al frente un vocalista que vocifera un seudomanifiesto bajo en calorías llamando a la conciencia colectiva. Uno, dos, tres, catorce. la insignia dejó de ser desde hace décadas la música para convertirse en parafernalia, en un fenómeno cultural visto a través de gafas Armani.

El miércoles pasado, durante la entrega de los Grammy (la gran prostituta de la industria estadounidense del disco) frente a un auditorio sin conductor, Sir Paul bromeaba sobre su "debut" ante dicho festín. En medio de Erasmos Catarinos región 1 y la alarmante noticia de que Shakira es rock alternativo en español, más de uno confirmó que U2 es pieza medular para la putrefacta industria del consumo estadounidense.

U2, los reyes del 2005, más frescos que nunca... Bono, hombre del año (junto con la familia Gates) para la revista Time. Demasiada proyección de distintos focos para cuatro irlandeses cuyo último greatest hit se quedó en la sombra del árbol de Joshua.

¿De donde viene entonces la fiebre por U2? Negocio redondo, fórmula asegurada: Altruismo>Fama>Ventas multimillonarias. Siguiendo con el eslabón obvio, las acciones madreteresianas de Paul Hewson, alias Bono, apuntarían a donativos millonarios a países del tercer mundo.

Contradicción. Los donativos se reducen a reuniones jetseteras con empresarios y presidentes avaros, porque "si les damos el dinero no combatimos el problema de raíz".

Regresemos a la semana pasada: cinco gramófonos dorados le recompensaron a Bono sus altruistas reuniones de piquete de ombligo con los líderes del mundo acomodado. Cinco estatuillas bañadas en metal precioso, incluyendo Disco y Canción del Año, reconociendo una trayectoria activa de la banda irlandesa, siempre caracterizada por la bandera de protesta y el compromiso social. Esos cinco gramófonos que gratifican cínicamente -entre muchos otros logros- la voracidad del consumo ilimitado de productos culturales y el marketing a prueba de balas del esquema estadounidense.

A estas alturas, ¿quién puede hacer una notada diferencia entre la coronación de Kelly Clarkson en American idol y el sombrerito vaquero de The Edge? Mercadeo puro, alimento delicioso para el sistema que apoya por principios la desigualdad social.

El colmo. Bono nominado para Nobel de la Paz. Tal vez es mi disparatada imaginación, pero vislumbro una oscura oficina repleta de ejecutivos bien trajeados fraguando con planos exactos y cálculos matemáticos la mejor manera de vender la imagen de un grupo acabado y sobrevaluado. La estrategia funcionó y sigue funcionando. Giras multinacionales con precios exorbitantes en las entradas, reproductores digitales de música con motivos rojos y negros, edición especial desmantelabombas, ropa, litografías, usted menciónelo y existe.

La moda es participar combatiendo la decadencia mundial. Britney dona miles de dólares a instituciones de beneficencia, J.Lo participa activamente en labores sociales, Bono platica con los líderes del G-8.

¿Y cuando esa tendencia pase y deje de ser vigente y vendible? Probablemente veremos a los 4 fantásticos de Dublín disfrazados de payasos. y seguramente seguirán ganando varios premios Grammy. (El Universal, febrero 11, 2006).


iv.

Hoy es el llamado "día del amor". Rosas, color rojo, osotes, paletas y chocolates inundan el ambiente. Al menos aquí en la oficina no ha habido ningún llamado "oficial" a departir por esta celebración. En la radio las canciones melosas atascan las señales. La Costera de Tlalpan estará a reventar, si no es que ya comenzó el festival de acrobacias sexuales dentro de sus habitaciones. Los restaurantes y las cantinas deberán tener agendas llenas para recibir a todos los empleados de las oficinas públicas y privadas que deseen darle alegría a sus cuerpos. En una sola expresión, qué weba.

"Estos pinches hijos de su chingada madre con una pluma te despedazan".

En lugar de estar pensando y preocupándonos de lo que sucede en territorio Islam, mejor veamos lo que pasa aquí, a unos cuantos kilómetros de la capital mexica, en donde la justicia adquiere día a día múltiples facetas selectivas mediante la influencia y el poder económico. La Jornada ha publicado hoy la transcripción de unas grabaciones que, dicen, llegaron vía anónima a la redacción de este diario referentes al caso de la escritora Lydia Cacho y el empresario poblano Kamel Nacif. Leer estas conversaciones telefónicas es útil para entender cómo es el manejo real del poder en el país y cómo el ciudadano común está cada vez más y más lejos de esta actividad. Recomendable.

http://www.jornada.unam.mx/2006/02/14/003n1pol.php

http://www.jornada.unam.mx/2006/02/14/005n1pol.php

Faltan 12 días

A golpes y portazos

Problemas del subcomandante Marcos en su gira mexicana para difundir su proyecto

JOAQUIM IBARZ

El subcomandante Marcos rompió su imagen del buen salvaje que tanto ha cultivado y se mostró como un autoritario cacique. El cabecilla zapatista protagonizó una trifulca con unos maestros de Oaxaca a los que insultó. Fuera de sí, rompió una puerta con una silla y una ventana con una caja de refrescos.

El subcomandante, que ahora se hace llamar Delegado Zero, lleva mes y medio en una gira por todo México para intentar difundir un proyecto alternativo de nación al margen de la democracia, de los partidos y de las instituciones.

El incidente se produjo tras un encuentro de delegados zapatistas con maestros. Los ánimos se caldearon cuando un sector de los maestros empezó a abuchear a Marcos, mientras otro llamaba al orden. "¿Por qué no te quitas la capucha?", le preguntaron. "Empecé a usarla por el frío que hacía cuando iniciamos la insurrección", contestó, en tono de burla. Enojado, el subcomandante suspendió su intervención y se marchó a un hotel del magisterio.

Algunos de sus seguidores se quedaron para acabar la discusión y pasar la noche en el local. Por razones de seguridad, se cerró el auditorio para que nadie molestara. Sin embargo, los zapatistas llamaron por móvil a Marcos para avisarle de que no podían salir. Según testigos, salió enfurecido del hotel. Al regresar al auditorio comenzó la trifulca. Entre mentadas de madre, con los ánimos caldeados, el líder del EZLN tomó una silla de metal y la arrojó contra la puerta, al tiempo que le lanzaba puntapiés. Como no cedía, tomó una caja de refrescos y la aventó contra la ventana, sin dejar de maldecir a los maestros. Dentro del local, los forcejeos entre docentes y zapatistas subían de intensidad. Hubo insultos, empujones y descalificaciones. Por fin apareció la persona que tenía la llave y abrió la puerta.

Cuando varios maestros recriminaron a Marcos por los destrozos, contestó con desprecio: "Me vale madres, no le debo nada al magisterio". "Entonces, ¿por qué duermes gratis en nuestro hotel y comes ahí?", le recriminaron. Marcos respondió ordenando a sus seguidores que abandonaran el lugar y fueran a otro sitio a pasar la noche.


lunes, febrero 13, 2006

Instantáneas del fin de semana

i.

Ese asunto de los Juegos Olímpicos de Invierno me parece que realmente deberían llamarse los Juegos Olímpicos de los Ricos. Es decir, en estas competiciones han quedado fuera los representantes de los países exóticos, tropicales, bananeros y, claro, también los islamistas y musulmanes gobernados por ayatolás clavados en el rollo de enriquecer --a como dé lugar-- el uranio. Así, nos quedamos con los puros bonitos del orbe. Los blancos, los WASP, los que están dentro de la OCDE (claro, a excepción de México que es como el colado de la fiesta en esta y otras organizaciones globales), los que tienen nieve como algo común y no como una contingencia que genera que todos corran a sus ajuscos particulares a embarrarse de tierra y agua congelada mientras comen quesadilladihongo.

Claro, dentro de estas reuniones deportivas podemos encontrar la historia esa de los jamaicanos que fueron a aventarse en su cochecito, a pesar de que en su país la nieve es algo menos que imposible de encontrar. Fuera del folklore y de la contribución a darle el toque cotorrón a la competición, su aventura ha sido perfectamente prescindible de la historia olímpica (y no sólo de la cuestión invernal). En el caso de México, algunos años compitió un "von" alemán que, claro, había nacido en Puebla por accidente durante la expansión de la VW y que nunca, jamás iba a competir por el país de origen de sus padres, así que decidió hacerlo por nuestra patria. Algo como lo que sucede ahora con los ene naturalizados sudacas a los que, de repente, les da el amor fuertísimo por México y deciden volverse ciudadanos de este país. ¿Por qué mejor no hablan claro y dicen, pues sí, la verdad nos jode Méjico, pero, qué quieren, en nuestros países de origen nunca nadie nos iba a llamar a nuestra selección y aquí en Méjico siempre andan necesitados de estrellitas marineras que les brinden un poco de esperanza, sobre todo si son extranjeros?

Si la Copa Europea de Naciones es el Mundial de Fútbol sin Pobres, así los Juegos Olímpicos de Invierno son los Juegos Olímpicos de la Élite. Pero no hay que ponernos tristes. Por nuestra parte tenemos los Juegos Centroamericanos y del Caribe y, por qué no decirlo, los Juegos Panamericanos con todo su color de realismo mágico y el calor inconfundible de su gente. Los países africanos tienen su Copa Africana de Naciones (que siempre ganan los egipcios) y los asiáticos un repechaje con CONCACAFKA para definir un lugar cada cuatro años al Mundial.

Puro darwinismo social aplicado a la máxima potencia.

ii.

Leo que los hinchas de U2 en Monterrey acamparon desde días antes del recital a las puertas del Estadio Tecnológico de esa ciudad. Ah. Uh. Wow. Mi pregunta es, ¿qué acaso sus boletos no especificaban con claridad que cada quien tenía un lugar y un asiento reservado? Vaya. A menos de que toda la entrada fuese considerada como "general", y que motivara que los primeros en ingresar agarraran los mejores lugares, no entiendo otra razón para estar acostado en la entrada del estadio durante algunas noches (y además con el frío que --dicen-- está haciendo ahora en MTY). ¿Será un uso y costumbre norteño? En fin. Ahora también leo que algunos chilangos copiones ya están haciendo lo mismo afuera del Azteca. ¿Para qué? No entiendo, en serio. ¿Ticketmaster no les ha asignado sus sitios correctamente? ¿El que llegue primero se puede sentar en el palco que regularmente usa el Sr. Azcárraga Jean? ¿Todo se realiza al grito de aleluya aleluya que cada quien agarre la suya?

Espero que nosotros, los hinchas de los Rolling Stones, no demos semejantes muestras de etnología y antropología. Nosotros ya tenemos nuestros asientos apartados y --creo-- no habrá necesidad de andar desempacando las bolsas de dormir y las casas de campaña para apoltronarnos afuera de la estación Velódromo del subterráneo desde el próximo fin de semana.

Una muestra más de que las clases sociales existen quieran o no.

Por algo Bono se ha convertido en el paladín de las causas sociales políticamente correctas que enarbolan los culturosos y los frezapatistas.

Faltan 13 días


Bueno, no es de extrañar que los burócratas siempre lleguemos tarde a la recepción de los beneficios tecnológicos. Es una sana costumbre que todos los enemigos del Estado --entendidos como los narcos, los piratas, los malosos (Zedillo dixit), las oscuras fuerzas del mal, los rudos, et al-- tengan acceso a los avances en materia de tecnología aún antes que el propio Estado. Esto me recuerda, por ejemplo, que mientras los maleantes utilizan coches que hacen honor a su nombre como Stratus, Intrepid, Lobo, Mustang, Explorer, Navigator y demás, los policías normales y comunes anden sobre Tsurus.

Esto es para justificar la utilización de la foto que ilustra este post. No se trata de la foto en sí misma, sino del hecho. Es decir, hasta apenas hoy he sabido cómo subir fotografías mediante este diseño y ya dejar de depender del Photobucket, el cual nos ha sido muy útil en anteriores comentarios, pero que nos limitaba en término de textos y acentos. Y no habiendo otra foto más o menos ad hoc en el ordenador, decidí coger esta del antiguo Tercer Reich, el cual, según Adolfo, iba a durar mil años.

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